La batalla de Lepanto (2)

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  Al contrario que su padre, la mirada expansionista de Solimán se dirigió hacia occidente, contra sus enemigos más naturales, los «malhechores de Europa». A través de negociaciones, consiguió una normalización de relaciones con el Sah de Persia y disuadirle de una posible acción contra el imperio otomano.

Dieta de Worms

 Poco después de ascender al trono, el Sultán ofreció a Hungría el cese de las incursiones otomanas que habían comenzado, a cambio de que esta se sometiese a tributo. Los húngaros se negaron con la esperanza de encontrar ayuda imperial en la Dieta de Worms, que se estaba celebrando en aquellos momentos, 1521. Desgraciadamente para ellos, toda la reunión giró en torno al cisma protestante y no pudieron obtener los húngaros los apoyos necesarios para evitar que Solimán se apoderase de Belgrado en ese mismo año; pérdida que quebraba de modo irremediable su línea defensiva meridional. Los ingentes recursos del Imperio otomano permitían al sultán mantener varios frentes abiertos simultáneamente. De este modo, pudo tomar con una   operación combinada naval y terrestre, la isla de Rodas, bastión de los caballeros hospitalarios (que utilizaban como base de operaciones de piratería contra las líneas marítimas de suministro del imperio), lo que confirmó el dominio completo de los otomanos en las aguas orientales del Mediterráneo, una especie de lago turco ya por aquel entonces.

Batalla de Mohács

  En su vertiginoso avance, los turcos van a tomar también Belgrado. Pero quizás el hecho más sobresaliente, desde el punto de vista militar, será la batalla de Mohács (1526), por la que los turcos invadieron Hungría y se pusieron en disposición de asaltar Viena. Es la llamada dirección continental o terrestre de la expansión turca en esta época.

  Por aquel entonces, embriagado por su poder, Solimán destacaba su sentimiento de absoluta superioridad ante el monarca francés en sus primeros contactos diplomáticos (que se materializaron en una alianza, como han calificado los historiadores, contra natura yo lo llamo de alta traición a Francia, a la fe católica y a toda la cristiandad. Solimán  escribía en 1526 al rey francés Francisco I lo siguiente: «Yo, que soy el emperador de los emperadores poderosos, el príncipe de los príncipes, el distribuidor de las coronas de los reyes que están sentados sobre los tronos del mundo, la sombra de Dios sobre las dos tierras, el poseedor del mar Blanco y del mar Negro, el soberano de Asia y de Europa, de Carmania, de Grecia, y de todo el país de Alejandro el Grande, el señor de Diyarbakir, de todo el país de los kurdos…, de Persia, de Damasco, de Alepo, de Egipto, de la Meca y de Medina, de Jerusalén y de Arabia Feliz y religiosa y de [tantos] países conquistados por mis gloriosos ancestros…».

Solimán

 Solimán pondría cerco a la capital austriaca en dos ocasiones. Primero en 1529, con un potentísimo ejército de 120.000 hombres, pero abandonó tras 19 días de asedio por las imponentes murallas, la resistencia feroz de los asediados y las desfavorables condiciones climatológicas. Y la segunda tres años después, en 1532, se dirigió hacia la ciudad, donde le esperaba el propio emperador Carlos I al mando del ejército defensor. Sin embargo, a 100 km de distancia, en la localidad de Guns, la resistente guarnición allí apostada entretuvo al ejército otomano durante un mes, lo suficiente para que el invierno se echase sobre ellos y se viesen obligados, por tanto, a abortar la campaña. Las negociaciones diplomáticas condujeron a una tregua y al mantenimiento del status en la zona. Pero era un hecho que los turcos recibían ahora tributos de los príncipes cristianos Fernando de Habsburgo y Juan Zapolyai —nuevo monarca húngaro puesto por el propio sultán — y, sobre todo, que se habían plantado en las puertas de Viena y amenazaban a toda la cristiandad. 

Barbarroja

 Pero en realidad, cobraría todavía más importancia el frente marítimo Mediterráneo en la pugna entre los otomanos y la cristiandad. Barbarroja, con una gran audacia, experiencia marinera y competencia táctica, había protagonizado el importantísimo empuje de los turcos en el Mediterráneo occidental.

 En 1522, los caballeros de la Orden de San Juan deben abandonar, ante el avance otomano, la isla de Rodas y se establecen, gracias a la iniciativa del emperador Carlos I, en la semi desierta isla de Malta.

 Después de varias incursiones, Barbarroja consigue conquistar Túnez en 1534, amenazando al propio sur de Italia, pero, un año más tarde, es recuperado por las armas de Carlos I, una vez que se tomó La Goleta, el puerto fortificado de la ciudad. Sin embargo, los turcos van a conservar dos bases importantísimas además de Argel: el Peñón y Djerba.

