ANTONIO MACHADO Y EL PROBLEMA DE ESPAÑA

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Antonio Machado

Antonio Machado, el poeta de Castilla, viene a Segovia a enseñar francés en nuestro instituto y aquí como en aquella otra ciudad, verterá en sus versos cadenciosos y austeros las profundas emociones que esta ciudad hermana y este campo fraterno harán de despertar en el alma castellana de este poeta andaluz. Reciba, pues, nuestro más querido poeta el más cordial saludo de la tierra de Segovia. (LA TIERRA DE SEGOVIA, 27/11/1919)

Segovia, abril de 1931.

El sol es un globo de fuego, la luna es un disco morado.

Una blanca paloma se posa en el alto ciprés centenario.

Alojado en una casa humilde, al estilo de las de Soria o Baeza, arrendada por cinco pesetas a doña Luisa Torrego, Antonio Machado recita unos versos suyos mientras se pone la chaqueta y coge el maletín antes de enfilar la calle en dirección al Instituto General y Técnico. Al salir a la Calle Real, las señoras le saludan y los caballeros se tocan el sombrero al cruzarse con su insigne vecino, a lo que él responde distraído, la cabeza puesta en su proyecto más ambicioso: la Universidad Popular Segoviana, entidad que él mismo fundó en 1919, una experiencia educativa que fue pionera en la España con la que se intenta, según su estatuto fundacional, promover la difusión de la cultura, ayudar al pueblo segoviano, alumbrarle nuevos caminos, elevarlo espiritual y culturalmente mediante clases, cursos nocturnos para trabajadores, conferencias, biblioteca, excursiones, publicaciones, exposiciones de arte, veladas literarias.

Al llegar a la calle Capuchinos decide tomarse un café en un bar próximo. Hace frío y la gente llena el interior, así que busca un sitio en la barra y pide lo de siempre mientras toma el ABC de una mesa próxima.

La portada del diario es clara y las noticias del interior, alentadoras para sus convicciones. Según la información, las elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931 arrojan unos resultados parciales de 22.150 concejales monárquicos por apenas 5.875 para las diferentes iniciativas republicanas, quedando aún 52.000 puestos aún sin determinar, pero lo más relevante es que las elecciones suponen una amplia derrota para Alfonso XIII en los núcleos urbanos más importantes del país: en Madrid, los concejales republicanos triplican a los monárquicos y en Barcelona, los cuadruplican. Un resultado, dice el diario, que están siendo interpretados por los partidarios de la república como una reclamación popular  a favor de un plebiscito sobre la monarquía.

Está el poeta leyendo el periódico cuando a su lado se sientan tres hombres reclamando una frasca de vino. Conversan en voz alta hablando sobre un tal Neira antes de que uno de ellos, un zapatero remendón conocido por sus filias republicanas, afirme que ha oído que cuando al presidente del Consejo de Ministros, Juan Bautista Aznar-Cabañas, le preguntaron si las elecciones darían lugar a una crisis de gobierno, este respondió diciendo que; qué más crisis se puede desear que la de un país que se acuesta monárquico y se despierta republicano.

Amanece definitivamente el 14 de abril de 1931, pero hoy el sol parece brillar de modo distinto, o al menos eso le parece a Machado. Como si dentro de aquel globo de fuego al que hacía referencia en sus versos hubiera entrado en erupción, un volcán de imprevisibles consecuencias que al poeta se le antoja una inquietante metáfora de lo que va a suceder en España.

EL PERSONAJE

          Antonio Cipriano José María Machado Ruiz. (Sevilla, 26/7/1875 – Colliure, Francia, 22/02/1939) fue dramaturgo y, probablemente, el poeta más emblemático de la Generación del 98.

Su experiencia vital se concentró en Baeza, Soria, Segovia y Madrid. En la capital participó del mundo literario y teatral, formando parte de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza., obteniendo en 1907 la cátedra de Francés en Soria. Fue maestro durante un tiempo en la ciudad, y allí, en 1907, conoció a Leonor Izquierdo, una joven estudiante diecinueve años menor que él. Se casaron, y en 1912, la joven murió de tuberculosis, tragedia que afectó al poeta profundamente.

