Se ha informado de que los generales españoles Castaños y Llamas, que se han retirado por Campo de Criptana, han continuado su retirada por Alcázar, Daimiel, Almagro, y deben de haber tomado posición en Despeñaperros y Bailén. Los habitantes de Campo de Criptana aseguran que el general Llamas es el comandante en jefe de las tropas que están en Despeñaperros.
(Tomo III de la Campagne de l’Empereur Napoléon en Espagne (1808-1809)).
La victoria española contra los franceses en Bailén tuvo numerosas consecuencias, desde el entusiasmo general, reforzado por la resistencia mostrada en Zaragoza y Gerona, a la planificación de un poder único acatado por todos, que gobernaría en nombre de Fernando VII y en su lugar dirigiera la guerra, aunando y coordinando los esfuerzos, hasta ahora dispersos. La solución fue, la constitución de la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino.
Militarmente, el fracaso de Dupont significó la primera derrota campal sufrida por un ejército napoleónico y, materialmente, la rendición de 20.000 soldados imperiales. Estratégicamente, Bailén abrió el camino hacia Madrid, provocando que José I tuviera que retirarse hasta Vitoria por su seguridad. El 29 de julio supo el rey intruso, la amarga nueva, y el 30 abandonaba la Corte madrileña, siguiéndole el 31 con la retaguardia el mariscal Moncey, para establecerse en Miranda de Ebro, en cuyas inmediaciones se concentraron 60.000 franceses. El 1º de agosto respiraba Madrid completamente libre del enemigo; el 13 entraba en ella el general D. Pedro González de Llamas con las tropas de Valencia y Murcia, y el 23 lo efectuaba Castaños por la puerta de Atocha con la división de Reserva del ejército de Andalucía, siendo recibido con el júbilo consiguiente. Los imperiales levantaron también el sitio que tenían puesto a Zaragoza.
EL PERSONAJE
Pedro González de Llamas y Molina (en algunos lugares se le apellida Gonzalo) nació en Ricote (Murcia) en el año 1738. A cumplir los 13 años de edad pasó al Real Seminario de Nobles de Madrid, donde ingresó el día 17 de mayo de 1750.
Ingresó como cadete en el Regimiento de Reales Guardias Españolas en agosto de 1762, tomando parte en la campaña de Portugal de ese año.
El primer objetivo de los aliados gobiernos de España y Francia era invadir Portugal, el antiguo aliado de Gran Bretaña, que se suponía era totalmente incapaz de defenderse contra una confederación tan formidable…
Llamas fue ascendiendo paulatinamente en el escalafón militar, primero a alférez de fusileros, luego a alférez de granaderos, a continuación como 2.º teniente de fusileros y finalmente a 2.º ayudante mayor (1779).
Al declararse la guerra a Inglaterra, fue destinado al sitio de Gibraltar (1779), en donde fue nombrado por el comandante general, Martín Álvarez de Sotomayor, mayor de línea y trincheras, cuyo mando tuvo durante siete meses, cuando resultó herido en 1781. Por su labor fue ascendido a teniente coronel.
En el lado español se alzaba el campamento militar de Punta Mala con 13.700 soldados al comienzo del sitio, entre los que cabe destacar a los mil artilleros, llamados a desempeñar un papel crucial en la contienda, doce escuadrones de caballería, cuatro batallones de infantería, dos de guardias españolas, otro dos de walonas, más un conjunto de fuerzas de regimientos de Aragón, Cataluña, Guadalajara, Soria y Saboya.
Una fuerza naval comandada por el almirante Antonio de Barceló anclada en los puertos de Algeciras y Ceuta para evitar que navíos británicos abastecieran a Gibraltar. Once navíos y dos fragatas se situó en el Golfo de Cádiz con el objetivo de impedir esos refuerzos.(abc.es/historia-militar/20130809/abci-gran-asedio-ultima-espana)
Ascendido a coronel graduado, Llamas pidió su cese en el Regimiento de Guardias Españolas, siendo nombrado teniente coronel del Regimiento Provincial de Murcia el 9 de enero de 1783.