Batalla de Pavía

 Desde 1537 la mismísima Roma estuvo seriamente amenazada cuando Solimán el Magnífico acampó en Valona con 150.000 hombres y una poderosa flota para lanzarse contra dicha ciudad, así mismo contando con la promesa de la colaboración del Rey de Francia, Francisco I — apresado por las tropas españolas en la batalla de Pavía el 24 de febrero del 1525— y sería atacar por parte de sus tropas la parte norte de Italia; promesa que no cumplió asustado por las graves consecuencias que podía traer su intervención.

El corsario Dragut

En 1538 los turcos y los berberiscos se enfrentan contra los venecianos y otras tropas cristianas en el golfo de Arta, y les imponen su retirada dos años más tarde del archipiélago del Egeo y de Morea. A pesar de los esfuerzos de Carlos V por tomar la importantísima base de Argel en 1541, la empresa se saldaría con una desastrosa retirada. Los años siguientes, con el recurrente apoyo francés, los turcos seguirán enseñoreándose de esos mares pese a la muerte de Barbarroja en 1546. El corsario Dragut, también diestro marino y soldado, conquista Trípoli en 1551 y, posteriormente, el Peñón de los Vélez (1554) y Bujía (1555). 

Selim II

 Durante el gobierno de Selim II (1566-1574), de menor talla que su padre Solimán como hombre de Estado, el imperio mantuvo, no obstante, su esplendor territorial y organizativo. En parte gracias a los buenos oficios del jenízaro Sokollu Mehmed Pacha, de alta talla política y que había escalado todos los grados de la jerarquía militar y civil, quien dirigía realmente los asuntos del Imperio

 En cambio, las fuerzas otomanas fracasarán en el intento de tomar Malta en 1565, pero más tarde triunfaron en Chipre con un imponente ejército y una flota de 360 velas, arrebatando la isla a los venecianos; con lo que, junto a sus bases en el norte de África, se reforzaba su posición dominante en el Mediterráneo e infundía terror en los países europeos. No obstante, la conquista de Chipre en agosto de 1571 tuvo también un efecto no calculado, particularmente por el cruel asedio de Famagusta donde  las potencias cristianas tomaron nota por los excesos allí cometidos. Las masacres que hicieron sobre la población cristiana fueron un componente importante para el ardor con que combatieron los soldados de la Santa Liga en la batalla de Lepanto.

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Asedio de Famagusta

  En occidente el empuje otomano pudo contenerse gracias a las tropas de apoyo del emperador español Carlos I. De nuevo España a pesar de su farsante e infame Leyenda Negra, libera y le saca las castañas del fuego a Europa, tanto a la Europa católica como a la protestante.

 Pero en lo marítimo, el Mediterráneo se iba a convertir en la segunda mitad del siglo XVI en un mar terriblemente inseguro, no solo por los ataques de piratas, de los propios turcos, sino por los de sus aliados, los temibles reyezuelos de los puntos clave del norte de África, particularmente los de Argel. Aunque también hay que tener en cuenta que los cristianos se dedicaron con profusión semejante a la guerra en curso. De cualquier forma, una de sus pretensiones resume muy bien el evidente peligro para los reinos de la cristiandad.

 Las incursiones de piratas en territorios de los reinos cristianos eran continuas uno de sus objetivos eran secuestrar personas para esclavizarlos como remeros de las galeras.

 La situación previa de la batalla de Lepanto va a ser el de máximo apogeo del Imperio otomano

 La situación que se había creado por el empuje y el avance otomano era totalmente alarmante, para toda la cristiandad, pero especialmente para Roma, Viena y Venecia.

                           La Guerra de las Alpujarras 1568-1571

En 1565, tres años antes del inicio de la guerra de las Alpujarras los otomanos realizaron una ambiciosa operación contra la isla de Malta, en aquel momento posesión de la Monarquía Hispánica cedida a la orden de los Caballeros de San Juan. El asedio se prolongó durante cuatro meses y los otomanos fueron finalmente derrotados gracias a la resistencia de los defensores y a la llegada de un socorro bajo mando español de más de 9.000 efectivos enviados desde Sicilia. A pesar de ser rechazados en Malta, los otomanos continuaron siendo una amenaza latente durante el desarrollo de la guerra de las Alpujarras. Además de prestar apoyo a los insurgentes granadinos, en 1570, en mitad de la rebelión alpujarreña, los otomanos arrebataron Chipre a Venecia y Túnez a España

 La Guerra de las Alpujarras fue un enfrentamiento bélico de desgaste con intereses de dilatación de la Guerra por los otomanos organizado y apoyado en todos los sentidos logística como soldados Jenízaros por el Imperio Otomano para desgastar el poder de la Monarquía Hispánica y debilitarla ante el inexorable avance Otomano en el Mar Mediterráneo.     