Pidió entonces el traslado a Baeza y continuó impartiendo francés entre 1912 y 1919, año en el que se trasladó a Segovia tras obtener la cátedra, regresando a Madrid de 1932 a 1936, cuando, iniciada ya la Guerra Civil, fue evacuado a Valencia, donde participó en las publicaciones republicanas haciendo campaña literaria antes de marchar en 1939 a Barcelona, desde donde cruzó los Pirineos hasta Coillure. Allí fallecería al poco tiempo de su llegada.

Machado destacó tanto en el teatro como en la poesía. En cuanto al teatro, Antonio y su hermano Manuel escribieron varias obras, entre las que destacan Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), La Lola se va a los puertos (1929) La duquesa de Benamejí, (1932) o El hombre que murió en la guerra, escrita en prosa y no estrenada hasta 1941. Por lo que respecta a la poesía, podríamos hablar que su obra está marcada por tres elementos: el entorno intelectual de sus primeros años (el mejor ejemplo es Soledades,1903), la influencia de sus lecturas filosóficas (Henri Bergson, Miguel de Unamuno) y su reflexión sobre la España de su tiempo.

Se puede percibir en su obra el intenso amor que sentía por su patria, así se observa en Campos de Castilla, cuyo paisaje es utilizado como símbolo para condensar lo luminoso y lo sombrío del concepto conocido como el “problema de España”.

«El grupo de escritores tan mentado aquí ha traído a la literatura, ya de un modo sistemático, el paisaje… Nos quedábamos absortos ante un paisaje y los íntimos cuadernitos inseparables del escritor se llenaban de notas». (Azorín).

LA GENERACIÓN DEL 98 Y EL PROBLEMA DE ESPAÑA

 Sentíamos el destino infortunado de España, derrotada y maltrecha, más allá de los mares, y nos prometíamos exaltarla a nueva vida. Azorín.

El “problema de España” es un nexo de unión entre aquellos intelectuales que constituyeron la llamada Generación del 98: Unamuno, Ángel Ganivet, José Martínez Ruiz, (Azorín), Valle-Inclán, Pío Baroja, Antonio y Manuel Machado, Ramiro de Maeztu, Jacinto Benavente…, personas a las que le tocó vivir momentos complicados de la historia de España: la Restauración, la definitiva y muy simbólica caída del Imperio una vez perdidas las últimas colonias, la Dictadura de Primo de Rivera, la instauración de la II República y la Guerra Civil.

Languidecía el siglo XIX con el país sumido en una grave crisis institucional, económica y social. En medio de un panorama desolador surgió una generación de escritores y filósofos que con sus iniciativas culturales iniciaron un movimiento ideológico de renovación cultural y estética que buscaba la renovación espiritual de España. A tal efecto, el paisaje de Castilla les sirvió para catalizar sus sentimientos: para ellos es Castilla el núcleo de la España auténtica y su más alta expresión espiritual. Su austeridad y sobriedad, en otros tiempos inspiradora de la mística, es ahora para el 98 la imagen plástica del alma interior de la España que despierta de sus sueños imperiales. (Laín Entralgo)

Castilla miserable, ayer dominadora,

envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.

¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada

recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?

Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;

cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.

¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta

de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.

(A orillas del Duero)

Para la Generación del 98 el «problema de España» se mantenía irresuelto, lo que exigía su regeneración. España, dicen todos, necesita regenerarse, volver a nacer. La gran pregunta era cómo llevarlo a cabo, aunque siempre partiendo de la base de un profundo amor a la patria.

Soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión u oficio (Miguel de Unamuno)

De nuestro amor a España responden nuestros libros (Azorín)

Era aquel un amor nacido desde el dolor y una personal visión de una nación partida e insatisfactoria:

Ya hay un español que quiere

vivir, y a vivir empieza

entre una España que muere

y otra España que bosteza

Españolito que vienes

al mundo, te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

Según Laín Entralgo, desde el siglo XVIII es costumbre diferenciar pasado entre tradicionales y progresistas, una diferenciación que no satisfacía las pretensiones de la generación del 98, por lo que buscaron una línea de fractura rigurosamente inédita.

