Seguro que más de uno lo sabe pero que muchos lo desconocen. El Chupa Chups, es un invento español.
Y su inventor fue Enric Bernat Fontlladonosa, un catalán nacido en Barcelona el 20 de octubre de 1923. Era hijo y nieto de pasteleros y se había criado en el mundo de los postres y dulces. Tenía gran experiencia en la confección de este tipo de alimentos, pero no se quiso limitar al ámbito ciudadano de su villa natal. Su ambición le llevo a mover sus empresas por el mundo y llevar sus ideas a través de los continentes.
Tanto sus abuelos como sus padres, eran personas de ambición y habían sido pioneras en ambos casos. Josep Bernat, su abuelo, había sido en el siglo XIX el primer confitero en elaborar caramelos en España y su padre, Romá Bernat, puso en marcha en la difícil posguerra civil una sociedad dedicada a la fabricación y comercialización de galletas, conocida como “La Gloria”.
Sus padres vivían de forma desahogada, pero no eran muy amantes de los estudios. Consideraban que solo el trabajo duro, hace que las personas prosperen en la vida y a Enric no se le dieron muchas opciones. Le pagaron los estudios hasta los catorce años, en aquella época, cuarto de bachillerato. Después tuvo que ponerse a trabajar. Lo hizo en la empresa Massanes y Grau, dedicada a la fabricación de quesos. Ahí hizo de todo. Desde aprendiz hasta vendedor viajante. Mientras, se las apañó para hacer tres cursos de Comercio.
En aquella época, poca gente se libraba del Servicio Militar Obligatorio y Enric estuvo en el ejército en 1950. Terminado este, puso en marcha una empresa, Productos Bernat, dedicada a la fabricación de peladillas. Poco tiempo estuvo ahí, ya que en 1954, Domingo Massanes lo contrató para hacerse cargo del grupo Granja Asturias, que se dedicaba a la producción de alimentos relacionados con la manzana.
En 1956, empezó a pensar en la idea de fabricar un caramelo que pudiera ser consumido sin mancharse las manos, ya que había diversas estadísticas que mostraban que los niños tendían a meterse los dedos en la boca cuando comían caramelos. Finalmente, en 1957, la idea estaba ya perfilada y Enric Bernat propuso empezar la fabricación del prototipo en las instalaciones de Granja Asturias, pero ello provocó un problema con sus empleadores que ya eran socios y que recelaban de la rápida ascensión del joven socio.
Enric no se arredró y decidió continuar solo la aventura empresarial, puso un nombre a su producto y compró todas las patentes que tuvieran alguna relación con su idea. Luego pasó a pensar en la logística de detalle. En una Europa devastada por la guerra, no era fácil encontrar los materiales adecuados. Algo tan banal hoy en día como una barra de madera no era evidente en los años cincuenta. Enric lo sabia y pasó a aprovisionarse de la madera necesaria para la elaboración del caramelo y a contratar la maquinaria adecuada.
No solo se pusieron en marcha los procesos productivos. Se crearon sistemas de distribución novedosos para su tiempo, llamado auto distribución, con la creación de la Compañía Comercial e Industrial de Zaragoza, que financiaba unos Seat 600 decorados con el dibujo del Chupa Chups. También se hizo una estrategia comercial fuera de lo común. En aquella época no se estaba para tirar cohetes económicos y muchos todavía recordaban los tiempos del racionamiento. El precio de un producto contaba y mucho. Pues, Enric puso un precio elevado para su producto y acertó plenamente.
la En 1967 construyeron una nueva fábrica en Sant Esteve de Sesrovires y consiguen la capacidad suficiente para poder exportar de forma regular. Pero no solo la técnica de producción es necesaria, también hay que organizar la venta y para ello hace falta imagen visual. Bernat se fue a lo más alto y contrato a Salvador Dali. El logo diseñado por este dio la vuelta al mundo.
En paralelo se substituyó el palo de madera por otro de plástico, mas higiénico.
Francia, Estados Unidos, Japón, para Bernat no habían fronteras.
En 1974, se enfrentan al primer problema serio, al expirar la licencia de patente industrial. Chupa Chups debe hacer frente a una competencia que baja los precios radicalmente. Sin embargo en 1988 se alcanza la cifra de 20.000 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Al mismo tiempo, se aborda el mercado soviético y, después de alcanzar las 30.000 millones de unidades vendidas, se logra entrar en el mercado chino en 1994.
Entre las anécdotas del popular dulce, figura el hecho de que fue el primer ‘lollipop’ (caramelo con palo) consumido en el espacio. Fue en el año 1995, en la nave soviética MIR.
Aquí se empezó a tocar la cima del éxito. Se inició un lento declive que Bernat casi no tuvo que sufrir. Se había casado con Nuria Serra con quien tuvo cinco hijos entre varones y hembras. Había sido feliz y hecho en la vida lo que había deseado. Había contribuido a la mejora industrial y social de su país. Era querido y respetado. Murió el 27 de diciembre de 2003 en su casa, con su familia, en Barcelona.
Manuel de Francisco Fabre
https://es.wikipedia.org/wiki/Enric_Bernat
Antes que el ChupaChups, existía un caramelo con palo llamado “pirulí de La Habana” (años ‘40 del siglo pasado) de forma cónica.
Tenía la virtud de que, tras varias chupadas, el vértice se convertía en una afilada aguja, ideal para pinchar el cogote del desprevenido amigo.