LA GUERRA CONTRA EL FRANCÉS
Durante la guerra del Rosellón (1793), estuvo a las órdenes del general Antonio Ricardos Carrillo de Albornoz como coronel del batallón de Granaderos Provinciales de Castilla la Nueva, distinguiéndose en el ataque al campo francés de Cornella, el 10 de agosto de 1793, a las órdenes del mariscal de campo Rafael Adorno.
A
lo largo de mayo y junio los españoles fueron tomando una tras otra todas las
fortalezas de la frontera, sufriendo muy pocas bajas: Argeles, Elna, Cornella,
y Prats de Molló. Finalmente (Ricardos)sitió la fortaleza de Bellegarde, la más
poderosa, con más de mil hombres de guarnición, 41 cañones, y con fama de ser
inexpugnable.
Replegado el ejército sobre la posición del Boulou, Llamas participó en su defensa el 3 de octubre de 1793, siendo hecho prisionero durante una descubierta el 12 de ese mismo mes.
Cuando llegó la primavera, Francia lanzó una doble ofensiva en ambos extremos de los Pirineos que los españoles no podían detener:
Dugommier literalmente aplastó las defensas del campo atrincherado de Boulou a lo largo de una batalla que duró tres días: del 29 de abril al 1 de mayo. Prácticamente, toda la artillería, la baza que tan sabiamente había empleado Ricardos, quedó en manos francesas y los españoles abandonaron todas sus conquistas en Francia, con la única excepción de la poderosa fortaleza de Bellegarde que quedó sitiada. (elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/historia-militar/309-la-guerra-de-los-pirineos)
De regreso a España, Llamas fue promovido a coronel del Provincial de Murcia, recibiendo el ascenso a brigadier de Infantería y posteriormente a mariscal de campo (1795).
Don Pedro había sido elegido anteriormente en diciembre de 1800 (ya lo fue en 1796) como uno de los dos alcaldes ordinarios de Archena junto a José de Vera Melgarejo. El Comendador de la religión de San Juan, en completo desacuerdo con la elección, lo sustituyó, siendo este tan solo un episodio de la larga pugna entre el Sr. Llamas y la Orden, que se agudizó en torno a 1820, al reclamar el Comendador el directo dominio sobre unas posesiones de don Pedro en Los Baños; la causa tuvo que ser resuelta por el Corregidor de Murcia.
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
Desdeñaron su interés sin ocuparse más que de la injuria recibida. Se indignaron con la afrenta y se sublevaron ante nuestra fuerza. Los españoles en masa se condujeron como un hombre de honor (Napoleón Bonaparte).
Al estallar la guerra de la Independencia, Llamas se hallaba en Murcia. Recibidas las noticias de lo que acontecía en Madrid, fue nombrado vocal en la Junta Suprema, bajo la presidencia del conde de Floridablanca (25 de mayo de 1808), y comandante general de las tropas de la provincia.
Antes de iniciar la campaña, Llamas, hombre de profunda religiosidad, entrega su fajín de general y su bastón de mando a la imagen de la VIRGEN DE LA FUENSANTA, atributos que todavía lleva (newseuropa.es/general-pedro-gonzalez-llamas-molina).
Al frente de las tropas de Cartagena y Murcia, Llamas organizó en las Atalayuelas una división compuesta de once batallones (unos cinco mil trescientos hombres), cooperando con el conde de Cervellón para socorrer Valencia del ataque del mariscal Moncey.
Mancey, derrotado, se retira, pero el 26 de junio el general Pedro de Llamas le sale al encuentro a la altura de Alcira y ataca con fuerza el ala derecha y la retaguardia el ejército francés, persiguiéndole hasta Tarazona y Çaldegangas. Derrotado el ejército francés, LLAMAS se dirige en auxilio de ZARAGOZA al mando del Regimiento Castilla, pero tras entrevistarse con el Capitán General de Aragón decide partir en dirección a Madrid (newseuropa.es/general-pedro-gonzalez-llamas-molina).
El murciano sucedió a Cervellón en el mando del ejército de Valencia y Murcia, siendo sus tropas las primeras en entrar en Madrid, el 13 de agosto de 1808. Siguiendo instrucciones de la Junta Suprema de Murcia, asumió el gobierno de Madrid, siendo ascendido por esta a teniente general el 22 de ese mismo mes.
