Si bien no hay constancia de que el hermano de Pedro, Andrés, fuera realmente ejecutado en una cruz en forma de aspa y que tal iconografía no surgiera, sino mucho después de su martirio, lo cierto es que la tradición católica sí que lo da por bueno.
La devoción a la conocida como cruz de San Andrés encontró correlación con su incorporación a la heráldica en toda la Cristiandad. El Duque de Borgoña, Juan I, conocido también como Juan sin Miedo, fue el primero en utilizar dicho símbolo como su estandarte militar. La ocasión fue la Guerra Civil Armañac Borgoña, librada entre los años 1407 y 1437, entre las dos ramas de la familia real francesa, la de Borgoña y la de Armañac. De esta forma, la casa de Borgoña hace suya esta cruz que, a partir de entonces, será conocida indistintamente como de San Andrés o del ducado homónimo.
Juan I es sucedido al frente del ducado por Felipe III el Bueno; este por Carlos I el Temerario, y este, a su vez, por María de Borgoña, quien contrae matrimonio con el Emperador Maximiliano de Habsburgo, engendrando a Felipe de Habsburgo. Este, conocido popularmente como Felipe el Hermoso, entra en la Historia de España, al convertirse por su matrimonio con Juana de Castilla, la hija mayor de los Reyes Católicos, en rey consorte de la Monarquía Hispánica. Aunque es bien sabido que morirá pronto, dice la tradición que por beber agua fría tras disputar un partido de pelota.
En cualquier caso, será este y, sobre todo, su hijo Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, quienes incorporen la cruz de San Andrés, ahora renombrada como cruz de Borgoña, a la heráldica de la Monarquía Hispánica.
Pero además de la propia cruz, con Felipe el Hermoso y Carlos I llegan a nuestro país elementos que pronto serán señas de identidad de España como son el Toisón de Oro, las columnas de Plus Ultra, el dólar español y el águila bicéfala del Imperio.
Es Felipe V quien, en 1707, dicta un decreto incorporándola como bandera militar española. La primera vez que la usó el ejército español fue en la batalla de Pavía, en donde el Rey de Francia, Francisco I, gran enemigo de nuestro Carlos I, fue hecho prisionero.
A partir de entonces, la cruz de Borgoña ondeó en las banderas de los Tercios, y se incorporó a los escudos de numerosas ciudades españolas peninsulares (Tafalla, Huesca o Caravaca de la Cruz), y americanas (México, Chuquisaca o la chilena Valdivia), e incluso en la de algunos estados norteamericanos tan vinculados a España, como son la Florida o Alabama.
Actualmente, numerosas unidades militares españolas la tienen como enseña. Entre otras muchas, destacan la Compañía Mar Océano de la Guardia Real, la Unidad Militar de Emergencias, el Mando de Operaciones Especiales, las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, el Mando de Transmisiones, y especialmente, los aviones del Ejército del Aire. También formó parte del guion y estandarte del anterior jefe del Estado, el Rey Juan Carlos I de Borbón.
Fdo. Jesús Caraballo
Excelente artículo, como es costumbre. Mientras en España muchos políticos elegidos por los españoles quieren borrar esta enseña histórica de la faz de la nación, desde hace más de dos siglos y hasta el día de hoy usan la bandera blanca con el aspa de Borgoña todas las compañías del Regimiento de Infantería «Patricios» de Buenos Aires, numeral 1 del Ejército Argentino, como orgulloso signo de su herencia española