Además de la cuestión otomana, el rey Felipe II tenía otros flancos abiertos como es, la confrontación con los rebeldes protestantes en Flandes, los enfrentamientos que Francia causaba por la hegemonía europea y los gastos del proceso descubridor en América y Asia.

Duque de Alba, en Jemmingen

  En la guerra de la Alpujarra participaron don Álvaro de Bazán y don Lope de Figueroa, el primero nacido en Granada y el segundo en Guadix; Bazán el invicto almirante y Figueroa considerado por algunos historiadores como el mejor soldado del Siglo XVI y el inventor de la Infantería de marina, en la batalla de Jemmingen — la actual Jemgum (Alemania) — fue herido 17 veces en combate, aún herido, realizó el movimiento táctico que facilitó al Duque de Alba una victoria contundente.. Los dos en la batalla de Lepanto tuvieron un papel trascendental en la victoria de la Armada Católica.

 En la Guerra de la Alpujarra fracasaron en sus estrategias hombres aguerridos como los Marquéses de Mondejar y de los Vélez en cambio el joven Juan de Austria onsiguió la definitiva victoria.

 La monarquía francesa aliada de los otomanos ayudó proporcionando armamento a los moriscos.

                    Las conquistas cristianas del Imperio Otomano

La caída de Constantinopla

1º La caída de Constantinopla el 29 de mayo del 1453 a manos del Imperio Otomano.

2º Caída de Serbia en el año 1459. En esta fecha también fue anexionada al imperio Otomano.

3º Caída del último Reino Cristiano de Oriente en 1461. Reino de Trebizonda.

4º Caída de Bosnia y Croacia en el año 1463.

5º Caída de la Isla Griega de Eubea en 1470.

6º Desde los años del 1460 al 1475, cae el Ducado de Atenas y el principado de Morea (Peloponeso),

7º En el 1479 cae el Condado de Cefalonia -frente a Italia- .

8º Los Otomanos desembarcan en Italia apoderándose de Otranto; seguidamente pasaron a la aniquilación de la población cristiana.

Belgrado

9º Una vez radicalizados conquistan Belgrado en 1521.

10ª En 1522 invaden la Rodas de los Caballeros de San Juan.

11ª En 1526 humillan y asesinan al rey Luis de Hungría en Mohacs.

12º En 1529 se lanzan desde Hungría a tomar Austria y especialmente su capital Viena. Fracasan debido a la ayuda española.

13ª Tres años después el 1532 lo intentaron de nuevo pero el mismo Carlos I la defendió.

14º Toman Budapest el año 1541.

15º El año 1530 toman Rumanía.

16º Después de tomar y saquear Niza el año 1543, se instalan en Tolón ciudad que el rey Francés Francisco I les había ofrecido.

17º El año de 1544 masacran a la población cristiana de las islas Lípari (Italia). Ese mismo año desembarcan en Córcega y saquean la isla de Elba, así como innumerables puertos italianos, donde hacen numerosos cautivos.

18º En 1558 se apoderan de Ciudadela (Menorca). También hacen incursiones en Valencia y Andalucía.

Asedio de Malta de los Caballeros

19º En 1565 intentan tomar Malta de los Caballeros, pero gracias a una flota española enviada por Felipe II, los libra de caer en manos Otomanas.

20º El año 1570 someten a la Isla de Chipre a una terrible masacre.

21º El año 1571 devastan todo el Adriático, de Corfú hasta Venecia.

 El Sultán Selim cuenta con la caída inmediata de Roma y Venecia donde según unos informes prepara un ataque feroz.

                             La intervención del Papa San Pio V

Papa San Pio V

  Dada la situación cada vez más crítica de los reinos cristianos de occidente el Papa San Pio V se moviliza para crear con los reinos católicos una Liga Santa donde se frene el avance Otomano, especialmente por el Mar Mediterráneo.

