ANDRÉS DE CLARAMONTE, UN AUTOR DEL SIGLO DE ORO

Si te gusta, compártelo:

Madrid, 1603.       

A la hora menguante de otra calurosa noche de julio la taberna de Puerta Cerrada es un bullicio de risotadas, ruido de huesos de Juan Tarafe rebotando en las paredes y rumor de conversaciones de gariteros arremolinados en torno a las mesas donde ora se tiran dados, ora se ara con bueyes—seis granos juego, matantes tengo, llevo los palos vacíos, la calle del puerto es mía, envido y demás lances propios del catecismo—, algunos con más fortuna que otros.

Arrullado por el jaleo, Andrés de Claramonte bebe de un trago medio azumbre de vino turco celebrando su buena fortuna. Dice la sabiduría popular que si la inspiración no viene se ha de salir a su encuentro, y eso es lo que ha hecho: después de pasarse varios días encerrado en casa rumiando alguna idea para una nueva obra de teatro, le ha bastado una jornada entre cicarazates, vivandores, apóstoles, picadores, templones, lechuzas, cachucheros, daifas de poco manto y demás gente de la noche para encontrar un tema interesante sobre lo que poder escribir.

Todo Madrid está hablando de Gallinato, el hombre que, dicen, ha llevado el pendón de Castilla hasta la lejana tierra de Camboya. Muchos son los hechos que se narran en el Mentidero de San Felipe el Real, algunos veraces y otros, como suele suceder en estos casos, más falsos que un maravedí de cobre, pero es precisamente esta mezcla entre realidad y leyenda lo que ha decidido a Claramonte para escribir una historia que tiene todos los ingredientes para ser un éxito: guerra, amor y política, todo ello en un lugar exótico…

Sentado junto a la puerta trasera que los rufos suelen emplear para cuando hay que salir al grito de “peñas y buen tiempo”, el murciano le va dando forma a la trama entre tiento y tiento al licor de Baco: él no sabe nada del lejano reino de Camboya, ni de Asia ni de las Indias Orientales, pero sí de tierras como Chile o el Perú, así que ¿por qué no situar la acción en las Indias Occidentales el lugar llamado Cambox, un reino presto para ser conquistado? Bastará alguna referencia geográfica ––al sur del mar del Norte, una tierra dotada con mil racimos de riquezas, con una extensión de 500 leguas de largo y 300 de ancho y que dista 300 leguas del Perú –– donde situará la acción de sus protagonistas, el capitán Gallinato y el virrey del Perú don Juan de Velasco.

          Y así, ardiendo en deseos de ponerse a escribir, el jaque apura el barroso y deja un Juan Platero antes de abandonar la taberna con la cabeza bullendo algunos versos con la esperanza de poder ganarse por fin un lugar en el Parnaso.

¿Qué voces son las que siento

que me esfuerzan y acobardan?

Unas que salga me dicen

y otras dicen que no salga;

no sé a cuál de las dos siga

que me parecen contrarias

EL PERSONAJE

De Andrés de Claramonte y Corroy se sabe muy poco, ni siquiera sus padres (quizás, el zapatero Pedro de Claramonte). Debió nacer en Murcia hacia 1560, según el acta notarial conservada en el Archivo Regional de Murcia, si bien la Real Academia de la Historia establece el nacimiento en torno a 1580, fecha aproximada en base a una propia declaración del actor y dramaturgo, pues en 1605 se declaró mayor de veinticinco años.

Sus actividades dramáticas se documentan por primera vez en 1603, momento a partir del cual se empieza a tener información más fidedigna: en 1604 se casó con Beatriz de Castro y Virués en San Lorenzo de Valladolid, siendo padrino Baltasar Pinedo, dueño de la compañía teatral donde trabajaba, y en 1605 se mudó a Sevilla, donde actuó junto a Alonso de Heredia, Antonia Granados, más conocida como la divina Antandra. y Alonso de Olmedo y Ormeño.

Las primeras noticias de Claramonte como propietario de compañía teatral —“autor”, en la terminología de la época— datan de 1607, cuando contrató representaciones para la ciudad de Toledo; y en los años sucesivos se documenta su presencia en Murcia, Valencia, Madrid y Córdoba.

Durante esos años combinó su faceta de actor con la de escritor, adquiriendo mayor fama por lo primero que por lo segundo, hasta el punto de que en1615 su compañía fue una de las doce autorizadas por el rey para realizar representaciones en Castilla.

DRAMATURGO

Es España la más rica

que en el suelo se conoce. 

a mejor región de Europa,

la más rica, la más noble.

