
Andrés Manjón y Manjón es uno de los más destacados pedagogos españoles de finales del siglo XIX y de principios del XX. Impulsó la fundación de las Escuelas del Ave María, institución educativa innovadora en su tiempo, dedicada tanto a la enseñanza elemental como la formación de profesorado.
Catedrático, escritor, sacerdote y maestro, de carácter humilde y sencillo, promovió, sobre todo, en su actividad educativa como maestro, una educación fundamentada en todos los ámbitos del alumno: el físico, moral, intelectual, religioso, social, en su voluntad y en su carácter.

Andrés nació el 30 de noviembre de 1846, en pleno reinado de Isabel II, en el pequeño pueblo burgalés de Sargentes de la Lora, al norte de Burgos. Sus padres, Lino y Sebastiana, formaron una familia de modestos labradores que vivían de las labores del campo y de la que Andrés fue el mayor de cinco hermanos.
Sus padres, especialmente su madre, así como su tío Domingo, sacerdote, tuvieron una influencia decisiva en la vocación de Andrés por el estudio, al comprobar las cualidades e interés que este mostraba, inculcándole valores religiosos y formativos que marcaron su futuro como pedagogo y sacerdote.

Empezó sus estudios primarios en la escuela de su pueblo de Sargentes, la cual dejará en él un triste recuerdo durante toda su vida, por haber recibido en ella una educación de escasa calidad. Siendo consciente de que su formación era precaria para entrar en un seminario, comienza estudios de latín en el centro de estudios preparatorios para teólogos en Polientes (Santander), continúa estudiando allí durante tres años, hasta que, gracias a estos estudios, ingresa en el seminario de Burgos, en el año 1861, para iniciar la carrera del sacerdocio y cursar estudios de filosofía y teología.
Durante el sexenio revolucionario se van cerrando seminarios en distintos puntos de la geografía española, también el de Burgos, por ello, en 1868 y debido a los disturbios de la revolución de 1868 que destronó a Isabel II, se ve obligado a matricularse en el instituto de esta ciudad donde obtiene el título de bachiller en artes.

En 1869 se traslada a vivir a Valladolid donde continua los estudios de filosofía y teología que compagina con estudios de derecho en la universidad de dicha ciudad, finalizando los estudios de derecho en 1873, licenciándose con calificaciones sobresalientes en derecho civil y canónico. Posteriormente, ese mismo año, se trasladó a Madrid al objeto de realizar, en su Universidad Central, los estudios de doctorado, viviendo durante este tiempo en el Colegio de San Isidoro en donde también impartió clases.

Mientras estuvo en Madrid frecuentó la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación donde tuvo algunas diferencias con el presidente de la misma, Eugenio Montero Ríos, debidas a su diferente postura ante el matrimonio civil. Andrés Manjón, profundamente comprometido con la doctrina católica, consideraba el matrimonio civil como una amenaza a la institución matrimonial tradicional cristiana por lo que atacó, en un artículo de prensa y en una conferencia, la tolerancia y el reconocimiento que Montero Ríos, manteniendo la postura correspondiente a la de un político liberal, había dado a esta institución en los debates constitucionales de 1870 en los que promovía reformas legales para fortalecerlo, al tiempo que impulsaba políticas laicas.
Andrés Manjón obtuvo el título de doctor en derecho civil y canónico en febrero de 1874 tras haber defendido, en 1873, su tesis “Sistemas diferentes respecto a la propiedad “, en la que ensalzaba el derecho de propiedad y criticaba los excesos del comunismo.
Tras doctorarse vivió unos meses en Salamanca donde ocupó la cátedra de Derecho Romano, después, conseguiría una plaza de auxiliar en la universidad de Valladolid, llegando en abril de 1879 a Santiago de Compostela donde, por oposición, había obtenido una cátedra para la universidad de dicha ciudad, aunque sólo estuvo un curso académico, pues solicitó el traslado a la cátedra de Instituciones de derecho canónico en la universidad de Granada, que le fue concedido en abril de 1880.

