El Cardenal Cisneros, creador de la Universidad de Alcalá de Henares

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Uno de los grandes legados de España en América fue la construcción, desde el primer momento del Descubrimiento del Nuevo Mundo, de numerosas universidades, abiertas a españoles peninsulares y nativos de aquel continente, sin distinción de clases o raza. Pues bien, el modelo de aquellas universidades no fue otro que la de Alcalá de Henares, obra de uno de los personajes más grandes de nuestra Historia: el Cardenal Cisneros. Una misión que llegó de la mano de las órdenes religiosas, en un admirable esfuerzo civilizador de aquellas tierras.

La Complutensis Universitas tuvo entre sus estudiantes personajes ilustres como Ignacio de Loyola o Quevedo, y se doctoraron allí personalidades como María Isidra de Guzmán y de la Cerda, conocida como la doctora de Alcalá.

Gonzalo Giménez de Cisneros

En España había ya desde antiguo otras universidades de sólido prestigio, como la de Salamanca, en donde estudió nuestro protagonista, Gonzalo Giménez de Cisneros (1436-1517), donde adquirió una sólida formación en lo que entonces era su especialidad, Leyes.

Conviene abrir un breve paréntesis para recordar que en la Edad Media, la enseñanza pública se impartía en escuelas habilitadas fundamentalmente en conventos y monasterios, así como en los palacios. Unas escuelas que, a partir del siglo XII, empezaron a encontrar el reconocimiento y apoyo de la Iglesia y de los reyes.

Pronto estas escuelas pasaron a ser conocidas como Studia Generalia, donde se impartían títulos de Magister y Doctor, reconocimientos que han llegado hasta nuestros días. Por su parte, la Iglesia concedía generosas pensiones, para que pudieran estudiar aquellos jóvenes de escasos recursos, que demostraban una clara inteligencia y aptitudes para el estudio, quienes tenían además la oportunidad de ampliar su formación entre los mejores maestros de toda Europa.

catedral de Sigüenza (Guadalajara).

Fue en este contexto académico donde surge la figura de quien, en un primer momento, no sitió la vocación religiosa. De hecho, tras su formación en la Universidad salmantina, ejerció como abogado durante unos años, en Roma. Por fin, y tras encontrar su vocación, fue nombrado sacerdote, regresa a España, ejerciendo como canónigo capellán mayor de la catedral de Sigüenza (Guadalajara). En el convento franciscano de La Salceda, pasó a llamarse Fray Francisco Giménez de Cisneros.

Cardenal Pedro González de Mendoza,

La ciudad alcalaína fue la elegida por el Cardenal Pedro González de Mendoza, mentor de Cisneros, para poner en marcha el primer Studium Generale franciscano de Castilla, fundado en 1487, en el Monasterio de Franciscanos Observantes de Alcalá de Henares, con las cátedras de Artes Liberales, Ciencias Sagradas, Teología, Derecho Civil y Canónico. Precisamente ahí había estudiado Cisneros, antes de hacerlo en Salamanca.

Muerto su mentor, y ya nombrado Arzobispo de Toledo, Cisneros toma el testigo y, en 1499, transforma el Studium Generale original en la Complutensis Universitas, tomando el nombre de la ciudad romana de Complutum. siendo su núcleo el Colegio Mayor de San Ildefonso, cuya magnífica fachada aún se conserva y es uno de los elementos más icónicos de la ciudad.

Pero una cosa era levantar acta de la fundación y otra llevar a término ese ambicioso proyecto. Cisneros compró terrenos y puso la primera piedra, el 18 de octubre de 1508, comenzando la primera promoción de estudiantes, entre los que se distinguió Tomás de Villanueva. En el curso 1509 – 1510, funcionaban ya cinco facultades, las de Artes y Filosofía, Teología, Derecho Canónico, Letras y Medicina.

Universidad de Alcalá

El objetivo principal del Cardenal Cisneros con la Universidad de Alcalá era la formación de seculares y religiosos, armados intelectualmente para acometer la reforma de la Iglesia que ya habían emprendido hacía tiempo los Reyes Católicos, anticipándose décadas a poner remedio a las denuncias de la herejía luterana. También se empeñó en formar clases dirigentes, tanto civiles como eclesiásticas, para regir la sociedad desde una visión cristiana, animando a esta tarea también a los miembros del pueblo llano.

Para ello, el Cardenal invitaba a volver a los orígenes del pensamiento cristiano y a un mejor conocimiento de la cultura clásica, incluida la Sagrada Escritura y las enseñanzas de los Padres de la Iglesia. Entre las disciplinas que se impartían estaba la Teología, la Gramática, la Retórica, la Filosofía, el Derecho Canónico y la Medicina, además de los estudios de lenguas bíblicas: latín, griego y hebreo. Teológicamente, Alcalá acogía a las grandes escuelas del momento, el escotismo, el nominalismo y el tomismo.

Biblia Políglota Complutense

Uno de los hitos de la Universidad de Alcalá de Henares y que alcanzó universal reconocimiento en toda Europa fue Biblia Políglota Complutense, cumbre del humanismo cristiano del siglo XVI, culminada por el autor de la primera gramática de una lengua moderna – el español – Elio Antonio de Nebrija, y que venía a resolver las limitaciones de que adolecía la Vulgata, de San Jerónimo. En esta magna obra, desempeñó un papel fundamental la cátedra de Sagradas Escrituras, creada en 1532, y que trataba de promover el retorno a las lenguas originales de los textos bíblicos.

Un título en la Universidad de Alcalá era casi pasaporte asegurado para un brillante desempeño tanto en la carrera eclesiástica como en la civil, pero el ingreso no era fácil; al contrario, muy exigente. Para ingresar como alumno interno en San Ildefonso, había que acreditar ser licenciado en Artes, ser menor de 20 años, célibe y no ser alcalaíno. Sin embargo, los escasos recursos no eran impedimento, ya que la Iglesia Católica, que inventó el sistema de pensiones para alumnos pobres, concedía becas por ocho años a quienes acreditaran no tener recursos. 

Cenatofio del Cardenal Cisneros

La muerte de Cisneros no supuso un parón en la gran tarea de la Universidad de Alcalá de Henares, que tuvo su edad de oro en los siglos XVI y XVII. De sus aulas salieron algunas de las figuras más preclaras de nuestra Historia, como Nebrija, Tomás de Villanueva, Ginés de Sepúlveda, Ignacio de Loyola, Domingo de Soto, Ambrosio de Morales, Arias Montano, Juan de Mariana, Francisco Valles de Covarrubias, Juan de la Cruz, Lope de Vega, Quevedo, etc.

Jesús Caraballo

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