
14 de octubre de 1651, tres de la mañana
Escondido en uno de los rincones del Malecón, el monasterio de monjas capuchinas de la exaltación del Santísimo Sacramento acaba de ser engullido por el río Segura que, aunque habitualmente tímido y manso en su cauce, hoy está desatando su furia sobre la ciudad, alimentado por los desbordamientos de los afluentes Guadalentín y Mula y las ramblas sangrantes de Nogalte y Sangonera.
La ira de la naturaleza es tan virulenta que el edificio, de pobre fábrica, se ha venido abajo y las veinticuatro religiosas han tenido que ser evacuadas a nado entre las aguas oscuras y fangosas hasta el coro de la iglesia del Colegio de San Esteban de la Compañía de Jesús.

Arrebujada en una manta, sor María Ángela Astorch, mujer de oración y razón, mira por los ventanales de la iglesia cómo el agua se está llevando por delante todo lo que se encuentra a su paso. Ella misma describirá con mesura y acierto la desoladora situación cuando tiempo después escriba una carta al rey Felipe IV:
<<…salió de madre el río Segura e inundó la ciudad con tanta furia y violencia…>>
A la comunidad de monjas les aguardaría un retiro por más de trece meses a una residencia en las Ermitas del monte mientras aguardaban la reconstrucción de su monasterio. Allí, entre la austeridad del paisaje y la herida abierta por la riada, sor Ángela organizó a sus hermanas para reiniciar la vida y ayudar a una ciudad destruida.
«de averse de sustentar de limosna y faltarles lo necesario para la bida humana sin rrecursso a la piedad de los fieles cristianos de dicha Ciudad, por aver quedado muy pocos y tam pobres que necesitando todos de socorro no le pueden dar a nadie».
Las hermanas lograron regresar al Malecón en 1654, aunque el destino les tenía otro golpe preparado, cuando una nueva inundación volvió a expulsarlas de su casa. Aun así, sor María y las hermanas siguieron encendiendo velas de esperanza en medio del barro y la oscuridad.
SIGLO XVII
Durante el siglo XVII el reino de Murcia sufrió un periodo de crisis generalizada que llegó hasta el 1680, siendo los más complicados los comprendidos entre 1647 y 1653.
El inicio de la crisis se remonta a 1613-1614, con la expulsión de los moriscos, lo que afectó seriamente a la agricultura y la seda, dos de los motores económicos de la ciudad.
Ello no fue óbice para que se edificara el Contraste de la Seda, emblemática construcción situada en la plaza de Santa Catalina hasta los años treinta.

Durante el reinado de Felipe II, tropas murcianas bajo mando de Luis Fajardo, III marqués de los Vélez y adelantado del Reino de Murcia, ayudaron a sofocar la rebelión morisca en el Reino de Granada. Este hecho hará que se le concediera a Murcia el título de Muy noble y muy leal.
LA CIUDAD
Según el censo de 1591, la ciudad de Murcia contaba con 16.000 vecinos, siendo por tanto una de las urbes más pobladas de la Corona de Castilla tras Sevilla, Madrid, Granada, Toledo, Valladolid, Córdoba y Salamanca. A lo largo del siglo, los censos que se conservan de la época se refieren a 23.352 vecinos en Murcia (unos 93.500 habitantes).
Hacia 1648 llegó a Murcia una epidemia de peste procedente de Valencia que obligó al Concejo a abandonar la ciudad. Tres años más tarde, en 1651, se produjo la riada de San Calixto, que asoló toda la ciudad. Sus efectos fueron tan destructivos que acabó con los puentes de la ciudad y movió al Concejo a proyectar un nuevo puente más resistente; también, ese año, una gran plaga de langosta asoló la huerta y el campo de Murcia.