Todos los miembros de la generación –– Unamuno, Ganivet, Azorín, Baroja, Valle-Inclán, Antonio Machado –– exaltan la libre y alegre juventud de la Castilla primitiva; todos juzgan admirativamente, pero sin amor, con evidente desvío, la gloria dominadora y adusta de nuestros dos siglos máximos; todos ven en la ruina de España la consecuencia de una adhesión terca e imposible a las formas de vida del siglo XVII; todos abominan de las torpes e irreflexivas tentativas de europeización que preconizó el progresismo español durante nuestro siglo XIX; todos sueñan con una nueva época de la historia de España, en la cual ésta sería a la vez fiel a sí misma y a la altura de nuestro tiempo; todos, en fin, tienen la ilusión de ser ellos quienes encabezan el nuevo período de nuestra historia.

El alma de la Generación del 98 reside en la tierra, el pasado aprendido y el futuro entrevisto, la España posible y soñada. El amor a la patria y el dolor que les produce. La pesadilla real y el sueño de las verdes lomas de la Vasconia de Unamuno y Baroja, los verdes prados de la Galicia de Valle-Inclán, el oro lejano de la Andalucía de los Machado, los verdes intensos, delicados amarillos,los grises múltiples del Levante de Azorín. Sobre este mosaico maravilloso descansa el ensueño de una vida de España.

¡Qué importa un día! Está el ayer alerto

al mañana, mañana al infinito.

Hombres de España, ni el pasado ha muerto

ni está el mañana -ni el ayer- escrito.

UN POETA EN SEGOVIA, 1919-1932

Como hemos dicho, Antonio Machado se trasladó a Segovia en 1919 tras obtener la cátedra de Francés en el Instituto General y Técnico, donde en el año 30 tuvo como alumna a la abuela de quien esto escribe, Julia Neira García, hija de Arturo Neira Arribas, dueño de una sastrería en Segovia y propietario, entre otras posesiones, de casas en Madrid y otras dos en la Calle Real de Segovia, una de las cuales tenía como un inquilino a un zapatero remendón con tendencias republicanas que en aquellos días en los que se instauraba la Segunda República no tuvo reparos en confesar públicamente su intención, auspiciada sin duda por su afiliación al nuevo poder, de apropiarse las posesiones de su arrendador.

Durante su estancia en la ciudad, Machado encontró un ambiente cultural en el que se sentía cómodo al poder relacionarse con hombres de letras, con los que fundó la Universidad Popular Segoviana, una experiencia educativa con la que el poeta trataba de extender la cultura a los sectores sociales tradicionalmente más apartados de ella. Además, en 1920 comenzó sus colaboraciones en el periódico «El Sol», en la revista «La Pluma», fundada por Manuel Azaña, y en «El Imparcial».

Durante su estancia en Segovia, Machado se desplazaba semanalmente a Madrid, donde seguía muy de cerca la actualidad cultural y la convulsa situación política (el asesinato de Eduardo Dato o el Desastre de Annual, preludio de la crisis que llevará a la Dictadura de Primo de Rivera). El sevillano nunca fue ajeno a la complicada situación que atravesaba España, sino todo lo contrario: como otros tantos intelectuales, se implicó interviniendo en actos o firmando el manifiesto de la Liga Española para la Defensa de los Derechos del Hombre (4/3/1922), en la cual se convertiría en el Presidente de la delegación segoviana, mientras Unamuno hacía lo propio en la nacional.

En 1923 publicó en el tercer número de la Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset, sus Proverbios y cantares. Las colaboraciones en esta revista continuarían a partir de ese momento, junto con otras en «La Pluma», «España», «Segovia» y «Alfar». En abril de ese mismo año, se publicó Nuevas Canciones, su último libro de poesía.

A lo largo de 1925, se publicó la segunda edición de Páginas escogidas y al año siguiente se estrenó en Madrid la primera obra teatral conjunta de Antonio y Manuel: Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel, con gran éxito de público y crítica.

