ASTRONOMÍA, HUELLA ESPAÑOLA EN EL CIELO

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Las estrellas son agujeros por los que se filtra la luz del infinito.

(Confucio)

La noche es clara en la sierra, propicia para observar con nitidez las estrellas que titilan a lo largo y ancho de un cielo huérfano de nubes. Las luces de la ciudad apenas se intuyen desde la parte más alta de la montaña, donde reina el silencio y la oscuridad.

Sentado sobre una roca, el muchacho acaba de quitar los filtros del ocular para un primer enfoque; es una operación que exige la debida precisión si quiere evitar una imagen borrosa. Apenas tiene 16 años, pero siempre se ha sentido atraído por los misterios del Universo. Cuando era pequeño le encantaba ir al Planetario y ver la recreación en la pantalla de las constelaciones: Orión, Casiopea, Aquila, Ara, Centaurus, la Osa Mayor, la Menor, Camelopardalis, Canes Venatici, Lynx, Pegaso, Ursa Minor…,88 conjuntos de estrellas que representan, en la imaginación del observador, elementos de alguno de estos tres grupos: objetos, seres mitológico s o animales.

Cada vez que el muchacho pone el ojo en el telescopio tiene la sensación de repetir la misma liturgia que todos aquellos que le antecedieron desde tiempo inmemorial: alzar la vista, y, ya sea con astrolabios, ya sea con telescopios, perderse en la inmensidad de las estrellas, donde anida un misterio que ha atrapado al hombre: ¿cuál es la razón de la existencia de esos motores de energía cósmica?, ¿por qué se produce ese estado de supercalentamiento de la materia compuesta de partículas subatómicas?…Son muchos los interrogantes y tras muchos siglos algunas son las conclusiones, algunas técnicas, como las que explican su origen, y otras más poéticas. Esas son precisamente las que más le gustan al muchacho; de hecho, encima de la cama de su cuarto tiene un enorme mapa estelar donde hace tiempo escribió una frase que resume su pasión por la astronomía.

Si hay Dios, debe ser artista.

Antes de emplear el telescopio el muchacho echa un vistazo a los planetas. No le cuesta distinguirlos de las estrellas, basta con ver las que parpadean y las que no. Unas son estrellas y los planetas son puntos fijos, como Venus, de color blanco-amarillo, Marte, rojizo, y Saturno, naranja, que dotan de color a un lienzo negro e insondable.

Ya está todo preparado: lentes, planisferios y una certeza: la de saberse ínfimo en el universo, tanto como para para intuir que quizás no sean las estrellas las que tiemblen, sino su propia mirada al ver esos retazos de luz procedentes de algún lugar más allá de lo que su imaginación es capaz de alcanzar.

ASTRÓNOMOS ANDALUSÍES, LOS PRIMEROS

La llegada de los árabes a la península Ibérica supuso un período de florecimiento en el estudio del cielo.

AZARQUIEL (Toledo 1029-Sevila 1087), un sabio en la ciencia de las tablas astronómicas y en la fabricación de instrumentos para la observación de astros pudo haberse adelantado en 700 años a Halley, y en su descripción de la órbita elíptica de Venus en 500 años a Kepler. Este andalusí estudió la distancia máxima entre la Tierra y el Sol, determinando una variación de 1 grado cada 299 años.

Sus numerosas obras inspiraron a una generación de astrónomos islámicos en al-Ándalus y fueron traducidas a muchos idiomas europeos

Favorecido por su protector, el rey Al-Mamún de Toledo, construyó la Clepsidra de Azarquiel, que tenía la virtud de señalar las horas y las fases lunares tanto de día como de noche.

El cráter lunar Arzachel lleva este nombre en su memoria

MASLAMA AL-MAYRITI (Madrid, 950-Córdoba, 1007). Resumió las tablas de Al-Juarismi, adaptándolas al meridiano de Córdoba y tradujo el Planispherium de Ptolomeo. Estos conocimientos se transfirieron posteriormente a los reinos cristianos, sirviendo para construir los primeros astrolabios, como el de Barcelona. Junto con estos instrumentos se introdujo en el mundo cristiano el cuadrante, o cuarta parte del astrolabio.