En sus obras se pueden reconocer los postulados del Arte, en cuanto a la ruptura de las unidades dramáticas clásicas y la mezcla de los elementos trágicos y cómicos. Las principales características de su pluma son la variedad de asuntos, el fácil desarrollo de la acción, el interés por lo sobrenatural y lo milagroso, así como por los finales insólitos que buscan la sorpresa del público; todos estos rasgos explican las frecuentes contradicciones y escenas inverosímiles, la espectacularidad, el dinamismo, la fantasía, la importancia de los sueños y el sentido del humor, así como también una reiterada presencia de la religión y de los elementos sobrenaturales

Entre sus comedias de atribución segura destacan las siguientes:

*El nuevo rey Gallinato, representada en Salamanca en 1604.

*La católica princesa Leopolda, 1612;

*El valiente negro en Flandes, comedia en dos partes, la segunda de las cuales se representó en Murcia en 1612;

Trata esta obra del problema del racismo en una sociedad integrada. Cuenta la historia de un negro, esclavo en Mérida, que tras ganar su libertad marcha a Flandes, donde lucha contra todo tipo de desprecios y desconsideraciones a causa de su raza, ganándose al final la confianza del duque de Alba y el amor de la hija de su antiguo dueño.

*Letanía moral (Madrid, 1613). Contiene elogios poéticos de varios autores coetáneos y muchos datos sobre actores

*De esta agua no beberé, representada en 1617. Esta obra contiene importantes parentescos con el tema de don Juan, tanto en contenido como en estilo, como ha observado Gerald E. Wade.

*El gran rey de los desiertos, San Onofre, representada en 1620.

*las loas sacramentales La asunción de la Virgen y Las calles de Sevilla (Sevilla, 1621).

 *La infeliz Dorotea, 1623.

 *Los corporales de Daroca y El valle de la muerte, autos sacramentales para el Corpus sevillano de 1623.

*El horno de Constantinopla y El rey David y La sinagoga, autos sacramentales para el Corpus sevillano de 1624.

*El ataúd para el vivo y el tálamo para el muerto, comedia escrita en 1624.

*El honrado con su sangre, Valencia, 1629.

 *El valiente negro en Flandes, Barcelona, 1638.

*De lo vivo a lo pintado (Sevilla, inacabada).

*El secreto en la mujer. Basada en El halcón de Federico, de Lope de Vega, quien a su vez tomó el argumento de un episodio de Boccaccio..

Posteriormente se ha descubierto una obra inédita, Las dos columnas de Carlos, en la que se dramatiza la vida de san Carlos Borromeo que tiene la particularidad de mostrar en la escena inicial a Martín Lutero.

EL NUEVO REY GALLINATO

Hacia el año 1593 el rey Naresuem de Siam decidió invadir Camboya. Viendo su reino en peligro, Prauncar Langara envió a Manila a su hombre de confianza, el portugués Diego Belloso, en calidad de embajador, solicitando a los españoles ayuda militar, pero el gobernador de Filipinas, Gómez Pérez Dasmariñas, se limitó a ofrecer una respuesta vaga sin asegurar socorro militar, mientras Churdurnuco ya comenzaba a ser atacado.

El rey de Siam apresó a varios camboyanos principales, así como a al español Blas Ruiz de Hernán González y a los portugueses Belloso, Pantaleón Carnero y Antonio Machado, mientras el rey de Camboya y parte de su familia consiguieron huir hasta Laos. Los detenidos fueron llevados en un junco junto a otros presos chinos a Siam, pero en mitad del trayecto se produjo un motín y Blas Ruiz tomó el control de la nave. Poco después chinos y occidentales se pelearon entre sí, ganando estos últimos. Una vez dominado el junco, los españoles variaron la travesía y en lugar de seguir rumbo a Siam viraron hacia Manila, adonde arribaron en 1594.

Temiendo una represalia española, Naresuen liberó a Diego Belloso y lo mandó a Filipinas en 1595. En esa época el gobernador era Luis Pérez Dasmariñas, quien decidió proveer una armada de tres embarcaciones con unos 120 soldados castellanos junto algunos filipinos y japoneses, todos ellos bajo las órdenes del capitán Juan Juárez Gallinato.

