Los españoles que vivieron en el primer tercio de del siglo XX, se encontraron inmersos en una vorágine de cambios. Cada uno eligió en algún momento qué camino tomar y eso marcó su destino. Hoy quisiera hablar brevemente de la vida de uno de esos españoles, poco conocido, aprovechando que el 22 de noviembre de 1934, se embarcó en un periplo aéreo en África.
Ramón Torres Guasch había nacido el 7 de julio de 1906 en Barcelona. Su familia pertenecía a la alta burguesía y su posición le permitió afrontar los gastos que suponían el estudio de la carrera de ingeniería industrial superior. Finalizados los estudios y no deseando continuar con los negocios familiares, estuvo estudiando la posibilidad de entrar en las nuevas tecnologías de aquella época, como era el automovilismo y la aviación, siempre desde la perspectiva del aventurero con dinero que podía comprar los medios necesarios para satisfacer sus deseos.
Tampoco era un descerebrado y supo poner la energía necesaria para obtener el título de piloto en la Escuela de Aviación Progreso de Barcelona en 1934. En aquella época, estar en posesión de semejante titulo significaba poder acceder a alguno de los puestos bien pagados que la incipiente industria aeronáutica ofrecía, pero Ramon en realidad no tenía necesidad de un trabajo remunerado y lo que hizo fue comprarse una avioneta, con la que participó en diversos raid en España.
Pero la Península se le quedaba pequeña y decidió saltar a África y atacar objetivos más ambiciosos. Se hizo con un avión Potez 43 – EC-AXA, de motor radial de 7 cilindros de solo 100 hp, diseñado para tres ocupantes. Él lo modificó para instalar un depósito adicional y aumentar la autonomía del aparato y con el nuevo avión rediseñado y en solitario decidió hacer un periplo que cruzara el desierto del Sahara.
Como equipaje subió un pequeño equipo de herramientas, cartas de navegación, un botiquín, botes de señales y nada más. SI sufría un percance durante el vuelo no había medio de comunicarse con nadie. Solo podía confiar en su pericia como piloto y su buena suerte.
Como hemos dicho antes, partió de Barcelona el 22 de noviembre de 1934 y recorrió la siguiente ruta. Barcelona-Valencia-Alicante-Daimiel-Sevilla-Tánger-Casablanca-Agadir-Ifni-Cabo Juby-Seika Hamara-Villa Cisneros-Port Etienne-Saint Louis-Dakar-Tambacunda-Kayer-Bamako-Segou-Mopti-Kandi-Gauto-Tombuctú-Gao-Tabankort-Bidon-V-Reggan-Benni-Abbes-Colom-Bechar-Oudja-Melilla-Sevilla-Albacete-Barcelona. Fueron 11.160 km de recorrido, en varias etapas, empleando un total de 88 horas de vuelo. Contabilizando las diferentes paradas, tardó 32 días en lograr su objetivo.
Es la típica empresa en la cual se embarcan los quijotes españoles. No había patrocinadores, apoyo gubernamental, ni objetivos económicos. Fue el simple placer de conseguir algo que pocas personas habían logrado.
Al año siguiente y visto el éxito conseguido, compró un aparato de fabricación española, un GP-2 con motor Gipsy de 135 HP. Los GP eran unos prototipos fabricados por los ingenieros González Gil y Pazó Montes. Era una nave de cabina cerrada, diseñada para el adiestramiento, y por tanto estaba pensada para ser de fácil manejo y muy robusta. Con ella Ramon intentó cubrir los 3.245 km que separan Barcelona de Sant Louis de Senegal de un solo salto, intentando batir el record mundial de distancia en avión ligero. A pesar de no conseguirlo, debido a un fuerte viento de cara y tener que tomar tierra en Agadir, cubrió la nada despreciable distancia de 1.950 km.
En julio de 1936, se encontraba en Barcelona cuando se inicio la guerra civil. Gran parte de sus amigos y familia salieron de la ciudad huyendo de la barbarie libertaria. El decidió presentarse como voluntario a la Generalitat y a pesar de la desconfianza mutua, se le concedió a Ramón el empleo de teniente de la Aviación Militar. En primer momento y dada la desorganización en la zona republicana, utilizó su propia avioneta en misiones de enlace en el frente de Aragón.
Después de diversas vicisitudes, se le dio el mando de un bimotor Breget 460-01 y estuvo haciendo labores de defensa de las costas de Cataluña. El 5 de marzo de 1937, salió para bombardear un navío italiano, pero su avión fue alcanzado por las defensas antiaéreas del barco enemigo. Su aeroplano no fue derribado inmediatamente y pudo volver hacia la costa pero finalmente cayó a poca distancia de la playa de Ampurias en Gerona. Murieron todos los tripulantes.
Su muerte fue y ha sido recientemente recordada como la de un héroe de la Republica, cuando en realidad, como dijo en una ocasión, se quedó en Barcelona, porque aquella era su ciudad y nunca comulgó con las ideas que acabaron destruyendo la sociedad catalana de aquellos años.
Como a muchos les ha pasado, en algún momento de sus vidas, debió tomar decisiones que le acarrearon graves consecuencias. Ramón Torres, un ingeniero, piloto aeronáutico y aventurero, amaba a su tierra sobretodo y murió buscando un lugar donde aterrizar su avión, cerca de su querida ciudad.
Manuel de Francisco Fabre
http://leandroaviacion.blogspot.com/2013/11/1934-ramon-torres-y-su-raid-aereo.htmlhttps://dbe.rah.es/biografias/85615/ramon-torres-guasch