Nació en Santo Domingo el 15 de diciembre de 1811 y falleció en La Habana el 15 de diciembre de 1871.
El 1 de diciembre de 1821 fue proclamado el estado independiente del Haití español, que dos meses después, el 9 de febrero de 1822 desaparecería al ser invadido y anexionado por Haití, que mantendría el control durante veintidós años.
En estas circunstancias, Eusebio Puello fue reclutado con 10 años de edad por el ejército haitiano. En 1824, contando 13 años, fue nombrado cabo… y en 1840 ya era Capitan. En 1842, a consecuencia del triunfante pronunciamiento del Presidente Boyer, fue retirado del servicio en el ejército, momento en comenzó a tramar el alzamiento que liberase Santo Domingo del yugo haitiano.
El movimiento de emancipación redactó un manifiesto que vería la luz el 16 de enero de 1844, y que entre otros, contaba con la firma de Eusebio Puello y sus dos hermanos, y el 27 de febrero del mismo año estaría presente en la Puerta del Conde donde fue proclamada la República Dominicana.
Fue en este momento cuando le fue reconocido su grado de capitán en el ejército de la nueva república, primer paso de su carrera militar, que iniciaría su ascenso en mayo de 1846 cuando fue destinado al mando del segundo batallón del primer Regimiento, puesto que desempeñó hasta noviembre de 1848, cuando fue nombrado Coronel del Estado Mayor.
En 1852 fue nombrado Sub-Gobernador de la Santa Cruz del Seybo; en septiembre de 1854 fue nombrado Gobernador de la Comuna de San Juan de la Maguana y en 1855 se le confirió el mando de todas las fronteras del Sur, donde aquel mismo año tuvo que afrontar a los haitianos que, con el Emperador Souluque, al frente de cinco divisiones pretendía iniciar una nueva invasión.
La aplastante victoria obtenida sobre los haitianos comportó para Eusebio Puello el grado de General de Brigada.
En diciembre de 1860 fue convocado por el presidente Pedro Santana con el objetivo de asistir a una reunión de oficiales generales para tratar la reincorporación a España, y el 4 de enero del año siguiente fue designado para preparar los pueblos al objeto de llevar la misma a cabo.
Enarboló el pabellón español en San Juan, Las Matas, El Cerro y Sabana Mula. En 1854 se le otorgó la gran cruz de Carlos III.
En 1859 Santo Domingo solicitó la anexión a España. En 1861 Puello se incorporaba al ejército español con el grado de mariscal de campo (general de división), y con ese cargo, en 1863, ya en posesión de la gran cruz de Carlos III, se enfrentó a la sublevación que, generada por Inglaterra y EEUU, desembocaría con el abandono de España, que tuvo efecto en 1865.
Al abandonar España Santo Domingo, Eusebio Puello fue destinado a Cuba, donde tres años después participaría en la guerra contra los separatistas, y sería condecorado con la Orden de Isabel la Católica.
Participó en numerosas operaciones militares, siempre al mando de tropas españolas de raza blanca, contra los mambises, y en 1869 fue nombrado comandante general del Departamento Central o de Camagüey. Fortificó Puerto Príncipe y fue un apoyo moral de primer orden para sus habitantes, y acosó el movimiento separatista de forma decidida, destacando la acción de 30 de diciembre de 1869, cuando, al mando de una columna compuesta por unos 1.200 hombres tomó Guáimaro, capital de los separatistas, y dos días más tarde se enfrentó a las tropas de Ignacio Agromonte y de Thomas Jordan, frente a los que sufrió 223 bajas y él resultó herido en una acción en la que animaba a sus soldados, a pecho descubierto, diciendo:
Los enemigos de España, enquistados en el gobierno, en la oposición y en la prensa no podían denigrarlo llamándole cobarde… Pero sí publicaron que carecía de conocimientos militares, cuando su hoja de servicios estaba plagada de victorias.
Fue relevado del mando de tropas “por deficiencias administrativas” y el 15 de diciembre de 1871, el valiente, honrado y leal general fallecía en la ciudad de La Habana, rodeado de sus diez hijos.
Cesáreo Jarabo
Para mí, el general Puello, al igual que el presidente Sanatana fueron de los pocos que entendieron que sin España Santo Domingo sería presa (como lo fue y lo es) de enemigos internos que solo velan por sus intereses. Gloria a ese gigante de Bronce, General Puello, Gloria al presidente Santana! Gracias profesor Jarabo por este articulo.