La expedición salió de Manila el 19 de enero de 1596. Gallinato comandaba la fragata principal y Blas Ruiz y Diego Belloso sendos juncos. Junto a ellos, los misioneros dominicos Alonso Jiménez y Diego de Aduarte,  y entre los soldados españoles destacaban nombres como Pedro Sevil, Jaque de los Ríos o Pablo Garrucho,

Un gran temporal separó unos de otros de forma imprevista: Gallinato se quedó en la costa de Singapur, Belloso en la de Camboya y Blas Ruiz llega al reino vecino de Champá al sur de Vietnam. Tras diversos avatares ( Ver en esta misma página Camboya bajo el pendón de Castilla, un sueño inconcluso; https://espanaenlahistoria.org/episodios/camboya-bajo-el-pendon-de-castilla-un-sueno-inconcluso/) Diego Belloso y Blas Ruiz, se reencontraron con Gallinato, instándole a la conquista de Camboya. La propuesta no le convenció, lo que generó un gran descontento.

Gallinato ejerció su liderazgo y ordenó descender por el Mekong en dirección a la Cochinchina, mientras Belloso y  Ruiz iban por tierra a Laos para informar de los recientes acontecimientos al legítimo rey camboyano, fugitivo en Laos desde 1594, y allí descubrirían que Paramaraja IV había muerto. Ante el giro de los acontecimientos español y portugués incitan a Apram Langara (Paramaraja V) para que acceda al poder y este premió su apoyo nombrándoles chofas (gobernadores) de las provincias de Bapano y Tran. Mientras esto ocurría, Gallinato inició el regreso a Filipinas y, tras varios incidentes bélicos en Singapur y Sumatra, llegó a Manila a mediados de 1597.

Se llegaría a mandar en 1598 una segunda expedición formada por tres fragatas y encabezada por Luis Pérez Dasmariñas, pero de nuevo una tormenta hizo perder los barcos. Aún habría ánimos para organizar una tercera armada hacia Camboya, capitaneada por Luis Ortiz del Castillo y Luis de Villatane, pero los europeos ya no serían recibidos como aliados, sino como invasores: en 1599 el jefe malayo Ocuña Lacasamana (Laksmana) ajustició a Diego Belloso, Blas Ruiz y el joven rey de Camboya, Apram Langara , concluyendo así la intervención española en los asuntos camboyanos.

Las informaciones de lo que sucedía al otro lado del mundo llegaban a España a través de soldados y misioneros participantes en la primera campaña, la liderada por Juan Juárez Gallinato. Así, por ejemplo, disponemos del testimonio del franciscano Marcelo de Ribadeneira y su Historia de las Islas del Archipiélago y reinos de la Gran China, Tartaria, Cuchinchina, Malaca, Sian, Camboya y Jappón (1601), del dominico Gabriel de San Antonio y su Breve y verdadera relación de los sucesos del reino de Camboya (1604), de Antonio de Morga, Sucesos de las Islas Filipinas (1609) o la Conquista de las Islas Malucas (1609) de Bartolomé Leonardo de Argensola, así como los relatos de Diego de Aduarte o fray Diego González.

De todos estos autores citados el más importante, sin duda alguna, es el padre San Antonio, quien se declara testigo presencial de los hechos.

(Su objetivo es que) se deshagan las tinieblas y nubes de tantas tabulas y engaños como falsamente se han publicado en Castilla de los sucesos de estas islas y reinos (Gabriel de San Antonio).

En los primeros años del siglo XVII los hechos protagonizados por Gallinato y demás gentes en Camboya estaban en boca de todo el mundo, tanto en España como en Portugal

(Gallinato) no era rey ni casado con la hija del rey de Camboya, como falsamente le fingen en Castilla, aunque pudo granjear los reinos referidos para la corona de vuestra majestad.

Muchos de los hechos acaecidos a Diego Belloso y Blas Ruiz (toma de la capital camboyana, asesinato del rey usurpador y reposición del legítimo, nombramientos de chofas o gobernadores, casamiento del primero con una dama de la familia real) fueron adjudicados a Gallinato: La distancia y la rumorología popular fueron modificando la realidad a su gusto, quedando Gallinato como protagonista absoluto de los hechos. Pruebas de que esto fue así lo refrendan dos curiosos textos que califican a Gallinato rey de Camboya: el primero está escrito en portugués por José Martino Ferreira, titulado Relação que contem os venturosos e prodigiosos successos de João Baptista Gallinato, e como veyo a ser Rey das provincias e reynos de Camboya que esta junto com o grande e potentissimo reyno de China (1607), además de otra relación de sucesos sobre la pasiflora o flor de la pasión, sin autor reconocido:

Traslado de vna carta, que fue embiada de las yslas de Camboja y de Sian, tierra del rey Gallinato: de como hallaria en vnos arboles tiernos que jamas auian llenado fruto ni flor, vnas flores las quales tenian todas las insignias de la passion de Christo: la qual flor es la siguiente, y traslado que aqui va fue escrita esta relation a la corte, juntamente con la relacion vn romance ruteno y unas seguidillas en alabança de la flor, todo visto y examinado, y con licencia impresso en la corte, este año 1609. (Copia conservada en la Houghton Library de la Universidad de Harvard)

Es en este contexto cómo Andrés de Claramonte se le ocurre escribir una comedia sobre el famoso rey Gallinato. La pieza debió redactarse en esos tempranos años de 1602 o 1603, cuando el tema era actual, y consta que fue representada al menos tres veces en Salamanca (el 29 de abril, el 2 de mayo y el 13 de septiembre de 1604) por la compañía de Baltasar Pinedo, donde trabajaba Claramonte como actor.

