Problemas con la defensa del emirato: Incursión “vikinga” de 844

Si te gusta, compártelo:
Abd al-Rahman II

Abd al-Rahman II le dio una importancia especial a la política de defensa, lo demostró con el reforzamiento de la Marcas y al impulso de la marina que daba cobertura a la defensa de las costas, sobre todo desde que se produjo la incursión normanda de 844.

Los nordomani o mayus (idólatras, adoradores del fuego) fracasaron en sus tentativas de desembarcar en las costas asturianas y gallegas. Tras varios saqueos, fueron derrotados en las costas gallegas, por lo que decidieron bordear la Península hasta llegar a la desembocadura del Tajo. Algunas fuentes hablan de la presencia de 100 embarcaciones. Desembarcaron en Lisboa y, días después, remontaron el río Guadalquivir hasta llegar a Sevilla, la cual saquearon sobre el mes de septiembre del año 844. Destruyeron la mezquita, hicieron esclavos y acabaron con la vida de muchos vecinos.

Normandos

No hay certeza de si los normandos llegaron a las costas españolas por azar, o porque ya habían tenido noticias sobre el esplendor y las riquezas de Al-Ándalus. Debemos tener en cuenta que al-Ándalus en el siglo IX era el reino de Europa que tenía mayor opulencia y ostentación.

En el momento en que Abd al Rahman II conoció la noticia, dio órdenes de movilización general. Pretendía forzar un enfrentamiento en campo abierto, donde sabía que tendría superioridad. El combate se produjo en Tablada, al sur de Sevilla, poco más de un mes después del saqueo. Las fuentes hablan de 1500 muertos, 400 cautivos y 30 naves destruidas; esto completó una victoria que fue celebrada y difundida por todo al-Ándalus.  La mayor parte de los supervivientes tomaron sus embarcaciones y fueron rumbo al norte, bordeando las costas atlánticas. Algunas de ellas no les siguieron y decidieron hacer presencia en Marruecos. No todos los “vikingos” alcanzaron sus naves en la precipitada huida que se produjo. Algunos de ellos, fueron neutralizados y se reinsertaron, es decir, fueron islamizados y se dedicaron a la cría de ganado en el bajo Guadalquivir y a la elaboración de leche y queso.

Como consecuencia de la incursión, Abd al-Rahman II ordenó el amurallamiento de Sevilla y dispuso la fortificación de puestos en la costa atlántica. A partir de entonces, el gobierno de Córdoba se aplicó para potenciar la flota y la construcción de astilleros y atarazanas como los de Sevilla.

Como hemos comprobado Abd al-Rahman II se tomó muy en serio la defensa tras el ataque vikingo.  Además, recibió la visita de un embajador de los normandos que probablemente llegó a la Península desde Irlanda. Se cree que su nombre era Turgeis. Abd al-Rahman II decidió enviar a un diplomático llamado Al-Ghazal, para remontar el Atlántico y acordar la paz. Éste partió de Silves, en la actual Portugal, con una carta y regalos para los normandos, iba acompañado de otros emisarios de Abd al-Rahman II y de la comitiva vikinga.

En la crónica de este viaje se relata que tras parar en Finisterre la comitiva llegó a “una gran isla” tres días después, luego es muy probable que desembarcasen en Irlanda.  La crónica de Ibn-Dihya cuenta la impresión que los musulmanes causaron a los nórdicos y ordenó a su gente que les preparasen un buen alojamiento. Les asombraba su forma de vestir y su aspecto.

Cabe destacar que el texto de Ibn Dihya cuenta como los nórdicos adoraban al Dios cristiano, cuando en aquella época los escandinavos no se habían convertido al cristianismo. Este es un dato que, a día de hoy, la historiografía no ha podido aclarar.


Barco vikingo construido en el año 820, en tiempos de al-Gazal

Cuando los musulmanes fueron recibidos por el rey vikingo leyeron la carta del emir y les entregaron los regalos. Los nórdicos les invitaron a quedarse unos días entre ellos, a lo que al-Ghazal aceptó. Según Ibn-Dihya, al-Ghazal conoció a una reina llamada Nud con la que estableció una cordial relación, hasta tal punto que ella se enamoró de él. Sin embargo, tras dos meses de estancia, la comitiva volvió a al-Ándalus.

José Carlos Sacristán

Si te gusta, compártelo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *