Murcia, 1999

Don Ginés camina despacio por la calle Trapería, como lo hace cada tarde. Jubilado y amante de la historia, observa los escaparates modernos, los edificios impersonales, y suspira. Frente a él, donde antes se alzaba la Casa de las Columnas, ahora hay una fachada de cristal sin alma. Si alguien quisiera escucharlo diría que justo ahí vivía el pintor Federico Mauricio Ramos, pero eso ya no le interesa a casi nadie
Dobla hacia la plaza del cardenal Belluga y se topa con el edificio Moneo imponiendo su geometría sobre el espacio que una vez ocupó el Palacio del Doctoral de la Riva, con sus balcones de hierro forjado y sus cornisas barrocas, allí donde se conservaba la memoria de una ciudad que a lo largo del siglo XX ha ido perdiéndose: baños árabes, conventos, palacetes… todos borrados por la prisa, por la especulación, por el olvido.

¿Cómo se puede amar una ciudad que no se reconoce a sí misma? Don Ginés se sienta en un banco y mira a los jóvenes pasar, ajenos a lo que hubo. No los culpa. Nadie les enseñó a mirar hacia atrás ni a leer en las piedras.
El sol cae sobre Murcia. Nostálgico, el anciano se levanta y con paso lento se aleja del bullicio de una ciudad que sigue muy viva, sí, pero con sus raíces enterradas bajo cemento y silencio.
RESTAURACIÓN Y COMIENZOS DE SIGLO (1900–1931)
Murcia vivió un crecimiento urbano y social. Poco a poco fueron consolidándose las clases medias, especialmente en el funcionariado y el comercio, mientras que la clase obrera se concentró en barrios como San Antolín, San Juan y El Carmen. La ciudad comenzó a modernizarse con la aparición de teatros, casinos, cafés-tertulia y nuevas formas de ocio urbano.

desde el soto de la Feria de Ganado
En el año 1902 fue inaugurado el Puente Nuevo, o de Hierro, que comunicaba el barrio de San Juan con el del Carmen. En esta época también se concluyen las obras del Casino de Murcia; centro de reunión de la burguesía de la capital, con la finalización de la fachada de estilo ecléctico de la calle Trapería.
En 1908 se inauguraron los jardines fluviales de Ruiz Hidalgo, situados entre el cauce del río y el antiguo muro de contención de la margen izquierda, cuya entrada se encontraba enfrente del Martillo del Palacio Episcopal. Fueron ideados por el ingeniero forestal Ricardo Codorníu y Stárico.

A finales de 1914 se produjo la creación oficial de la actual Universidad de Murcia, inaugurándose su primera sede en el Instituto Provincial en 1915. En 1920 pasó a ocupar el edificio de las Escuelas Graduadas del Carmen.

César Cort
Durante los años 20 se elaboró el primer proyecto de ampliación urbana de Murcia. Conocido como Plan Cort por su autor, el arquitecto César Cort, incluía también una serie de reformas en el casco histórico, como la llamada Gran Vía interior (la hoy popularmente denominada calle Correos), cuyos primeros derribos para su construcción se realizaron en 1927 y los últimos en 1949, cuando la calle ya quedó completamente trazada.
Juan de la Cierva y el autogiro

Nacido en Murcia el 21 de septiembre de 1895, Juan de la Cierva fue un ingeniero, aviador e inventor apasionado por la aeronáutica desde su infancia.
Conmocionado por los frecuentes accidentes aéreos, se propuso diseñar una aeronave más segura. Así nació el autogiro, un aparato con rotor libre que gira por la acción del aire, precursor del helicóptero moderno. Tras varios intentos fallidos, logró el primer vuelo exitoso en 1923 con el modelo Cierva C.4, en el aeródromo de Getafe.
En 1925 fundó en Londres la Cierva Autogiro Company, desde donde difundió su invento por Europa y Estados Unidos. El autogiro cruzó el Canal de la Mancha en 1928 y fue recibido con entusiasmo en la Casa Blanca.
El autogiro fue el precursor del helicóptero moderno. Su tecnología influyó en el desarrollo de aeronaves VTOL (despegue y aterrizaje vertical) y en la aviación militar y civil.
SEGUNDA REPÚBLICA

José Ruiz del Toro
En las elecciones municipales de abril de 1931 se produjo la victoria del bloque antimonárquico en Murcia, 26 a 20. José Ruiz del Toro, presidente provincial del PSOE, tomó posesión del ayuntamiento como alcalde dirigiéndose al Gobierno Civil para instar al gobernador a proclamar la república. Importante papel en la proclamación tuvo también Mariano Ruiz-Funes, catedrático de la Universidad de Murcia y presidente provincial del Grupo de Acción Republicana, ponente de la Constitución de 1931 y posterior ministro de agricultura de la Segunda República.

En los disturbios del 11 de mayo de 1931 con motivo de la inauguración en Madrid del Círculo Monárquico y los incidentes posteriores, en la ciudad de Murcia se produjo el asalto e incendio del antiguo Convento de los Franciscanos (hoy desaparecido).