Allí, con la estabilidad económica que le dio la cátedra, decidió continuar sus estudios en el Seminario del cabildo de la Abadía del Sacromonte, siendo nombrado por el cabildo, canónigo de la Abadía del Sacromonte, ordenándose sacerdote en junio de 1886, y obteniendo el cargo de profesor en Derecho canónico de dicho Seminario, en el que hacía poco tiempo se había fundado una facultad de derecho canónico.

Por tanto, en 1886 nos encontramos a Andrés Manjón hospedado en la Abadía del Sacromonte y trasladándose diariamente montado en un borriquito hasta la facultad de Derecho, a más de 2 kilómetros, para impartir clase.
En uno de estos traslados, a finales de 1888, cuando pasaba un día ante una de las cuevas en el Sacromonte, escuchó a unos niños gitanos analfabetos recitar el Ave María, siendo esto lo que da lugar a que la inicie con aquellos niños, su obra pedagógica, a la que dedicará todo su dinero, su empeño y su tiempo. Será en 1889, tras comprar su primer «cármen» (vivienda tradicional de Granada, próxima al Sacromonte, caracterizada por estar rodeada de un huerto o jardín adaptado a la orografía de la zona), cuando funda, allí mismo, las Escuelas del Ave María, en las que se unían la formación cristiana, valores morales y educación práctica.

La primera escuela se creó en una cueva del Sacromonte, con muy escasos recursos, pero pronto ganó notoriedad por su innovador enfoque pedagógico. Allí, como han destacado los estudiosos de la pedagogía, comenzó Andrés Manjón su obra innovadora de los métodos pedagógicos, que apostaba por un aprendizaje activo y cercano a la naturaleza. Andrés Manjón dedicó todos sus esfuerzos y recursos económicos a la creación de centros docentes destinados a estudiantes marginados, preferentemente pobres y gitanos y mantuvo la idea de que el niño es «un ser activo con destino propio que nadie más que él tiene que cumplir, y con facultades propias que ningún otro puede permutar: al educador toca tomarle tal cual es, para perfeccionarle y ayudarle; pero de modo alguno puede reemplazarle y ocupar su puesto”. Siempre se opuso a las escuelas laicas, considerando que no eran realmente neutras, sino anticristianas.

Las principales características de las escuelas del Ave María, iniciadas por Andrés Manjón, eran básicamente las siguientes:
- Impartir una educación cristiana integral con un fuerte énfasis en la doctrina católica y la moral.
- La utilización de un método activo y visual (lo que Andrés Manjón llamaba “enseñanza intuitiva”), empleando materiales visuales como mapas, murales y objetos reales para enseñar, de hecho, anticiparon el uso de recursos didácticos como pizarras murales o maquetas.
- La enseñanza al aire libre, impartiendo clases en patios, jardines o en el campo, aprovechando el entorno natural como herramienta educativa, fomentando la observación directa, el juego y el movimiento como parte del aprendizaje.
- La utilización de métodos participativos (lo cual era muy avanzado para su tiempo), mediante los que los niños participaban activamente: leían, discutían, trabajaban en grupo y hacían ejercicios prácticos.
- La formación del carácter, no solo instrucción académica, sino también formación de buenos hábitos y virtudes cristianas. La fe católica no era solo una asignatura, sino el eje moral y formativo de toda la enseñanza. Promovían virtudes como la caridad, la humildad y la obediencia.
- La formación integral, atendiendo al desarrollo físico, intelectual, espiritual y social del niño, enseñando también oficios o habilidades útiles para su entorno rural o laboral.
- La disciplina positiva, se fomentaba el respeto y la autodisciplina, más que el castigo. Manjón hablaba de “educar con amor”, pero con orden y autoridad.
- Estaban enfocadas a niños sin recursos, propiciando gratuidad o ayudas.

