PUERTO RICO Y ESPAÑA, SIGLOS DE HISTORIA COMPARTIDA (y II)

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Movimiento de reunificación

SIGLO XIX

El siglo XIX representó para el imperio español un claro declive, decadencia impulsada por la invasión napoleónica, la independencia de gran parte de las colonias americanas y la inestabilidad política, social y económica peninsular.

Amaneció la centuria con la invasión francesa en España. En 1809 el gobierno español hubo de retirarse a Cádiz, donde la Junta Suprema Central votó la elección de representantes de las colonias, resultando elegido el 4 de mayo de 1809 Ramón Power y Giralt por los cinco cabildos de Puerto Rico para representar a la isla en la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino. A él se le debe la conocida como Ley Power, donde se designó cinco puertos de libre comercio (Fajardo, Mayagüez, Aguadilla, Cabo Rojo y Ponce), así como la aplicación de diversas reformas económicas.

En 1811, el Gobernador de Puerto Rico Salvador Meléndez Bruna organizó una expedición dirigida por el comandante Juan Roselló con la misión de colonizar la isla de Vieques y de ese modo proteger el territorio de las reclamaciones de daneses, ingleses y piratas que merodeaban por la zona.

En 1812 se aprobó la Constitución de Cádiz, en cuyo artículo 10 se recogía lo siguiente:

El territorio español comprende la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de África.

En la América septentrional, Nueva España, con la Nueva Galicia y península del Yucatán, Guatemala, provincias internas de Occidente, isla de Cuba, con las dos Floridas, la parte española de Santo Domingo, y la isla de Puerto Rico, con las demás adyacentes a éstas y el Continente en uno y otro mar.

En la América meridional, la Nueva Granada, Venezuela, el Perú, Chile, provincias del Río de la Plata, y todas las islas adyacentes en el mar Pacífico y en el Atlántico.

En el Asia, las islas Filipinas y las que dependen de su gobierno…

Además, en su artículo 18 esta Constitución reconocía como ciudadanos a aquellos españoles que por ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemisferios y estén avecindados en cualquier pueblo de los mismos dominios.

El 10 de agosto de 1815 un Real Decreto de Gracias, permitía a los extranjeros permanecer en Puerto Rico, incluidos los refugiados franceses de La Española, y abría los puertos al comercio con otras naciones. Aquel sería el comienzo de un crecimiento económico basado en la agricultura (azúcar, tabaco y café). Además, se ofrecía tierra libre a cualquier persona que jurara lealtad a la corona española y fidelidad a la Iglesia católica, llamada a la que acudieron miles de familias de toda España (sobre todo de Asturias, Cataluña, Mallorca, Canarias y Galicia), y también de Alemania, Córcega, Irlanda, Francia, Portugal y otros territorios. Los pocos avances en la autonomía y los derechos serían de corta duración, pues con la retirada de los franceses y el regreso de Fernando VII en 1814, el poder absoluto reinó de nuevo en España, se derogó la Constitución de Cádiz y Puerto Rico fue restaurado a su antiguo estatus ultramarino.

La integración de los inmigrantes en la cultura de Puerto Rico condujo a cambios en la sociedad puertorriqueña. El 25 de junio de 1835 la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias abolió el comercio de esclavos en las posesiones españolas y en 1851 el gobernador Juan de la Pezuela Ceballos fundó la Real Academia de Bellas Letras, impulsando el progreso intelectual de la isla. En 1858 el telégrafo se introdujo a la isla, instalando una línea en la ciudad de Arroyo, en la Hacienda La Enriqueta.

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por el nacimiento de un sentimiento de independencia. El 23 de septiembre de 1868 tuvo lugar El Grito de Lares por parte de un grupo liderado por Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvís. Betances fundó el Comité Revolucionario de Puerto Rico en enero de 1868. Manuel Rojas, Matías Brugman, Mariana Bracetti, Francisco Ramírez Medina y Lola Rodríguez de Tió son las figuras más destacadas de la sublevación. Sin embargo, el gobierno central recuperó el control de la isla.