En 1933 fue inaugurada la vía férrea Murcia-Caravaca, así como la nueva estación terminal de Zaraiche, situada al norte de la ciudad de entonces. Este ferrocarril comunicaba a Murcia con pueblos de la vega como Espinardo (ahora barrio), Molina de Segura y Alguazas, y las comarcas del río Mula y del Noroeste (Bullas, Cehegín y Caravaca):
<<el Gobierno republicano inauguró el 28 de mayo de 1933 el ferrocarril Murcia-Caravaca de la Cruz. La línea ferroviaria se construyó entre 1925 y 1931 durante la dictadura de Primo de Rivera. El ministro murciano Juan de la Cierva Peñafiel fue el gran impulsor de la infraestructura para la mejora de las comunicaciones entre la capital del Segura y la comarca del Noroeste. El trazado ferroviario partía de la estación de Zaraiche en Murcia y pasaba por Alguazas, Campos del Río, Mula, Bullas y Cehegín antes de llegar a Caravaca de la Cruz. El tren atravesaba cuarenta pasos a nivel en sus dos trayectos diarios, de mañana y tarde. Las locomotoras de los trenes funcionaban con carbón, los vagones eran de madera y las estaciones, de ladrillo y mampostería. Otro acontecimiento destacado para la región fue la inauguración de la Casa de Murcia en Madrid (1932), bajo la presidencia de Pedro Lorca Marín.>> (regmurcia digital)

En aquel mismo año el ayuntamiento aprobó el definitivo proyecto del ensanche norte de la ciudad, que incluía una importante ronda que debía comunicar la Carretera de Madrid (desde la plaza de las Puertas de Castilla) con la Carretera de Alicante (en el cruce de las Atalayas); las actuales Ronda Norte y Levante. El proyecto incluía la construcción de una gran plaza situada en las proximidades de dos infraestructuras recién inauguradas: la hoy denominada Cárcel Vieja (conocida en la época como Prisión Provincial) y la estación de Zaraiche (la que sería Plaza Circular). Para conectar esta espacio urbano con el centro de la ciudad también se aprobó la realización de una avenida que uniera esta nueva plaza con la de Santo Domingo: la Gran Vía Alfonso X, demoliéndose en agosto de 1936 el antiguo Palacio de los Marqueses de los Vélez para poder ser trazada.
El 21 de octubre de 1935, la Universidad de Murcia inauguró oficialmente sus instalaciones.
“Hoy es cuando inauguramos verdaderamente la Universidad de Murcia” (José Lostau, rector de la universidad)
1936
En las elecciones de 1936 se produjo la victoria en la ciudad del Frente Popular. La izquierdas lograron el 60% de los votos, las derechas el 26% y el centro el 11%.
Durante el pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936, la indecisión de las autoridades militares y civiles ante la situación generada se vio sobrepasada por la actuación popular: el Cuartel de Artillería fue rodeado por los obreros de la capital para frenar cualquier acción, provocando el fracaso de la sublevación en la ciudad.

Camilo Alonso Vega
Durante la Guerra Civil Murcia permaneció fiel a la República hasta el 28 de marzo de 1939, cuando tras la caída de Madrid, el conservador y exdiputado republicano Francisco Medina Clares se autonombró gobernador civil, propiciando la apertura de las cárceles y el dominio de la calle por grupos falangistas. Al día siguiente entraron en Murcia las tropas de la 4.ª División de Navarra, comandadas por Camilo Alonso Vega.
A lo largo de la contienda, Murcia fue esencial en el suministro de alimentos, atención médica y formación militar para el bando republicano: albergó cuatro hospitales de sangre para atender a los heridos del frente, muchos de ellos pertenecientes a las Brigadas Internacionales; el Santuario de La Fuensanta, el Campus de la Merced, el colegio Maristas en El Malecón y la Finca del Pino. El Monasterio de Los Jerónimos fue usado como cuartel de instrucción del Ejército del Aire.
Murcia contribuyó con tres brigadas mixtas (6ª, 20ª y 23ª) que combatieron en frentes como Madrid, Teruel, Belchite, Ebro y Extremadura. La XI Brigada Internacional fue retirada del frente de Madrid a Archena para reorganizarse.

Aunque los bombardeos más intensos se concentraron en Cartagena y otras zonas costeras como Águilas, la ciudad de Murcia también fue considerada zona de riesgo aéreo por su importancia estratégica como retaguardia republicana. Se construyeron 27 refugios en distintos puntos de la ciudad, con capacidad para más de 9.000 personas. Algunos de los lugares donde se ubicaron fueron:
- Plaza de Toros
- Ronda de Garay
- Plaza de Santa Eulalia
- Cine Rex
- Plaza de San Juan
- Estación de Ferrocarril
- Plaza de Zarandona
- Calle Polo de Medina

Fernando Piñuela
En caso de ataque, se activaban protocolos como el apagado del alumbrado público, el repique de campanas de la Catedral y la dispersión hacia la huerta como medida de seguridad.
El alcalde Fernando Piñuela emitió un bando en enero de 1937 con instrucciones claras para la población en caso de bombardeo:
- Buscar refugio inmediatamente.
- Evitar correr o aglomerarse en las calles.
- Apagar luces en viviendas.
- Denunciar a provocadores o alarmistas.

Ricardo Aller
