Pedro Menéndez de Avilés, fue un típico personaje español del siglo XVI. Nacido en Avilés, su trayectoria parecía limitada a las costas del norte de España, ya que hasta 1552 se dedicó casi a tiempo pleno, a combatir a los piratas y corsarios franceses que dificultaban la navegación y el comercio en el Cantábrico.
Fue sin duda el responsable de que la presión francesa dejara de ser un problema en los mares del norte de España y Carlos V se fijó en él. Se le envió a las Antillas, con el mismo fin que le dio fama contra los piratas franceses en su costa natal, o sea luchar contra la piratería y los corsarios, pero con una característica curiosa. En alguna ocasión dependía directamente del emperador.
Este hecho y que tuviera éxito en casi todas sus acciones, le granjeó muchos enemigos en la Casa de Contratación de Sevilla. Y aquí empieza el hilo de esta efeméride.
En 1561, dirigió una flota de galeones, que transportaba metales preciosos, desde Méjico a España. Con éxito. Tan solo perdió una nave, y en esa nave viajaba su hijo. Pidió permiso para salir en su busca y sorprendentemente fue encarcelado. Sus enemigos en la Casa de Contratación, no dormían. Al cabo de dos años de pleitos y ayudado por una disposición de Carlos V, fue condenado a una pequeña multa y liberado.
Inmediatamente se puso en acción y solicitó permiso para organizar una expedición en busca de su hijo, que creía haber naufragado en Florida y había alguna posibilidad de encontrarlo con vida. El permiso lo obtuvo, pero no la financiación, que salió de su propio bolsillo. En 1565, se le concedió el titulo de Adelantado, con el objetivo de colonizar la Florida. Si le sobraba tiempo, podía buscar a su hijo.
No era ninguna bicoca. Desde la expedición de Pánfilo de Narváez en 1528, la de Hernando de Soto en 1539 y la marcha de Coronado en 1540, se sabía perfectamente que en América del Norte no habían grandes civilizaciones donde obtener beneficios rápidos a base de coraje y audacia. Solo había enormes territorios habitados por tribus que vivían en la edad de piedra y donde había que moverse a base de esfuerzo y sudor para sobrevivir.
Pero lo peor estaba por llegar. Estaba a punto de salir, cuando le llegaron nuevas órdenes. Había que expulsar a una colonia de franceses hugonotes que se habían establecido en Fort Caroline, en lo que hoy es Jacksonville, con alrededor de 1200 colonos. Y si le quedaba tiempo, podía buscar a su hijo.
En agosto de 1565, estaba ya en la Florida e intentó atacar la colonia francesa por mar con cuatro embarcaciones, pero su pequeña escuadra fue malbaratada por el mal tiempo. Los franceses, a su vez contraatacaron por mar pero les sucedió exactamente lo mismo. Entonces Pedro Menéndez de Avilés, decidió atacar por tierra y después de una épica marcha de tres días a través de pantanos, consiguió llegar a la colonia francesa, atacarla y conquistarla.
El 15 de septiembre (algunas fuentes indican que fue el 8), Pedro organizó un acto religioso de acción de gracias, en el actual emplazamiento de la ciudad de San Agustín y donde por primera vez en el territorio de los actuales EEUU, se invitó y participaron, indígenas “timucuas” que le habían ayudado en la expulsión de los franceses. Probablemente no comieron pavo, como dicen que sucedió en Plymouth 56 años más tarde, sino carne de cerdo salada, garbanzos y galletas de barco. La típica comida de las expediciones españolas, mucho mejor organizadas que las inglesas de la época.
Pedro nunca encontró a su hijo perdido, pero su tenaz coraje, fue la causa de la primera organización de un acto religioso católico en suelo Norteamericano, con la participación voluntaria de nativos indígenas.
Manuel de Francisco Fabre
https://www.hiddenhispanicheritage.com/1-nuestros-dias-de-accion-de-gracias–pre-mayflower.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Menéndez_de_Avilés#Honores_y_viajes_a_América