Leonor Guzmán de Flores

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En la historia de España muchas han sido las mujeres que con el nombre de Leonor han dejado su rastro por ella. Desde la actual princesa de Asturias hasta la favorita de Alfonso I, Leonor de Guzmán. Sin embargo, en esta ocasión no nos adentraremos hasta los pasillos palaciegos para encontrar a nuestro personaje; Leonor Guzmán de Flores.

Sin poder precisar ni la fecha ni el lugar de su nacimiento, Leonor Guzmán de Flores tiene el honor de ser la madre del primer criollo nacido en Potosí en 1584. Casada con Francisco Flores, vivía en una ciudad en aquellos tiempos esplendorosa en todos los sentidos. Sin embargo, existía la creencia de que, las españolas, debido al mal clima y a hallarse a más de 4000 metros de altitud, sufrían de abortos. Por tal motivo, las españolas embarazadas acudían a la ciudad de La Plata (hoy Sucre, en Bolivia) o a los valles cercanos para dar a luz. Tal conducta preventiva la había seguido el matrimonio Flores en los anteriores seis embarazos. Sin embargo, a pesar de permanecer durante las últimas semanas lejo de Potosí y de su altitud, los alumbramientos habían tenido un fatal desenlace. Leonor, ante su séptimo embarazo, en alguna medida cansada del ajetreo que significaba dejar casa y recogerse en otra ajena, decidió seguir los consejos del padre agustino Joseph de Quiroz y permanecer en Potosí hasta dar a luz, encomendándose a san Nicolás de Tolentino. Y, efectivamente, el día de Navidad de 1584 dio a luz un niño sano y hermoso, al que pusieron por nombre Nicolás, en honor al santo al cual se habían encomendado.

Así pues, Nicolás Flores fue el primer criollo potosino. A partir de tal hecho, las españolas dejaron de acudir a las poblaciones del valle y, encomendándose a san Nicolás de Tolentino — por más señas italiano y primer santo de la orden de los Agustinos —, fueron dando a luz en Potosí. Desde tal acto de valentía por parte de Leonor Guzmán, casi siempre presente en la mujer española en el Nuevo Mundo, los criollos en Potosí fueron conocidos como los nicolases. Un Potosí cuya riqueza argentífera ,surgida del Cerro Rico, la convirtió en una ciudad con más población que cualquier otra en la época colonial. Así, mientras Lima, cabeza del Virreinato, gozaba de 15.000 habitantes, la villa de los nicolases alcanzaba los 160. 000, siendo parte de dicha población mayoritariamente indígena y criolla.

En la actualidad san Nicolás de Tolentino es el patrono de Suipacha, una pequeña población, situada en el municipio de Tupiza de la provincia de Sud Chichas, en el departamento de Potosí. Pero lo curioso es que lo es también de más de cincuenta ciudades o poblaciones de América, desde México hasta Argentina, resultado de la obra evangelizadora de la Orden agustina.

Esta modesta pero ejemplar historia, fue recogida por el cronista Bartolomé Arzans de Orsúa y Vela, en su Historia de la Villa Imperial de Potosí. La cual mereció también la atención del escritor, Premio Boliviano de Novela Ramón Rocha Monroy, en su obra Potosí 1600.

Francisco Gilet.

Bibliografía

J. M.ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003

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