Tras el Grito de Lares se produjeron diversas reformas políticas y sociales, como la ley Moret de libertad de vientres (4 de junio de 1870) o la creación de las primeras organizaciones políticas: por un lado, el Partido Liberal, dirigido por José R. Ubarri, Pablo Fernández y Francisco de Paula Acuña, organización que defendía la asimilación en el sistema político español, y por el otro el Partido Reformista, dirigido por Román Baldorioty de Castro, José Julián Acosta, Nicolás Aguayo y Pedro Gerónimo Goico , que defendía la descentralización política. Ambas partes luego cambiaron su nombre para convertirse en el Partido Español Incondicional y el Partido Federal Reformista, respectivamente.

El último tercio del siglo se seguirían produciendo cambios significativos para la autonomía de la isla: el 22 de marzo de 1873 la Asamblea Nacional española abolió oficialmente la esclavitud con algunas cláusulas. Aquí podríamos destacar al poeta y político murciano Federico Balart Elgueta, nacido en Pliego en 1831, que fue diputado de las Cortes y encargado de redactar la ley de abolición de la esclavitud en Puerto Rico.

y el 24 de noviembre de 1897 se firmaría un Real Decreto llamado Carta Autonómica de Puerto Rico, donde se regulaba el gobierno y administración de Puerto Rico a través de un Parlamento Insular dividido en dos Cámaras y un gobernador General, representante de la metrópoli, que ejercería en nombre de esta la Autoridad Suprema.

Para ser elegido Representante se requiere ser español, de estado seglar, mayor de edad, gozar de todos los derechos civiles, ser nacido en la Isla de Puerto Rico o llevar cuatro años de residencia en ella, y no hallarse procesado criminalmente…

LA GUERRA CON ESTADOS UNIDOS

Mientras el imperio español agonizaba, en el siglo XIX Estados Unidos se expandió por vía económica (compra de territorios como Luisiana o Alaska) y militar (guerra contra México, lucha contra las tribus indias…) además de recibir gran cantidad de inmigrantes.

Las tensiones por Cuba entre España y Estados Unidos se llevaban teniendo desde los años 1870 (como el incidente del Virginius). Con el trasfondo de la independencia cubana de fondo, en enero de 1898 el barco de guerra estadounidense Maine arribó a La Habana con una misión doble: proteger los intereses estadounidenses y presentar a los españoles una exhibición de poderío militar con la intención de generar un conflicto con las fuerzas españolas, tras la negativa de la Corona a la insistente propuesta del país americano por comprar las islas de Cuba y Puerto Rico.

Se iniciaba así una guerra contra Estados Unidos en clara desventaja tanto en el aspecto militar (tamaño y capacidades de las flotas de guerra), demográfico (en 1890 EE. UU. tenía más de 62 millones de habitantes por unos 18 millones en España), geográfico (Estados Unidos luchaba cerca de su territorio) como en el el económico-industrial (los americanos tenían grandes zonas industrializadas, mientras que España era principalmente agrícola)…

La guerra fue relativamente breve. La explosión del acorazado Maine el 15 de febrero de 1898 fue el casus belli, y aunque para las tropas estadounidenses la lucha en territorio cubano no fue tan favorable como se esperaba (batalla de El Caney y batalla de las Colinas de San Juan), las dos victorias navales (Cavite en Filipinas, el 1 de mayo, y Santiago de Cuba, el 3 de julio) provocaron que el gobierno español pidiera en verano negociar la paz, la cual se plasmaría en el Tratado de París el 10 de diciembre que supuso renunciar a Cuba y entregar Filipinas, Puerto Rico y Guam a Estados Unidos a cambio de 20 millones de dólares, en lo que supuso el final de la aventura española en América después de cuatro siglos.