  Este aspecto del pontificado de San  Pío V, visto en el contexto de sus otras hazañas, fue resumido por su biógrafo del siglo XVIII: “El celo por el Reino de Cristo fue la virtud principal de nuestro Santo Papa, porque mientras él se entregaba así a restaurar la fe en Europa y a propagarla en las regiones más lejanas del mundo conocido, no se consagraba menos a sus empeños por detener el progreso del enemigo común de nuestra sacrosanta religión, que se aprovechó de las divisiones en la Cristiandad para atacar Malta “El enemigo común de nuestra sacrosanta religión” era, por supuesto, el islam, bajo la forma del Imperio Otomano. El sitio de Malta al que se refiere el anónimo biógrafo, tuvo lugar realmente en 1565, un año antes de que el Papa Pío V se convirtiese en Papa, pero uno de sus primeros actos como pontífice fue enviar grandes sumas de dinero a Malta, para que pudiesen reconstruirse las fortificaciones y se erigiese una nueva ciudad sobre las ruinas de la antigua. También proclamó un Jubileo el primer año de su pontificado, exhortando a los fieles a la penitencia y a la limosna, para obtener de Dios la victoria sobre el poder militar de los musulmanes. Aparte de su apoyo financiero a los Caballeros de Malta, envió dinero para fortificar ciudades en toda Italia, hizo aportaciones mensuales para los asediados cristianos de Hungría, y trabajó sin descanso para unir a los principales poderes cristianos para la defensa de la Cristiandad.

Liga Santa

 En 1571, un año después de que los turcos atacasen Chipre amenazando con dominar el Mediterráneo, San Pío V fue decisivo para la fundación de la Liga Santa, una alianza de naciones y ciudades-estado que incluía a España y a la mayor parte de los estados de lo que es hoy la actual Italia. Aunque intentó convencer al Sacro Romano Imperio y a Francia para unirse a la Liga, ambos rehusaron. El Imperio prefirió mantener su tregua con los turcos otomanos, mientras que Francia estaba en realidad aliada con los musulmanes y con los países protestantes, formando con ellos una alianza antiespañola traicionando la Monarquía francesa a su pueblo, a la fe católica y al occidente cristiano.

 Tras el debate creado en principio cuando al final España entró en la Liga Santa, el rey Felipe II exigió como mayor proveedor de la Armada que su hermanastro Juan de Austria fuera el mando supremo de la armada, situación que al Papa le creó sus dudas, a pesar de los buenos informes que tenia. El hecho por el que el Papa San Pío V aprobó a don Juan de Austria como comandante supremo fue la lectura del Evangelio de San Juan que dice «Jn 1, 6:6Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan»

Don Juan de Austria

 San Pío V envió su bendición a don Juan de Austria, el comandante en jefe de la flota de la Liga Santa, urgiéndole a descartar a todos los soldados de mala vida y prometiéndole la victoria si lo hacía. Cuando la flota cristiana se dirigió hacia el Oeste para encontrarse en batalla con la flota otomana, Pío ordenó oraciones públicas y aumentó sus propias súplicas al cielo.

 En cuanto a la Batalla de Lepanto en sí misma, tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, y nada mejor que recoger la cita, triunfalista y llena de acción, de Harry Crocker: “Cuando las dos fuerzas colisionaron, fue el mayor enfrentamiento naval en la historia de la Cristiandad. Las galeras chocaron unas con otras, las sujetaron con garfios para asegurarlas, y los hombres armados se lanzaron a degüello unos contra otros, flechas contra arcabuces, cimitarras contra espadas, el fuego de los mosquetes contra la carga de las picas”.

 Al finalizar la batalla habían muerto 8.000 combatientes cristianos, contra 30.000 otomanos. Miles de esclavos cristianos, quizá hasta 12.000, encadenados bajo las cubiertas como remeros de los barcos turcos, habían sido liberados. Fue un golpe devastador al Imperio Otomano, que perdió todos sus barcos excepto treinta, y la batalla naval más decisiva desde la Batalla de Accio en el año 31 a.C.

 Se dice que el Papa San Pío V, que había hecho más que nadie para hacer posible la victoria cristiana, rompió a llorar cuando le llegó la noticia de la victoria. En agradecimiento por este triunfo y el golpe devastador que se había asestado al poder del islam, instituyó la Fiesta de Nuestra Señora de las Victorias (ahora normalmente conocida como Fiesta de Nuestra Señora del Rosario: la Iglesia todavía celebra la victoria de Lepanto el 7 de octubre de cada año) para conmemorar el aniversario de la Batalla de Lepanto. También añadió a las letanías lauretanas la súplica Auxilium Christianorum -Auxilio de los Cristianos-, en homenaje al papel que atribuía a la intercesión de la Santísima Virgen en la victoria de las fuerzas cristianas.

 San Pío V murió el 1 de mayo de 1572, poco meses después de la victoria de Lepanto. Fue canonizado en 1713, como reconocimiento oficial de que el Papa que había fundado la Liga Santa disfrutaba de una gloria más allá de todas las victorias que puede ofrecer este mundo.

 Manuel López Gómez

Orden Franciscana Seglar

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