El 13 de agosto de 1808, el general ricoteño lanza una proclama patriótica a su División:
Soldados del Ejército de Defensa de los Reynos de Valencia y Murcia: vamos a entrar en Madrid, capital de los vastos Dominios y Reinos que componen nuestra nación querida. Las águilas de nuestros enemigos se han asustado al ver que nos acercamos para destruirlos guiados del brazo vengador que los están castigando por sus iniquidades y traiciones. (Arenga de Llamas, 13 de agosto de 1808, recogido en Diario de Madrid, miércoles 17 agosto de 1808, nº. 10 p. 37)
El 5 de septiembre asistió en Madrid a un consejo de generales, del que formaban parte el general Francisco Javier Castaños, Gregorio García de la Cuesta y el duque del Infantado para coordinar la marcha de las operaciones militares, quedando su ejército incorporado al del Centro a las órdenes de Castaños. A final de mes fue nombrado miembro de la Junta Militar, junto con Castaños, Morla, el marqués de Castelar, el marqués de Palacio, el conde de Montijo, el brigadier Agustín Bueno y el jefe de escuadra Gabriel Ciscar. Se incorporó seguidamente al ejército de Castaños, marchando al Ebro para ocupar Tudela, siendo poco después sustituido por Roca en el mando de su división.
Aquello era una pesadilla con música de Paco de Lucía. Imaginen, por ejemplo, el estado de ánimo de ese correo francés a caballo, Dupont o como se llamara el desgraciado, galopando solo por Despeñaperros, tocotoc, tocotoc, mirando acojonado hacia arriba, a las alturas del desfiladero, cayéndole el sudor por el cogote, loco por llegar a Madrid, entregar el despacho, tomarse una tila y luego relajarse en un puticlub, cuando de pronto ve que le sale al camino una partida de fulanos morenos y bajitos cubiertos de medallas religiosas y escapularios, con patillas, trabucos, navajas y una sonrisa a lo Curro Jiménez que le dicen: «Oye, criatura, báhate der cabayo que vamo a converzá un rato». Ahí, en el mejor de los casos, el gabacho se moría de infarto, él solo, ahorrándose lo que venía luego. (Arturo Pérez-Reverte, Una historia de España).
El 8 de noviembre de 1808, la Junta Central nombró a Llamas inspector general de la Infantería en sustitución de José Joaquín Martí, cargo al que renunció a los tres días. Pasó entonces a ser gobernador de Aranjuez, mandando las tropas que protegían a la Junta Central.
Tras la caída de Madrid el 3 de diciembre, el ejército español no pudo impedir el avance de los franceses, teniendo que retirarse Llamas hasta La Carolina, en Jaén. Acusado de traición por el marqués de Palacio, se le formó Consejo de Guerra el 20 de diciembre, cuya causa se demoró hasta septiembre de 1809, en el que resultó absuelto de todos los cargos.
En 1810 fue elegido diputado a Cortes por el reino de Murcia, siendo nombrado aposentador general de las mismas en la Isla de León (Cádiz) y vocal de la Junta de Medios y Recursos. Como aposentador mayor de la Casa Real contactó con el ingeniero de Marina Antonio Prats para remodelar el lugar elegido como sede parlamentaria. El escenario escogido fue un teatro llamado Casa Coliseo de Comedias.
El 24 de septiembre de 1810 se inauguraron las Cortes con el juramento de todos los diputados presentes. Presidió el juramento el cardenal De Borbón, levantando acta de la ceremonia el secretario de Estado de Gracia y Justicia, quien tenía a su izquierda al general Pedro de Llamas.
Interviene el diputado Pedro González de Llamas para decir que ya presentó una moción en una sesión secreta y que está esperando a que se trate para dar su opinión; le contesta el diputado marqués de Villafranca, que era miembro de la comisión de Guerra cuando recibieron la moción de Llamas, para informar que esta ya está resuelta y que pronto se dará cuenta de la misma. (Diario de las Cortes de Cádiz, 31 de marzo de 1811)
Tras un breve descanso en Ricote, se incorporó a las comisiones de Justicia, Constitución, Ejército, Premios. Fue uno de los firmantes de la Constitución a pesar de su negativa hacerlo en los primeros momentos, pues en la sesión secreta de 17 de marzo de 1812 alegó que sus principios y sentimientos no le permitían firmar ni jurar la Constitución y que, con gran decencia y coherencia política, anticipaba a las Cortes esta decisión para que estas determinasen lo que les pareciera justo y conveniente.