LA HUELLA DE ESPAÑA EN PUERTO RICO

También fue tuya España. Y fue San Juan la joya,/que aquella madre vieja y madre todavía,/prendió de tu recuerdo como un brillante al aire/sobre el aro de oro que ciñe la bahía.(Luis Llorens)

  • Castillo San Felipe del Morro y otros.

Los cimientos del Morro se construyeron en 1539, pero la edificación no estuvo terminada hasta 1787. Las otras fortalezas, San Cristóbal, el Fortín de San Gerónimo o el Palacio de Santa Catalina (también conocido como La Fortaleza), sirvieron como defensa principal de la ciudad que estuvo sujeta a numerosos ataques

  • Casa de Villa Caparra

La casa de Juan Ponce de León que se construyó en Caparra, la única que se construyó como un fuerte en esta zona antes de 1519 por estar cerca de cuerpos de agua fresca y de minas de oro.

  • Convento de Porta Coeli

Esta estructura en el pueblo de San Germán fue construida por primera vez en 1609 por los monjes dominicos.

  • Fuerte Polvorín San Miguel Arcángel

En Arecibo se encuentra este fuerte construido a finales del siglo XVIII, luego de enfrentamientos entre los españoles e ingleses en 1702. Está abandonado.

  • Viejo San Juan (Puerto Rico)

El Viejo San Juan es la ciudad más preservada de América desde el siglo XV, donde se puede observar el estilo de vida y la arquitectura realizada por los españoles de aquellos tiempos. Las partes más antiguas del distrito permanecen parcialmente rodeadas de fortificaciones.

  • Catedral de San Juan Bautista

Ubicada dentro de la ciudad amurallada, su construcción de estilo nenacetista data de 1529. Allí reposan los restos de Juan Ponce de León, así como del mártir San Pío.

  • Iglesia de San José.

Construida de 1532 a 1735 por los dominicos como parte de su Monasterio de Santo Aquino, es una de las primeras obras arquitectónicas de relevancia en la isla y uno de los más tempranos ejemplos de arquitectura gótica española.

  • El Convento

Es un antiguo Convento Carmelita que fue inaugurado como el Monasterio de Nuestra Señora del Carmen de San José en 1651.

  • El Paseo de la Princesa

Es una explanada del siglo XIX a las afueras y a lo largo de las murallas de la ciudad. Dedicada a la por entonces princesa Isabel, destaca la magnífica fuente Raíces, donde se representa la ecléctica herencia de los taínos, africanos y españoles.

  • Puerta de San Juan, la entrada original a la ciudad por mar
  • Plaza de Armas

Fundada en 1521 como plaza mayor, sirvió como  mercado hasta 1851, cuando el gobernador Juan de la Pezuela reconvirtió el lugar como paseo con fuentes y cuatro estatuas que simbolizaban la Industria, Comercio, Agricultura y Navegación. Estas fueron trasladadas al Paseo de la Princesa, siendo sustituidas por cuatro efigies que representan las cuatro estaciones.

  • Cementerio de santa Maria Magdalena de Pazzis

Cementerio de la era colonial localizado en las afueras de las murallas del Fuerte San Felipe del Morro. Aquí se encuentran los restos del poeta español Pedro Salinas.

  • Plaza de Colón

Entre 1635 y 1641 se edificaron las murallas del Viejo San Juan, y la única manera de entrar a la ciudad era por cinco puertas que se construyeron a lo largo de las murallas. Ya para 1772 el trazado y el tejido urbano básico había adquirido sus características definitivas y el espacio abierto aledaño a la puerta más importante, la Plaza Santiago aparece definido. Aquí podemos encontrar el Teatro Municipal (hoy Teatro Tapia), de 1824.

Ricardo Aller Hernández

*Puerto Rico. De colonia española a colonia norteamericana. Ponencia.

*Banderas Lejanas. Fernando Martínez Láinez, Carlos Canales Torres.  EDAF, 2011.

*historiapr.wordpress.com/tag/puerto-rico-en-el-siglo-18/

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