LA RIADA DE SAN CALIXTO
<<Sábado 14 de octubre de 1651, a las tres de la madrugada comenzó a llover con tanta fuerza que los más recios edificios temblaban y a las seis, juntándose con el río Segura los de Lorca y Mula y las ramblas de Nogalte y Sangonera, creció de suerte que inundó por completo la huerta, a las ocho acometió a la ciudad y rompiendo todos los reparos, dejola en breve convertida en un pedazo de Océano.>> (Baquero Almansa).
Durante la madrugada del sábado 14 de octubre de 1651, día de San Calixto cayeron más de mil litros por metro cuadrado en pocas horas. Se calcula que murieron al menos mil personas, principalmente en áreas situadas junto al cauce del río, debido al derrumbe de viviendas y al arrastre de personas por la fuerte corriente.
A diferencia de ocasiones anteriores, no hubo tiempo para una alerta general o para la activación de una organización de emergencia parroquial, y las defensas se encontraban debilitadas por una la previa del 20 de septiembre.
Los daños materiales fueron inmensos. En Murcia, la riada destruyó el convento de las clarisas capuchinas, las parroquias de San Antolín, Santa Eulalia, San Juan, San Lorenzo, San Miguel y San Andrés, aparte de demoler centenares de casas. El agua también entró en la catedral en horario de misa, obligando al oficiante a refugiarse en la torre con el Santísimo Sacramento.

Una vez concluida la riada, el ayuntamiento trabajó en la reparación de las defensas de la ciudad y limpiar el agua y el barro acumulados en las calles.
<<Durante tres días se mantuvo un nivel alto de agua, pero aún después la ciudad seguía llena de agua, ya que el río había cambiado su curso y daba ahora en Murcia a través del azud roto. Para alejarlo de la ciudad se decidió, tras enviar una comisión, romper la contrapasada para que por allí fluyera el río y se terminara la alimentación del agua (28 de octubre)>>. (José Miguel Abad González, La beata sor María Ángela Astorch y la riada de San Calixto).

La reparación del Malecón, una de las defensas clave contra las crecidas del Segura, fue fundamental. Para asegurar su pronta reconstrucción, el Ayuntamiento obligó a todos los ciudadanos a participar en el trabajo o a contratar a alguien que lo hiciera en su nombre, con los jurados organizando los grupos de trabajo. Esta orden provocó malestar entre los hidalgos, quienes se resistían a realizar trabajo físico, alegando que sus privilegios los excluían de tales obligaciones. Sin embargo, el Ayuntamiento respondió que, ante la emergencia, nadie estaba exento, ya que no existían privilegios para librarse de los riesgos y daños de la inundación.
ARQUITECTURA
*SEMINARIO MAYOR DE SAN FULGENCIO (1592). Iniciativa del obispo Sancho Dávila Toledo. Destacados profesores del centro fueron el escritor murciano Salvador Jacinto Polo de Medina, que llegó a ser rector del mismo, y el licenciado Francisco Cascales, una de las voces humanistas más autorizadas de su tiempo.
*1599 COLEGIO DE LA ANUNCIATA. Iniciativa del obispo Sancho Dávila Toledo. Ubicado donde actualmente se encuentra el edificio de los Nueve Pisos.
*1601-1608. CONTRASTE DE LA SEDA, construido entre 1601 y 1608 como organismo regulador del comercio sedero.

*1654, REAL FÁBRICA DEL SALITRE. Complejo industrial creado por real orden de Felipe IV para proporcionar materia prima para la fabricación de pólvora y así paliar los efectos devastadores de la riada de San Calixto (1651). Construida en la antigua calle de la Acequia (actual calle Acisclo Díaz), situada en el viejo arrabal de la Arrixaca junto a la acequia Mayor Aljufía, el proyecto fue encomendado al arquitecto Melchor de Luzón.
En aquel entonces, en el entorno rural de Murcia ya existían instalaciones para la fabricación de pólvora, tales como el llamado Molino Alto de Javalí Viejo, creado en 1633 por Francisco de Berasategui.
*1628, ALMUDÍ. La construcción del Almudí se aprobó a mediados de 1554, debido a la necesidad de instalar adecuadamente el mercado de granos, el peso de la harina y un pósito permanente. Se levantó en los terrenos ocupados por el Matadero Municipal.
A inicios del siglo XVI se ordenó el traslado de las armas al Almudí, hecho que va a determinar la historia posterior del edificio. La acumulación de pólvora unida al impacto de un rayo durante una tormenta, acontecida en la madrugada del 30 de agosto de 1612, provocó una explosión, y con ella, el derrumbe de gran parte del edificio, haciéndose necesaria su reconstrucción.
Tras un largo periodo, en el que se interrumpieron las obras por cuestiones económicas, será el corregidor Antonio Castejón quien logre impulsar la finalización de las obras, en 1628.

