Poesía creada y enviada por Ricardo Manuel Muñoz
Gracias, insignes marineros,
por vuestra templanza y paciencia
que, siendo divina ciencia,
sólo en los mejores se da
pues los mejores entregan
todo cuanto poseen
sabiendo que cuanto ven
pertenece a Quien lo presta
Aquel que rige los vientos
tempestades y mareas
que sacuden nuestras velas
en mares a sotavento.
Bien sabe un adalid,
que los hombres que desean
conquistas dignas de un Cid
airosos deben salir
del combate en que se emplean
que, agotador y encomiable,
requiere del mejor sable
para vivir y morir.