Alrededor de 1466 nació en Torrejoncillo de Huete, hoy Torrejoncillo del Rey, provincia de Cuenca, Alonso de Ojeda, un hombre que destacaría en la historia como explorador, conquistador y gobernador de Nueva Andalucía, lo que hoy conocemos como Colombia y Venezuela. Murió el año 1516 en Santo Domingo.
De chico fue paje del Duque de Medinaceli, a quien acompañó en la jornada de la conquista de Granada. Era francamente muy joven, y esa juventud, junto al apoyo de su protector y del también todopoderoso Juan Rodríguez de Fonseca, posibilitaría que fuese uno de los primeros en explorar el Caribe continental. Un principio glorioso para una vida que finalmente no culminaría todas las glorias que prometía.
Al fin sería América la que le haría pasar a la Historia, y todo empezó cuando en 1493 embarcó en el segundo viaje de Colón, bajo cuyas órdenes desempeñaría importantes labores militares en Santo Domingo, cuando quedó al frente del fuerte de Santo Tomás en la región de Cibao en un momento en el que se había producido una revuelta de los naturales, y a cuyo cacique Caonabo logró capturar. Haciendo un alarde de astucia, consiguió que él mismo se pusiese unos grilletes que le fueron ofrecidos como adorno.
Fue el punto final a un enfrentamiento que tuvo como punto álgido el 27 de marzo de 1495 con la conocida como Batalla de la Vega Real o Batalla de Jáquimo, donde cuentan las crónicas que unos diez mil sublevados fueron vencidos por 400 españoles y tropas compuestas por indios amigos, donde Ojeda destacó siendo apodado «El centauro de Jáquimo».
Parecía que Santo Domingo podía ser lugar de prosperidad para Alonso de Ojeda, pero el deterioro del gobierno de los hermanos Colón que acabó con el encarcelamiento de este por parte de Francisco de Bobadilla posibilitó que en 1497, tres años antes de que eso sucediese, Alonso de Ojeda regresase a España. No podía imaginar que los acontecimientos posteriores le abrirían las puertas a la posibilidad de encabezar él mismo campañas de descubrimiento y conquista.
Nuevamente, entraría en su apoyo el obispo Fonseca, gracias a lo cual acabó siendo encargado de completar una expedición que estaría enriquecida nada menos que con de los más reconocidos pilotos que ya habían ganado la gloria y que habían servido junto a Cristóbal Colón. Se trataba de Juan de la Cosa y de Américo Vespuccio, con quienes el 18 de mayo de 1498 partió de El Puerto de Santa María con un destino claro que los llevaba a explorar las costas de Tierra Firme. Eran compañeros y socios, ya que las empresas de América fueron iniciativa privada sometida a la protección de la Corona.
El 1 de agosto de 1498 llegó la expedición a la desembocadura del Orinoco y fue recorrida la costa entre la Isla Margarita y el Cabo de Vela. El día 24 de agosto llegaron al lago Maracaibo, donde quedaron sorprendidos al comprobar que sobre el mismo habían sido construidas unas cabañas, a lo que Américo Vespuccio comentó que se asemejaban a las construcciones de Venecia. Ese fue el motivo de ser bautizado el lugar como Venecia chica, o Venezuela.
No fue lo único que encontró Ojeda en el lago Maracaibo. También encontró a la india Guaricha, hija del cacique Guaraba de Coquivacoa, con la que tras ser bautizada y renombrada Isabel, contrajo matrimonio, que acabó dando como fruto una prole constituida por tres hijos.
Pero no todo fue paz y concordia, porque se hizo preciso pelear para sobrevivir, y ello comportó nuevas situaciones, como fue imponerse y obtener riquezas… y una garantía de conflicto, que se materializó, tanto en acuerdos diplomáticos como en guerra y en toma de esclavos que luego serían liberados por la reina Isabel.
El resultado final de esta expedición, aparte el matrimonio con la india Guaricha, fue francamente penoso. Marchó a la Española donde arribó el 5 de Septiembre de 1499 siendo recibido de muy malos modos por parte de las autoridades que, cercanas a Colón le acusaron de haber llevado a cabo su expedición fuera de la ley.
Pero ya los Reyes Católicos estaban tomando medidas para cortar la actuación llevada a cabo por Colón, y Francisco de Bobadilla se disponía a organizar la armada que devolvería preso y cargado de cadenas al Almirante, que sería reconciliado con la Corona, para que el 11 de mayo de 1502 emprendiera el que sería su último viaje de descubrimiento en el que exploró Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Pero ya Colón había sido despojado de sus derechos sin límite sobre las tierras descubiertas, y en 1501, cuando Bobadilla ejercía de gobernador de Santo Domingo, Alonso de Ojeda fue nombrado gobernador de la Isla de Cuquibacoa, efímero cargo a desarrollar en el solar familiar de su esposa Isabel.
En 1501 obtuvo el título de gobernador de Paria, en Venezuela; se instaló en lo que hoy se conoce como Bahía Honda y el 3 de mayo de 1502 fundó una colonia que llamó «Santa Cruz» y tuvo una vida efímera, ya que a los tres meses, encontrándose sin provisiones, asaltaron los alrededores provocando una guerra que acabó con Ojeda apresado por sus propios compañeros. Enviado a España, fue liberado sin cargos.
En 1507 fue autorizado a realizar nuevas tareas de descubrimiento en las que recorrió la Costa de Nueva Andalucía, de la que en 1508 fue nombrado gobernador, en el territorio comprendido entre el golfo de Urabá y el cabo de la Vela, en la actual Colombia, donde dio lugar al primer asentamiento en Tierra Firme. Se trata de la ciudad de San Sebastián de Urabá, que sufrió constantes ataques por parte de los nativos, llegando a poner en grave riesgo la propia vida de Alonso de Ojeda, que si logró salvarla fue a costa del sacrificio de sus hombres, con Juan de la Cosa entre ellos.
Esto sucedía en 1509, y a la hora de escapar del avispero en que se había convertido San Sebastián de Urabá, después de haber perdido a casi todos sus compañeros, tuvo la mala fortuna de toparse con que quién iba a salvarlo de la situación era nada menos que el primer pirata del Caribe, Bernardino de Talavera, que habiéndose enterado de la expedición de Ojeda, siguió su estela en la confianza de encontrar algún beneficio. Pero lo que encontró fue una situación desesperada de Ojeda… y cierta cantidad de oro que transportaba, y que Talavera se apropió en un intercambio comercial por alimentos, tras lo cual Ojeda fue apresado con la idea de pedir rescate por su persona, pero la fortuna, casi nunca buena para Ojeda, quiso que el barco zozobrase en una tormenta y acabase naufragando en Cuba.
Cuando llegó finalmente a Santo Domingo, renunció a su cargo de gobernador, se apartó de su familia e ingresó en un convento franciscano, donde murió en 1516.
Poco después de su muerte, su esposa Isabel, la india Guaricha, apareció muerta sobre su tumba, que 449 años después, en medio de una guerra civil, desapareció sin dejar rastro.
Cesáreo Jarabo
BIBLIOGRAFÍA:
Carrasco, Antonio M. Alonso de Ojeda, el conquistador sin suerte. En Internet https://www.eldebate.com/historia/20230408/alonso-ojeda-conquistador-suerte_106150.html Visita 2-12-2024
Mira Caballos, Esteban. Alonso de Ojeda. En Internet https://dbe.rah.es/biografias/7169/alonso-de-ojeda Visita 2-12-2024
Pueblos originarios. Biografías. Alonso de Ojeda En Internet https://pueblosoriginarios.com/biografias/ojeda.html Visita 2-12-2024