En esta ocasión nos remontamos a las escarpadas sierras de Ronda y Las Alpujarras, hermosos baluartes en la defensa de Granada pero también refugio de salteadores, ladrones y bandoleros de todo tipo durante siglos de historia. En numerosas ocasiones el bandolerismo se ha ensalzado y se le ha dado un toque romántico, muy especialmente el ocurrido a lo largo del siglo XIX, pero mucho antes ya se producían sangrientos asaltos por aquellos hermosos parajes serranos.
¡Hoy nos centramos en los monfíes!
Bandoleros de origen moriscos, anteriormente denominados mudéjares, que algunos les llegaron a denominar «hombres santos» pero para otros solo eran desalmados asesinos y ladrones.
Para poder entenderlo vamos a tener que recorrer un largo periodo de nuestra historia desde finales del siglo XV hasta principios del siglo XVII, repasando los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II hasta los primeros años de Felipe III.
Pero… ¡empecemos con el juego de fechas!
Si debemos poner un principio a la historia de ‘los monfíes’ este coincide con el final de otro hecho histórico de la Historia de España como es el 02 de enero de 1492, fecha en la que se produce la Toma de Granada por los Reyes Católicos.
Toma de Granada que es fruto de las ‘Capitulaciones de Granada del 25 de noviembre de 1491’ en las que se reconocen los derechos que se respetarán a los habitantes de Granada por sus nuevos monarcas.
Según nos han contado la Historia siempre ha parecido que tras la toma de Granada los problemas ya fueron inexistentes, pero ni mucho menos fue así.
Los monfíes representan la resistencia de parte de los moriscos de Granada a la asimilación de las costumbres castellanas, ya se conocen conflictos con los asaltos de estas bandas de bandoleros moriscos en el mismo año 1492.
Pero la fecha clave es el año 1499, momento en que el Cardenal Cisneros se encuentra con una población que rechaza las nuevas costumbres aumentando la presión sobre los musulmanes del reino.
En ese año se produce la primera de las revueltas moriscas centradas inicialmente en el barrio granadino de ‘El Albaicín’ pero que posteriormente se extiende fuera de la ciudad.
El propio rey Fernando se ve obligado a intervenir finalizando el levantamiento parcial del reino al siguiente año 1501.
Las consecuencias de estos hechos es la cancelación de las Capitulaciones de 1491 obligando a los moriscos a su retirada al Norte de África, previo pago de un tributo, o a la conversión forzosa al cristianismo.
¡El alto precio del tributo supuso la conversión masiva de la mayoría!
Estas ‘falsas‘ conversiones supuso otro efecto negativo, la intervención de la Inquisición en la vigilancia del cumplimiento de los ritos cristianos por los nuevos conversos.
En resumen, la presión en lugar de disminuir aumentó progresivamente.
En un principio el bandolerismo de los monfíes no fue especialmente destacable durante el reinado de Carlos I, o al menos si se producía el bandolerismo no se consideró un problema prioritario para el reino.
Pero todo ello cambia con el reinado de Felipe II, siendo muy cierto que en el reinado de este monarca la presión del Imperio Otomano se extiende por todo el Mar Mediterráneo muy bien se puede considerar que el mar era un «mar musulmán» con bases en Orán, Túnez, Argel y lo islotes del Norte de África. Los ataques a la Península Ibérica y a las Islas Baleares era continuos por flotas turcas y berberiscas.
A partir de ese momento el movimiento de los monfíes y de los piratas musulmanes van en paralelo y son no solo frecuentes los contactos sino el apoyo directo en ambas direcciones, con la entrega de información, armas, comercio de esclavos y apoyo en las huidas hacia África cuando los primeros eran perseguidos.
La situación llega al límite en 1568 cuando se produce la Rebelión de las Alpujarras, en la que como era de esperar los bandoleros monfíes tienen una importancia relevante.
La causa de la rebelión es la aplicación de la Pragmática Sanción de 01 de enero de 1567 por la que se busca que de una forma definitiva y real lo moriscos abandonen las costumbres islámicas y adopten las costumbres cristianas.
Los monfíes entran en Granada y tratan de ‘levantar en armas’ a los moriscos de la ciudad pero no tienen éxito por lo que se retiran a las sierras circundantes, rápidamente el Marqués de Mondéjar reacciona y en pocos meses logra controlar la sublevación.
«Mientras que los moriscos de las ciudades solo querían que se eliminase o se rebajasen las condiciones de la Pragmática de 1567 los moriscos de las sierras, y en especial los monfíes con el apoyo del turco y de Argel, buscaban recuperar el reino de Granada para la causa del Islam»
Pero por errores o por, seguramente, por el apoyo recibido desde Argelia por parte de turcos y africanos el levantamiento se incrementa haciendo que el rey Felipe II sustituya al Marqués por su hermano Don Juan de Austria.
¡Con la entrada del ejército traído de Levante y de Italia la suerte está echada!
Entran tres ejércitos comandados por Don Juan de Austria, por Don Gonzalo Fernández de Córdoba y el tercero por Don Antonio de Luna.
Igual que en 1568 y 1569 son conocidas las acciones sangrientas y despiadadas de los rebeldes sobre la población cristiana la entrada del ejército en 1570 se hace a sangre y fuego destruyendo las diferentes poblaciones ocupadas, la revuelta se da por finalizada completamente en 1571.
Las consecuencias para los moriscos granadinos es la deportación obligada y masiva de la población morisca por el resto de los reinos de Castilla y Aragón a partir del 01 de noviembre de 1570.
A partir de 1571 el bandolerismo de los monfíes prácticamente desaparece en Las Alpujarras y se concentra en la Serranía de Ronda pero ya perdiendo todo apoyo de la población por lo que su desarrollo pierde el carácter de resistencia a la autoridad de la monarcas desarrollándose puramente como el fenómeno de asaltantes y bandoleros ya conocido.
En los siguientes años se producen hechos de bandolerismo morisco por otras partes tanto de la Corona de Castilla como de Aragón, especialmente en la primera, que no se erradicaría en su totalidad hasta la expulsión definitiva de los moriscos de España por parte de Felipe III que se realizará de forma escalonada desde 1609 hasta 1614.
¡Pero eso ya es otra historia que contaremos próximamente!
Fuentes:
BERNARD, V. – El bandolerismo morisco en Andalucía (S. XVI)
TORREMOCHA, A. – Los monfíes de La Alpujarra y la Serranía de Ronda: ¿Salteadores de caminos u hombres santos?
LÓPEZ, A. – El bandolerismo de los desterrados: Los monfíes