El 14 de noviembre de 1879, por Real Decreto, se estableció la obligatoriedad en la utilización del Sistema Métrico Decimal en, todo documento de carácter oficial y en todas las transacciones comerciales. Era el final de una larga historia. La historia de la unificación de los sistemas de medida. Muchos países habían intentado esta uniformización y había sido objeto de largas discusiones y de hecho todavía hoy en USA, no se utiliza el Sistema Internacional de Medidas, derivado del Sistema Métrico Decimal y siguen anclados en su arcaico Sistema Anglosajón de Unidades.
El largo y difícil proceso de unificación, da una idea de la dificultad de implantar sistemas homogéneos y normalizados de cualquier tipo ya que su implantación, choca rápidamente con las costumbres y cualquier indocumentado se cree con la potestad de oponerse en aras de cualquier excusa étnica o política. Con este bagaje tiene todavía más mérito la tarea realizada por Gabriel Ciscar y Ciscar, que en un lejano 1789, ya se había interesado y logrado participar activamente en los trabajos preparatorios que se realizaron en aquel año para definir los patrones de medida sobre los cuales basar el sistema de medida universal. ¿Pero quién es Gabriel Ciscar? La respuesta es, como en muchos casos de nuestra historia, un adelantado a sus tiempos y un científico olvidado por nuestros libros escolares.
Ciscar nació en la Oliva, población valenciana, en el seno de una familia acomodada e hidalga. Sus padres lo dirigieron hacia la carrera de leyes y en la Universidad de Valencia inició sus estudios universitarios, pero probablemente no eran las Letras lo que más le apasionaba, si no las Ciencias y en 1777, lo vemos en la recién creada Academia de Guardias Marinas de Cartagena. Puede que con la esperanza de recibir allí formacion matemática, pero en esto se equivocó, ya que justo en aquel momento, el Gobierno acuciado por la falta de oficiales necesarios para dirigir la pujante Marina que se había desarrollado durante el siglo XVIII, había dirigido los estudios hacia los aspectos mas prácticos, dejando de lado la formacion teórica. En lugar de recibir una formacion científica, se vio involucrado en la guerra contra Inglaterra y participó en diversas acciones de aquellos años, como el bloqueo de Gibraltar y la expedición de Jose Solano a América.
En 1782 ascendió a alférez de navío, lo que da idea de que sus superiores estaban contentos con su desempeño practico, pero tuvo tiempo para estudiar por su cuenta lo que el Estado no le proporcionaba y en 1783, cuando bajo el impulso de Jorge Juan se crearon los ”Estudios Mayores”, Ciscar pasó directamente a entrar como profesor.
Se le nombró ayudante de la Compañía de Guardias Marinas y tomó a su cargo la dirección del segundo Curso de Estudios Mayores en Cartagena y se mantuvo en el cargo hasta 1789. Redactó el plan de estudios, que basándose en las matemáticas estaba volcado hacia la Física y la Astronomía. En abril de 1788, además de dirigir el segundo curso se le nombró director de la Academia y además primer profesor de Matemáticas. Volcado en la docencia, todavía le dio tiempo para escribir tres libros de texto dedicados, a la Aritmética (1795), a la Cosmografía (1796) y a la Trigonometría esférica (1796).
La vida de Ciscar estuvo llena de detalles curiosos y en 1798, encontramos uno de ellos. La Francia revolucionaria, con la idea de romper con su pasado monárquico y en general con todo su pasado, decidió iniciar un proyecto para crear un sistema universal de medida, que tan solo dependiera de las observaciones que pudieran hacerse de la Naturaleza. Para ello creó un equipo, fundamentalmente francés pero con algunos añadidos de fuera de su territorio. El objetivo era sencillo, en teoría. Se deseaba definir una unidad fundamental de longitud, que después pudiera fraccionarse o multiplicarse, siempre sobre base decimal. ¡Perfecto! Pero cual debía ser la longitud de dicha unidad fundamental. Se había propuesto la oscilación de un péndulo de dimensiones definidas, pero los científicos se dieron cuenta, que debido a diversos factores, esta solución no era la apropiada y finalmente se decantaron por la definición de diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre.
¡Magnifico! ¿Pero, cual era la longitud del meridiano terrestre. Para obtener este valor se decidió medir la distancia entre la torre del fuerte de Montjuic en Barcelona (España) y Dunkerke (Francia). Extraña decisión ya que ambos países estaban en guerra durante el periodo de la medida.
El caso es que en 1798, Ciscar fue uno de los invitados a Paris al primer congreso científico internacional cuyo objetivo era evaluar los datos obtenidos y en base a estos, construir los prototipos donde se definían las diversas unidades básicas, entre ellas el “metro”.
Los nuevos patrones fueron presentados el 22 de junio de 1799, pero Ciscar se quedó unos meses más en Paris, para supervisar la construcción de cuatro juegos adicionales de los nuevos patrones. Con ello se alcanzó, o se creyó alcanzar, el objetivo del proyecto. Unos nuevos patrones que solo dependieran de la observación de la Naturaleza.
La vida posterior de Ciscar fue una sucesión de éxitos con grandes sinsabores debido a la injerencia de la política y rematado con un final lamentable debido a las acciones de otro ser, también lamentable, el rey Fernando VII.
Sin embargo la valía de Ciscar y de sus ideas, transcendieron a las de sus detractores. Finalmente, en 1879, ochenta años mas tarde del día en que finalizara sus tareas en Paris y volvía hacia España, el tiempo le dio la razón y se decretaba por ley que el Sistema Métrico Decimal, era de utilización obligatoria en nuestro país.
Manuel de Francisco Fabre