Contarhuacho, nacida hacia el año 1500, era hija de Pomapacha, curaca, el jefe político, de Hurin Huaylas y de Añas Colque, de las etnias andinas que habían sido sometidas por el Inca.
Consecuencia de la derrota infligida al curaca, pasó a formar parte del harén real. Era segunda esposa de Huayna Capac (padre de Atahualpa, Huascar y Manco Inca), y fue madre de Inés Huaylas Yupanqui (nacida Kespisisa), que daría dos hijos a Pizarro: Francisca y Gonzalo Pizarro Yupanqui.
Contarhuacho recibió de Atahualpa el señorío sobre Tocas y Huaylas, extendiendo sus dominios desde Lacramarca (al norte) hasta la margen derecha del río Pariahuanca en la Cordillera Blanca y el río Purhuay en la Cordillera Negra, que comprendía doce distritos admisistrativos.
Era un cargo importante de carácter político, y como tal, pasado el tiempo, tendría una participación destacada en agosto de 1536 cuando, encontrándose cercada Lima por Manco Inca, envió un gran contingente de nativos que defenderían la ciudad del ataque.
En ese momento, Francisco Pizarro gobernaba Lima, donde residía con Inés Huaylas en régimen de concubinato. Para el caso, Inés ocupaba el lugar que había ocupado su madre Contarhuacho con Huayna Capac. Es así que Inés legitima su posición y la de Pizarro como máximo exponente de la jerarquía inca.
Y es que, tras la Conquista, Contarhuacho continuó ejerciendo como curaca.
Manco Inca había huido de Lima en 1536, organizado un ejército y sitiado Cusco, y fue Contarhuacho quien informó a Pizarro de la sublevación, al tiempo que levantaba un importante ejército que acudió en su defensa. En el mismo, donde ella misma comandaba una sección del ejército, figuraba Paullu, hijo de Huayna Cápac y Añas Colque, quién acabaría siendo nombrado Inca en sustitución del rebelde. Posteriormente sería bautizado con el nombre de Cristóbal.
El asedio de Lima es el último dato que se tiene de Contarhuacho.
Su nieta, Francisca Pizarro, hija de Francisco Pizarro y de su hija Quispesisa, fue la primera mestiza del Perú y heredó una considerable riqueza. Fue a la Península; se casó con Hernando Pizarro, de quién enviudó, y en segundas nupcias casó con Pedro Arias Dávila Portocarrero.
Por el momento la historiografía nos oculta más datos sobre esta soberbia mujer, madre de la Hispanidad en América, pero son suficientes para brindarle nuestra atención y respeto.
Cesáreo Jarabo