Alejandro Casona, autor teatral

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Alejandro Casona nació en Besullo, Gangas del Narcea, Asturias, como Alejandro Rodríguez Álvarez, el 23 de marzo de 1903. Hijo de maestros, el trabajo de sus padres le obligó a constantes traslados de domicilio. Fue en Gijón en donde conoció el mar, al tiempo que comenzaba el bachillerato. Luego se desplazó a Palencia y a Murcia. En la ciudad huertana ingresó en la Escuela Normal de Magisterio, en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Conservatorio de Música y Declamación. Curiosamente su primer trabajo fue como carpintero, para aventurarse luego como aprendiz de comediante de la legua, en la compañía de Josefina Diaz, Pepita para los amigos, y Manuel Collado, los cuales le acompañaron en gran parte de su obra.

En 1922 entró en la Escuela de Estudios superiores de Magisterio, en Madrid, pare obtener al cabo de cuatro años el título de Inspector de Primera Enseñanza, con plaza en el Valle de Arán, como primer destino, ya en 1928. Creó un grupo escénico infantil con el nombre de El pájaro pinto. En octubre de ese mismo año contrajo matrimonio con una compañera de estudios, Rosalía Martín Bravo. Instalados en el pueblo leridano de Lés, nació su única hija, Marta Isabel. Una adaptación suya de El crimen de Lord Arturo, de O. Wilde, fue estrenada en Zaragoza por la compañía de los extraordinarios actores Rafael Rivelles y Maria Fernanda Ladrón de Guevara. Esa obra ya figuraba escrita por Alejandro Casona, apellido que adoptó en honor a la “casona de maestro” en la cual habitó allá en Besulloo, su pueblo natal. Seudónimo que nunca abandonó.

Ya durante la II República, el presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas, don Manuel Bartolomé Cossío le nombró director del Teatro ambulante o Coro y Teatro del Pueblo. Durante varios años, hasta 1935, recorrió la España profunda para representar piezas breves del teatro clásico español. Para tal proyecto popular Casona escribió versiones dramáticas de cuentos y relatos famosos en la literatura española, como Sancho Panza en la ínsula y Entremes del mancebo que casó con mujer brava. Recorrieron, recordaría Casona; “más de trescientos pueblos, en aspa desde Sanabria a La Mancha y desde Aragón a Extremadura, con su centro en la paramera castellana”.

Obtuvo el Premio Nacional de Literatura con su obra Flor de Leyendas, en 1932, y, al año siguiente, el Premio de Teatro Lope de Vega, del Ayuntamiento de Madrid, por La sirena varada, que se estrenó el 17 de marzo de 1934 en el Teatro Español por Margarita Xirgú y Enrique Borrás, una pieza escrita a lo “misterioso asturiano” Siguieron a estos éxitos el estreno de Nuestra Natacha, por la compañía de Josefina Díaz y de Manuel Collado, primero en Barcelona y en febrero de 1936 en Madrid.

El estallido de la guerra, su compromiso con la República y su visión de que la guerra sería larga,   le impulsaron, en febrero de 1937, a trasladarse a Francia, donde trabó contacto con la compañía de Manuel Collado, trabajando como director escénico. Sin embargo, pronto, los Collado y Casona, se trasladaron a México, en donde el 12 de junio de dicho 1937 ya estrenaron Prohibido suicidarse en primavera y desde allí, siempre con Pepita Díaz y Manuel Collado, representaron obras por diversos países hispanoamericanos. En 1939 Casona se instaló en Buenos Aires, en donde trabajó como escritor de ensayos para periódicos y revistas, guiones cinematográficos y adaptaciones de obras de teatro o de novelas al cine, o como conferenciante en congresos y en la radio. Vuelve a la creación literaria como dramaturgo realizando en estos años bonaerenses obras maestras: La dama del alba (1944), Los árboles mueren de pie (1949), La casa de los siete balcones (1957), La barca del pescador y La tercera palabra.

Definitivamente regresó a España en 1962. A pesar de estrenar sus obras con gran éxito de público y de crítica, en aquellos tiempos complejos, a la crítica joven le pareció trasnochado, conservador y demasiado próximo a García Lorca. La revista Primer Plano con su director a la cabeza, José Monleón, fue especialmente dura. Aunque, según parece, posteriormente, en su obra “Treinta años de teatro de la derecha”, en 1971 matizó un tanto su criterio. Dentro de tal ambiente teatral, Casona puso en escena su última obra El caballero de las espuelas de oro en 1964, con una interpretación magistral del gran actor José Maria Rodero.

El teatro poético de Casona, aparecido de la mano de Rubén Darío, según opinión general, tenía un sabor amargo que se recoge en sus propias palabras; “Tenía que escribir el teatro del amor, del odio, de la venganza (…) Se me puede acusar, con razón, de estar desligado del dato contingente, pero no del hombre”. El teatro de Alejandro Casona se caracteriza, ante todo, por su tono poético, de ensueño y por la defensa de sus ideales pedagógicos. Características que no fueron apreciadas por algunos críticos quienes, en gran medida, se hallaban en franca contradicción con el aplauso del público a la obra de Casona, que, aceptada e interpretada por decenas de actores  y actrices, se estrenaba en Madrid para luego recorrer la geografía española con indiscutible éxito.

Francisco Gilet.

Bibliografia

Monleón, José (1971). Treinta años de teatro de la derecha

Monográfico sobre Casona en Literaturas.com

J. Caso, “Fantasía y realidad en el teatro de Alejandro Casona”,

A. Sánchez Rojas, “Bibliografía de Alejandro Casona”,

J. Rodríguez Richard, Un Asturiano Universal. Estudios sobre la vida y                 la obra de Alejandro Casona

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