En paralelo a sus éxitos literarios, los acontecimientos políticos y sociales se agravaban, preocupando profundamente a Machado y al resto de la intelectualidad de la época. El 11 de febrero de 1926, el poeta firmó el Manifiesto de la Alianza Republicana, un conglomerado constituido por iniciativa de Manuel Azaña y Alejandro Lerroux, entre otros, con el objetivo común de poner fin a la Dictadura de Primo de Rivera y a la monarquía. Al manifiesto se adhirieron personalidades como Vicente Blasco Ibáñez, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, José Ortega y Gasset y Unamuno

El 23 de marzo de 1927, tras ocho años en Segovia, Machado fue elegido miembro de la Real Academia Española (letra V), cargo del que no llegó a tomar posesión.

En junio de 1928, conoció a Pilar Valderrama, una poetisa madrileña de la alta burguesía monárquica hospedada en el antiguo Hotel Comercio. El flechazo fue arrebatador, tanto como para amortiguar el dolor por la trágica pérdida de su amada Leonor. Sería aquel un amor más bien platónico, pues la Guiomar de sus últimos poemas era una mujer casada.

En 1928 sale la segunda edición de Poesías Completas. En septiembre del 29, publica las «Canciones a Guiomar» en la Revista de Occidente.

Mientras tanto, el país seguía envuelto en una espantosa crisis institucional El 7 de febrero de 1931 se convocaron elecciones legislativas y una semana después, Machado participó en un mitin de la campaña republicana celebrado en Teatro Juan Bravo, en plena Plaza Mayor segoviana, en la que también intervinieron Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala.

Justo dos meses después, el 14 de abril, se proclamó la República y el propio Machado fue el que izó la bandera en el balcón del Ayuntamiento.

EL POETA Y LA NIÑA

La clase recibe de pie al maestro con un respetuoso bonjour. Antes de comenzar, tal y como acostumbra, Machado coge el listado y empieza a pasar lista: Alcántara, Díaz, Fernández, Gabia… Al llegar a Neira, se detiene un momento. Ese es el mismo apellido que ha escuchado al zapatero remendón en la taberna hace un rato, ese que pretendía adueñarse de las casas de su arrendador. Luego mira a la niña: es una chiquilla que siempre lleva manchas en el uniforme, de natural nerviosa y con un fuerte carácter.

Y en ese momento, de forma inconsciente, le viene a la mente el poema a la guerra que aún le está dando forma y que quedaría más o menos así:

Otra vez en la noche… Es el martillo

de la fiebre en las sienes bien venidas

del niño. ––Madre, ¿el pájaro amarillo!

¡las mariposas negras y moradas!

–– Duerme, hijo mío. –– Y la manita oprime

la madre, junto al lecho––. ¡Oh flor de fuego!

¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime:

Hay en la pobre alcoba olor de espliego;

Fuera, la oronda luna que blanquea

cúpula y torre a la ciudad sombría.

Invisible avión moscardonea.

––¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?

El cristal del balcón repiquetea.

––¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!

Ricardo Aller

BIBLIOGRAFÍA

José J. Sanmartín, Doctor en Ciencias Políticas y Sociología y profesor titular de la Universidad de Alicante (Entrevista en ABC, septiembre 2020)

Cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/biografias/pekin_antonio_machado.htm.

Pérez-Reverte, Arturo. Una historia de España (Alfaguara,2019)

García de Cortázar, Fernando. Una breve historia de España (Alianza Editorial, 2009)

hispanoteca.eu/Literatura%20ES/La%20generaci%C3%B3n%20de%201898.htm

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2 thoughts on “ANTONIO MACHADO Y EL PROBLEMA DE ESPAÑA”

  1. Es precioso, además de muy bien documentado como siempre. Me ha emocionado el guiño a tu Abuela a la que una espantosa enfermedad se llevó antes de que tu nacieras.
    Necesitamos hoy una «generación del 98», no contra la monarquía sino contra los malos políticos y gestores que hacen «política» en España ? Dónde están los Unamunos, los Azorín, los Machado… de hoy?

    Excelente como siempre.

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