Termina la sesión secreta, diputados liberales como Muñoz Torrero, Alcalá Galiano y el conde de Toreno hablaron con Llamas con intención de convencerle para que firmase la Constitución, porque de lo contrario perdería parte del prestigio que había conseguido como servidor de la nación. Reflexionó Llamas sobre el asunto y cambiando de parecer, estampó su firma al pie de la Constitución más grandes que ha tenido España en su historia contemporánea (newseuropa.es/general-pedro-gonzalez-llamas-molina).
En 1813 cesó como diputado y regresa definitivamente al Valle de Ricote, instalándose en la casa compartida con su hermano Sancho, en Archena (Murcia). Ese año fue nombrado miembro del Real Consejo de Guerra, cargo que ostentó hasta su muerte.
En los años que siguieron a la guerra de la Independencia se sucedieron varias catástrofes naturales: sequías, granizo, langosta…; todo ello en un país ya devastado por el paso y aprovisionamiento de los ejércitos. En unos organismos debilitados por el hambre, el paludismo y la fiebre amarilla que alcanzaron gran virulencia. En esta situación de miseria generalizada destacaba la generosidad de Don Pedro, un hombre soltero, enfermo de sífilis, que creía su deber ayudar a los demás, probablemente desde el convencimiento de que con ello purgaba sus pecados. Lo cierto es que sus buenas acciones le hacían muy querido por todo el pueblo: visitaba a los enfermos y los socorría con su dinero, ayudaba a los mozos cuando entraban en quintas, librando a los más necesitados del servicio militar; se decía que en el pueblo no se hacía nada sin contar con él y era el ejemplo perfecto del paternalismo filantrópico que ejercían personas buenas y, evidentemente ricas, de la época. El cariño hacia don Pedro que sentían los vecinos de Archena los llevó a una auténtica movilización popular para que fuera enterrado en la Iglesia y no en el nuevo cementerio.(archena.es/historia-y-patrimonio/personajes-ilustres).
Pedro Gonzalo Llamas y Molina fallecería a los 85 años en Archena el 20 de enero de 1822, siendo enterrado en la iglesia de San Juan Bautista.
Las leyes sanitarias habían prohibido desde años antes y con todo rigor, los enterramientos en iglesias y lugares públicos dentro de las poblaciones, debiendo hacerlo en los cementerios públicos que debían estar alejados de las poblaciones.
En el momento del entierro, al finalizar las exequias, el pueblo se amotinó, contra las autoridades municipales y los sacerdotes presentes exigiendo que Llamas fuese enterrado en la cripta mayor del templo donde ya reposaban los restos de su hermano Juan y otros parientes cuyos e impidiendo que su cadáver fuese conducido al cementerio nuevo del OPE.
En septiembre de 1836 las tumbas fueron profanadas y los cuerpos desenterrados. Un sobrino-biznieto del general recogió gran parte de estos restos y fueron depositados en el mismo lugar en el que el pueblo agradecido de Archena quiso en su día que se enterrasen .
Ricardo Aller
FUENTES:
*criptanaeneltiempo.wordpress.com/2013/01/30/diario-de-la-guerra-de-independencia-iv-la-otra-cara-de-la-moneda-campo-de-criptana-1808/
*wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_Portugal_de_1762#:~:text=La%20Invasi%C3%B3n%20espa%C3%B1ola%20de%20Portugal,por%20la%20Alianza%20anglo%2Dportuguesa.
*https://www.abc.es/historia-militar/20130809/abci-gran-asedio-ultima-espana-201308081858.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
* congreso.es/es/cem/h1811-3
*archena.es/historia-y-patrimonio/personajes-ilustres/216-don-pedro-gonzalo-de-llamas-y-molina-20-de-enero-de-1822
*newseuropa.es/general-pedro-gonzalez-llamas-molina-fue-uno-los-firmantes-la-1a-constitucion-1812/.
(abc.es/historia-militar/20130809/abci-gran-asedio-ultima-espana