* En cuanto a la catedral, a comienzos del siglo XVII, ya bajo la influencia del barroco, sería edificada la capilla del Trascoro, dedicada a la Inmaculada Concepción.
*Renovación de templos: iglesias góticas fueron transformadas o reconstruidas en estilo barroco, como San Miguel, San Pedro y San Andrés. Además, la Iglesia conventual de La Merced, aunque con orígenes en el siglo XVI, fue reconstruida en el siglo XVII y la iglesia de Jesús fue construida hacia 1670.
LA CULTURA Y EL ARTE
El siglo XVII es para Murcia una época próspera en sus artes.
<<Tres nombres destacan y nacen en nuestra Región correlativamente en períodos de unos 20 años entre sí: Francisco Cascales, Saavedra Fajardo y Polo de Medina, considerados una tríada literaria magnífica que, sin estar cerca de la corte, fue conocida en su entorno y no olvidó en sus obras la tierra murciana.>> (Región de Murcia Digital).
En cuanto a Francisco Cascales, sus obras más conocidas son sus Discursos históricos, con una primera edición en 1621, obra muy bien documentada que evidencia la capacidad de Cascales como investigador e historiógrafo, Tablas poéticas Cartas filológicas, de género epistolar.

Diego de Saavedra Fajardo era jurista, político, crítico literario y poeta. Bautizado en Santa María de Loreto de Algezares en 1584, su vida profesional estuvo marcada por el ejercicio de la política, siendo muy destacada su actividad en Europa en misiones diplomáticas, paralela a la progresiva decadencia de la influencia de España y su imperio.
<<La política debería prestar toda su atención a la gran convulsión que va a significar para la humanidad la revolución de Norteamérica.>> (Saavedar Fajardo, 1780).
Jacinto Salvador Polo de Medina es considerado como el primer humorista murciano y autor que llegó a publicar sus obras en Madrid. Pese a ser clérigo y rector del Seminario de San Fulgencio, <<fue el alma de una tertulia literaria en la huerta murciana, se acercó a la corte y su enemistad con el culteranismo propio de Góngora lo hizo amigo de los partidarios de Lope de Vega>> (Región de Murcia Digital). Las academias de jardín, Ocios de soledad, Apolo y Dafne, Pan y Siringa, El buen humor de las musas o el Gobierno moral a Lelio son algunas de sus obras más nombradas.

Ambrosio de Salazar,
Más allá de estos tres personajes, en la corte francesa de Luis XIII destacó Ambrosio de Salazar, profesor de lengua española y secretario del monarca. Algunas obras suyas son Almoneda general de las más curiosas recopilaciones de los reinos de España, Las clavellinas de recreación, Cosas notables que se ven en la gran ciudad de París, Los secretos de la gramática española o Principios para aprender la lengua española.
En cuanto al arte, durante el siglo se fue imponiendo un nuevo estilo: el barroco. Para Murcia el barroco supuso una renovación de la arquitectura y el desarrollo de artes decorativas. El clero y las órdenes religiosas, representadas de una manera significativa en la ciudad, pudieron reedificar templos y monasterios e incluso crear otros de nueva planta. A los edificios religiosos se sumaron otros civiles y algunos planteamientos urbanos que hicieron que las antiguas fronteras medievales se vieran ampliadas progresivamente.
El elemento religioso determinó la pintura y la escultura, especialmente esta última que tuvo en la imaginería religiosa su casi único exponente, destacando el pintor Pedro Orrente.
LA SEDA

Murcia experimentó un auge en la producción de seda ene l siglo XVII, impulsado por la importación de nuevas técnicas desde Italia y Francia por parte de dos judíos murcianos. El Palacio del Contraste de la Seda, construido a principios de siglo, se convirtió en el centro neurálgico de esta actividad, donde se comerciaba, fijaban precios e incluso se administraban impuestos relacionados con la seda.
Este edificio estaba ubicado en la Plaza de Santa Catalina, núcleo urbano de la ciudad hasta el siglo XVIII.
<<Dos portadas monumentales le daban acceso: la Norte o principal, abierta a la Plaza de Santa Catalina y una al Oeste, orientada a la Plaza de las Carnicerías (hoy Plaza de las Flores). >> (Arquitectura de barrio).
EL HONDOYUELO
En aquella época, la patrona de Murcia era Santa María de la Arrixaca, imagen del siglo XIII relacionada con la conquista del Reino de Murcia y cantada por Alfonso X, pero la La devoción del pueblo murciano por la Virgen de la Fuensanta viene desde que ésta apareciera en el monte conocido como El Hondoyuelo.
<<Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kilómetros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, María había hecho brotar la «fuente santa» que dio nombre a la advocación. El pequeño manantial aún hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita en honor a la Virgen coronando el lugar>>. (Fuente: Wikipedia).
17 de enero de 1694. Durante una larga sequía, se acordó bajar la imagen de la Virgen de la Fuensanta por primera vez hasta Murcia por el camino de Algezares hasta el convento de Capuchinos para implorar la lluvia. Relatan las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovió copiosamente e incluso llegó a nevar.
<<Relatan las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovió copiosamente e incluso llegó a nevar.>>
Por entonces se tenía como patrona de la ciudad a Santa María de la Arrixaca, venerada en la iglesia conventual de los Agustinos, pero el milagro del agua se repitió en las sucesivas romerías y la Virgen de la Fuensanta rivalizó pronto en popularidad con la Arrixaca, llegando a ser nombrada como nueva patrona de la ciudad y su Huerta en el año 1731.
<<En cuanto a la imagen que da nombre al modesto Santuario primitivo, las noticias son confusas y contradictorias: mientras unos refieren la existencia de una antiquísima imagen de María, cuya antigüedad acercan al dominio de los visigodos, otros dicen que se la llamaba de la Encarnación y que no llevaba imagen del Niño. También cuentan que al construir el obispo fray Antonio María de Trejo, franciscano, el retablo del Trascoro de la catedral, dedicado a la Purísima, hizo llevar al Santuario del Monte la primitiva imagen de la Virgen de las Fiebres, que hasta el siglo XVII había permanecido en la catedral.
Fue a finales del siglo XVII cuando comenzó a designarse con el título de la Fuensanta a la imagen de la Virgen de las Fiebres. La imagen de la Virgen, es una escultura del siglo XV, de madera estofada.>> (Mariología Wiki)

Ricardo Aller Hernández
FUENTES:
*https://murcia.es/web/portal/edad-moderna
*https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,1448&r=ReP-29768-DETALLE_REPORTAJESPADRE
*https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Murcia
*file:///C:/Users/Propietario/Desktop/Dialnet-LaBeataSorMariaAngelaAstorchYLaRiadaDeSanCalixtoDe-6697706.pdf
*https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10767/Miralles.pdf;sequence=1
*https://digital.csic.es/bitstream/10261/137737/1/R.C.FEHM_Ciudad%20Real_2004_p.543-555_Miralles_Mart%C3%ADnez.pdf
*http://www.arquitecturadebarrio.com/murciaalazar/index.php/es/cartas/barroca/11
*https://www.turismodemurcia.es/es/ruta-iglesias-barrocas
* https://es.wikipedia.org/wiki/Seminario_Mayor_de_San_Fulgencio
*https://novena.asambleamurcia.es/sites/external/murcia_agua/cap9.2.htm
*https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,522,m,168&r=CeAP-2327-C_675_DETALLE_CENTRO
*https://mariologia.fandom.com/es/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_de_la_Fuensanta