Otra característica muy destacada por la figura de Andrés Manjón fue el patriotismo. Consideraba que se trataba de una virtud básica que debía enseñarse a los niños en la escuela. Para él, el patriotismo es una especie de lazo que junta en un ramo todas las demás virtudes. Entiende que el patriotismo hace del hombre un soldado que sirve a su patria, no solo en las filas de la milicia, sino en todos los estados, en todos los actos y en todos los instantes de la vida: ha de amarla, servirla, defenderla, estimarla, mejorarla y acrecentarla. Practicó este modo de entender el patriotismo tanto en sus escuelas como en su vida y en sus escritos. En las escuelas del Ave María, los días festivos, para anunciar la fiesta, se izaba la bandera de España, que era símbolo de júbilo para todo el alumnado de las escuelas. La bandera se consideraba “la enseña sacrosanta de todos los heroísmos y de todos los amores”. Andrés Manjón, sin embargo, despreciaba el «patrioterismo» que consideraba una especie de idolatría que favorecía el menosprecio a otras naciones, en las cuales hay, como en la propia, bienes y males. Pretendía que el maestro, ponderara todo lo bueno de su patria, pero sin incurrir en el fanatismo patriotero.
Las Escuelas del Ave María se expandieron rápidamente por España y otros países de habla hispana y representaron una de las primeras propuestas de pedagogía cristiana moderna, anticipándose en varios aspectos a métodos que serían popularizados después (como los Montessori o Freinet).

En España, desde Granada, las escuelas se multiplicaron por toda la nación, con respaldo de obispos, pedagogos católicos y autoridades eclesiásticas. En 1918 había escuelas del Ave María en 36 provincias españolas. En Hispanoamérica, la metodología de Andrés Manjón llegó a países como Argentina, México, Venezuela, Colombia, y Perú. Fueron implantadas por diversas órdenes religiosas, obispos y muchos educadores que admiraban su método cristiano y social. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo, sirviendo, además de inspiración, en la posterior fundación de las Escuelas del Sagrado Corazón para niños pobres, que llevaría a cabo el padre Pedro Poveda.
Andrés Manjón daba también mucha importancia a la formación de los maestros. Consideraba que el maestro podía ser un buen formador, pero también un deformador de caracteres, por ello fundó el Seminario de Maestros para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María. La inauguración de dicho seminario de maestros, que fue una obra muy querida por él, tuvo lugar el 12 de octubre de 1905.

Las Escuelas del Ave María pueden considerarse pioneras en la introducción de métodos activos en la educación católica, en facilitar el acceso a la enseñanza con valores y en integrar religión y pedagogía moderna, sin excluir por ello ni la ciencia ni la innovación. Fueron una innovadora institución educativa cuyo objetivo fue ofrecer una educación cristiana y accesible a los niños pobres, especialmente en zonas rurales y marginales, que revolucionaron los métodos pedagógicos.

Además de crear las Escuelas del Ave María, Andrés Manjón también escribió, a lo largo de su vida, muchas obras de carácter pedagógico, religioso y jurídico, tanto al servicio de la educación como de su ministerio sacerdotal. Entre sus escritos pedagógicos destaca “El maestro mirando hacia fuera o de dentro afuera” (1923) en la que considera a este como luz de las virtudes y formador de hombres conscientes de sus deberes, entre los de carácter religioso: “Visitas al Santísimo Sacramento” (1916) y entre los jurídicos un tratado sobre Derecho Canónico que escribe durante sus años de estancia en Granada y que fue considerado uno de los mejores de su época.

Llevó una vida humilde y sencilla, falleció en la ciudad de Granada el 10 de julio de 1923, a la edad de 76 años, en su austera celda de la Abadía del Sacromonte. Fue enterrado en una sencilla cripta en la capilla de la Casa Madre del Ave María.
La Congregación para las Causas de los Santos promulgó, el 23 de noviembre de 2020, un decreto por el que se reconocían las virtudes heroicas del padre Manjón, pasando a denominársele Siervo de Dios, a la espera de que se reconozca un milagro para que pueda ser beatificado.

Piedad García Rebolledo
Referencias
- https://alfayomega.es/andres-manjon-100-anos-de-educacion-con-calidad-para-todos/
Alfa y omega
- https://casamadre.amgr.es/historia/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Andrés_Manjónhttps://andresmanjon.es/index.php/2023/12/26/andres-manjon-educador-y-visionario/
- https://humanidadesdigitales.uc3m.es/s/catedraticos/item/15321
- https://www.religionenlibertad.com/personajes/190717/respondieron-llamada-caridad-17-sacerdotes-pioneros-pastoral-social-siglo-xx_56844.html