Visitáronle de paz los más principales de Camboya, con los cuales usó de gran cortesía. Pudiera hacer alguna grande facción, mas viéndose con flacas fuerzas para la empresa, y ya que las cosas habían tomado otra forma y diferente estado, acordó de partirse. Contradíjolo la mayor parte de aquellos magnates, prometiéndole la corona del reino como aficionados a españoles y a dominio extranjero. De aquí nació aquella fama liviana de que Gallinato era rey de Camboya, que fue creída de muchos en España y en los teatros de ella se representó con aplauso; y fueron de parecer- personas expertas de aquellas provincias que si Gallinato abrazara la ocasión pudiera en ella apoderarse de Camboya y agregarla a la corona de España. Cartas he visto de Beloso y de Blas Ruiz para la Audiencia de Manila después de este suceso en que señalan esto mismo (Argensola)

Una de las características de la obra es la enorme libertad compositiva de que Claramonte se sirvió para construir el espacio dramático de su comedia. No aparecen Asia ni las Indias Orientales; por contra, sí nos topamos con Chile o el Perú y no lejos de ahí, con un enigmático reino de Cambox, presto para ser conquistado. La razón de todo esto es que la intención del murciano era crear una comedia exótica de aventuras y conquistadores de Indias sin darle importancia al contexto geográfico  o al léxico. En cuanto a  los personajes históricos se mezcla al capitán Gallinato y sus andanzas camboyanas con el supuesto virrey del Perú Juan de Velasco, omitiendo nombres como los de Diego Belloso o Blas Ruiz.

El socorro te ofrecemos que pediste,

y ten por cierto

que a Cambox defenderemos

del rey tu contrario

y, muerto, a tu palacio traeremos.

UN ESCRITOR POCO RECONOCIDO

A pesar de su tenaz dedicación al teatro, a Claramonte se le achacó un estilo poco pulido y una considerable falta de originalidad, manifiesta en su afición a imitar las comedias ajenas. Su talento fue discutido por Marcelino Menéndez y Pelayo, pero actualmente el autor ha sido revalorizado por la crítica, en particular por Alfredo Rodríguez López-Vázquez, Charles V. Ganelin y Fernando Cantalapiedra Erostarbe. De hecho, algunos trabajos filológicos defienden la autoría de Claramonte de algunas de las piezas teatrales más exitosas del Siglo de Oro español, como La estrella de Sevilla y El burlador de Sevilla (refundición de la obra original Tan largo me lo fiais, representada en 1617), antaño atribuidas la primera a Lope de Vega y la segunda a Tirso de Molina.

Rodríguez Vázquez considera que la primera evidencia contra la atribución a Tirso de El burlador de Servilla procede del mismo dramaturgo, cuando al referirse a la edición hecha en 1635 por Francisco Lucas de Avila, Segunda Parte de Comedias de Tirso de Molina, observa que de las doce comedias que contiene el volumen, solamente cuatro son suyas. De esas hay tres que no ofrecen duda: Por el sótano y el torno, Amor y celos hacen discretos y Esto sí que es negociar. La candidata principal para ocupar el cuarto puesto admitido por Tirso es “La mujer por fuerza”, donde se encuentra el recurso de la dama vestida de hombre que así busca su solución ante su galán, como en otras comedias del mercedario.

Y en cuanto a Lope, son varias las comedias cuya autoría se disputan el murciano y el Fénix de los ingenios, como El inobediente, La ciudad sin Dios, El honrado con su sangre, Púsoseme el Sol, salióme la Luna, Dineros son calidad o La estrella de Sevilla.

Murió Andrés de Claramonte en Madrid, el 19 de septiembre de 1626, dejando para siempre en el terreno de la hipótesis cuánto le debe el siglo de oro.

Ricardo Aller Hernández


Si te gusta, compártelo:

1 thought on “ANDRÉS DE CLARAMONTE, UN AUTOR DEL SIGLO DE ORO”

  1. Murciano que da honor a la tierra en la que nació. Cómo dice el autor las características de su pluma responden a la época en la que vivió.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *