Berenguela de Castilla

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Berenguela de Castilla

Nació el año 1180 en algún lugar de Castilla y falleció en Burgos el 8 de noviembre de 1246.

            Se trata de una de las mujeres más sobresalientes de la historia de España; hija del rey Alfonso VIII y de su esposa, la reina Leonor de Plantagenet. Madre de Fernando III el santo, ha pasado a la historia como Berenguela la Grande.

            Su nombre le fue impuesto en honor de su bisabuela, esposa de Alfonso VII e hija de Ramón Berenguer III, conde de Barcelona.

            Berenguela, como sus hermanas, Urraca y Blanca de Castilla, recibió una educación similar a la recibida por el príncipe heredero, Enrique, y resultó de una aplicación que le ayudaría en las arduas tareas que afrontaría a lo largo de su vida. Y sus hermanas respondieron de igual modo.

            De bien niña comenzó a tener protagonismo cuando, con ocho años de edad, fue prometida en matrimonio al príncipe alemán Conrado, duque de Rotenburch.

            El contrato matrimonial iba avalado con su condición de princesa heredera del reino de Castilla, salvo si nacía un hermano varón, que la precedería en sus derechos al trono.

            Pero el 29 de noviembre de 1189 nacía el infante Fernando, con lo que quedó roto el compromiso matrimonial con Conrado.

Alfonso VIII de Castilla

            Castilla y León compartían muchas cosas, entre ellas el numeral de los reyes. Así, Alfonso VIII de Castilla, padre de Berenguela, era primo hermano de Alfonso IX de León, y ambos, nietos de Alfonso VII de León, y entre ellos existía un permanente enfrentamiento militar, en el curso del cual, el año 1197, cuando existía una tregua con los almohades, Alfonso VIII atacó al reino de León, y su primo Alfonso IX, aceptó la paz gracias a que la reina Leonor de Castilla ofreció a su hija Berenguela en matrimonio a Alfonso IX, que cedía en arras unos castillos.

            Pero en la solución surgía el problema, ya que el matrimonio estaba compuesto por tío y sobrina, algo que acarraría largos pleitos, como ya era conocido en primera persona por Alfonso IX, que previamente había roto compromiso matrimonial justamente con Urraca, hermana de Berenguela… y había visto cómo había sido anulado por consanguineidad su matrimonio con su prima Teresa, hija de Sancho I de Portugal.

            Se casaron tío y sobrina, Berenguela fue la nueva reina consorte de León, y el Papa Inocencio III montó en cólera y decretó la excomunión para quien no aceptase la nulidad de la unión matrimonial.

Inocencio III

            Pero Inocencio III fue nombrado Papa en 1198, el matrimonio había sido celebrado en 1197… y los argumentos se alargaron hasta 1203,  cuando el papa Inocencio III escribió una durísima carta a Alfonso VIII, amenazando de forma un tanto particular: 

“… no sólo requeriré con mis manos tu alma, sino también la de tu hija y la de su rey, y procederé como me pareciere contra ti y contra tu reino y a esta admonición seguirá una venganza mucho más acre de lo que te puedas imaginar”.

               Tras semejante amenaza fue aceptada la nulidad matrimonial el año 1204, pero mientras el Papa discutía con los dos reyes, nacieron cinco hijos de la unión de Alfonso IX y Berenguela: Leonor, Constanza, Fernando, Alfonso y Berenguela.

            Y el conflicto de Castilla y León quedaba otra vez vigente. Pero la esperanza quedaba; se llamaba Fernando, y era una esperanza que quedaba particularmente desamparada, pues su madre abandonaba la corte de León y partía a Castilla.

tratado de Cabreros

            El asunto quedaría medianamente resuelto en 1206, cuando Alfonso IX lo reconoció como heredero al trono de León en el conocido como “tratado de Cabreros” firmado por Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla. Así, Fernando precedería en derecho hereditario de León a su hermanastro, llamado también Fernando, y que fue fruto del matrimonio del rey de León con su prima Teresa de Portugal.

            Ocho años después, 1214, fallecía Fernando de Portugal, el hermanastro de quien a poco sería Fernando III… Y también el 6 de octubre del mismo año moría el de las Navas, Alfonso VIII… y como si se tratase de una epidemia, el día 31 del mismo mes fallecía la reina Leonor.

Enrique I

            Ascendía al trono de Castilla el hermano de Berenguela, Enrique I, un niño de diez años que reinaría bajo la regencia de su hermana Berenguela, que contaba con el apoyo decidido del arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada, y del obispo de Palencia, Tello Téllez de Meneses.

            Pero a pesar de tan carismáticos apoyos, pronto comenzaron las discordias nobiliarias pretendiendo acaparar para sí la regencia. Sobre todos ellos destacó en la discordia la familia Lara, siendo que Álvaro Núñez de Lara era el alférez de Castilla, y sus hermanos Fernando y Gonzalo, hijos del conde Nuño Pérez de Lara, habían sido tutor y regente durante la minoría de Alfonso VIII.

            Y la familia Lara acabó consiguiendo su objetivo en 1215, cuando García Lorenzo, custodio de Enrique, convenció a este para que aceptara la custodia del conde de Lara, tras lo cual, y para evitar una más que posible guerra civil, Berenguela aceptó la propuesta, no sin antes obtener compromisos por parte los Lara.

            Pero estos actuaron a su capricho, debiendo intervenir Berenguela, lo que irritó al conde Álvaro de Lara, que comenzó a minar los derechos de Fernando como rey de León, mientras el rey niño manifestó que quería regresar con su hermana, mientras Don Álvaro gestionaba el matrimonio de Enrique I con la infanta Mafalda, hermana del rey de Portugal.

Sepulcro de Enrique I de Castilla

            En 1216 la situación se complicó cuando don Álvaro mandaba ahorcar a un heraldo de doña Berenguela, que era presentado como sicario encargado de asesinar a Enrique I. El asunto se enmarañó, y en 1217 la guerra civil asolaba Castilla. Doña Berenguela, que estaba refugiada en el castillo de Autillo, entregó las tierras y los castillos para no enfrentarse con su hermano, titular de las actuaciones del conde de Lara, pero el veintiséis de mayo de aquel año, y en el curso de un juego, cayó una teja en la cabeza de  Enrique I, lo que le ocasionó la muerte.

            La situación cambiaba sensiblemente, y el entramado se complicaba. Ella pasaba a ser reina de Castilla, y su hijo Fernando, su heredero, se había convertido en rival de su padre, Alfonso IX, que conforme al tratado de Sahagún de 1158 tenía derecho a heredar el trono de Castilla al haber fallecido sin descendencia el rey titular.

doña Berenguela

            Pero si por el tratado de Sahagún quedaba claro el derecho de Alfonso IX, otros tratados varios señalaban a doña Berenguela como heredera del reino de Castilla, extremo que fue reconocido por las Cortes de Castilla celebradas en Valladolid el 31 de agosto de 1217 a la muerte de su hermano Enrique I.

            Berenguela renunció al trono en favor de su hijo en el momento de su coronación, y Fernando III quedó reconocido rey desde ese momento.

            Quién posteriormente conquistaría Jaén, Córdoba y Sevilla era coronado rey por una jugada política con la que Berenguela consiguió una estabilidad y una paz interior del reino que estaba en evidente entredicho.

Fernando III

            Fernando, que cuando fue coronado contaba trece años, se dejó aconsejar por su madre, que ejerció de regente y cuando años después el santo partía en campaña, ejercía el poder con acierto.

            La minoridad de Fernando III se vio envuelta en conspiraciones alentadas por la casa de Lara que dieron lugar a enfrentamientos que se vieron apoyados por Alfonso IX, quién acabó apartando del trono de León a su hijo Fernando III, situación que dio lugar a que Berenguela demostrase su capacidad de lucha en defensa de los derechos de su hijo, debiendo afrontar entre otras una conspiración de los Lara que en 1218 planeaban la invasión de Castilla por parte de Alfonso IX contra su hijo Fernando III.

            La suerte… con la muerte de Álvaro Núñez de Lara frenó la incursión, que ya estaba siendo efectiva. La intervención de Berenguela fue decisiva para que Alfonso IX firmase con su hijo Fernando III, el Pacto de Toro, con el que el 26 de agosto de 1218 se pondría fin a los enfrentamientos entre Castilla y León.

            Y es que Berenguela siempre demostró determinación y excepcionales dotes diplomáticas, cualidad sin duda formada en ella por la acción de su madre, la reina Leonor; cualidades que supo aplicar a su vez en la educación de su hijo y en el servicio de su reino, para el que se dedicaría en el futuro al objeto de conseguir unir en la cabeza de Fernando III los reinos de Castilla y de León.

            Hallándose en paz los reinos, pudieron dedicarse a la Reconquista. Fernando inicia el año 1224 expediciones anuales de conquista por Andalucía, mientras Berenguela queda en Burgos gobernando.

Alfonso IX

            Su gran capacidad diplomática no pudo con la voluntad del padre de sus hijos, Alfonso IX, que falleció en 1230, habiendo excluido del trono a su hijo Fernando III. Pero sí supo convencer a Sancha y Dulce, hijas del primer matrimonio de Alfonso IX, para que renunciasen al trono de León en beneficio de Fernando III, su hermanastro, renuncia que el 11 de diciembre de 1230 plasmaron en Benavente en el Tratado de Tercerías. Desde ese instante ambos territorios quedaban unidos.

            Esta magna reina que reinó en León entre 1197 y 1204 como esposa de Alfonso IX de León, y reinó en Castilla entre 1217 y 1246 como madre de  Fernando III fue gran protectora del arte y dedicó sus esfuerzos a supervisar las obras en la catedral de Toledo y en la catedral de Burgos y al mecenazgo de las artes literarias.

Cesáreo Jarabo

VER EN VIDEO  https://www.youtube.com/watch?v=vwt0VDF09r0

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