También fue el consejero astrológico de Almanzor, indicando los momentos oportunos en que debía empezar sus campañas, y se dice que pronosticó el fin del Califato y los detalles de cómo iba a ocurrir mucho antes de que sucediera.

El planeta extrasolar Majriti, que orbita la estrella Titawin en la constelación de Andrómeda, fue denominado así en su honor.

IBN AL-SAMH (Córdoba, 979-Granada, 1035). Fue un importante miembro de la escuela del matemático y astrónomo Maslama al-Mayriti, escuela que introdujo y adaptó en al-Ándalus las tablas astronómicas indias.Compuso un tratado sobre la construcción y el uso del astrolabio, el más completo de cuantos se escribieron en la península ibérica durante la Edad Media.

Su tratado sobre la construcción del equatorium (instrumento que ayuda a determinar la longitud de un planeta) es otra de las principales contribuciones. De hecho, este tratado es el primer trabajo conocido que trata este instrumento. Su tratado se conserva en la traducción incluida en el Libro del saber de astrología de Alfonso X el Sabio.

El planeta extrasolar Samh, que órbita la estrella Titawin en la constelación de Andrómeda, fue nombrado así en su honor.

AL-SAFFAR (Córdoba-Denia, 1035). Fue el constructor del reloj de sol islámico más antiguo que se conserva en España. Escribió el tratado Kitab al-amal bi-l-asturlab (Descripción y uso del astrolabio), que tuvo mucha influencia en la Edad Media gracias a la traducción que hizo al latín Platón de Tívoli en Barcelona a comienzos del siglo XII. Trata extensamente los temas de trigonometría y enseña el uso del instrumento para medir distancias, ángulos y superficies. Otra obra suya fue el Compendio de tablas astronómicas, de la cual no se conoce más que el título.

El planeta extrasolar Saffar, que órbita la estrella Titawin en la constelación de Andrómeda, fue nombrado así en su honor.

AL-SAHLI: (siglo XI). Aparece mencionado en una lista de estudiosos matemáticos andalusíes en un libro escrito en 1068. Ideó el «astrolabio de al-Sahlî», un instrumento para determinar las posiciones de las estrellas en el cielo. También es conocido por sus astrolabios y globos terráqueos.

ISAAC ALBALIA (Córdoba, 1035-Granada, 1094). Matemático, astrónomo, astrólogo y talmudista judío andalusí; gran poeta y retórico, se hizo amigo de Muhámmad al-Mutámid, quien al ascender al trono de Sevilla en 1069 lo nombró astrónomo y astrólogo de la corte.

YEHUDA MOSCA: (siglo XIII). Médico real, astrónomo y un destacado escritor de la Escuela de Traductores de Toledo en época de Alfonso X el Sabio.

RABIÇAG: Destacado erudito judío de la segunda mitad del siglo XIII, formó parte de la Escuela de Traductores de Toledo de Alfonso X el Sabio y a él se deben la descripción de tres eclipses lunares.

Nuestro erudito Rabbi Çag (Alfonso X)

Otros tratados están recogidos en la compilación Libro del saber de astrología, que reúne manuales de fabricación y de interpretación de instrumentos de observación astronómica

Destacó en la composición y traducción al castellano de tratados acerca de la medición del tiempo o relojes. En ellas describe algunos tratados de gnomónica sorprendentes, como el Libro del reloj del palacio de las horas, escrito en colaboración con Yehuda ben Moshe, tratado en el que imaginan un palacio idealizado cuyas ventanas dejan pasar la luz a un patio central en donde se marcan las horas.

ALFONSO X

La ciencia alfonsí abarca tres grandes campos: astronomía, astrología y magia. Así, podemos destacar el Libro conplido en los iudizios de las estrellas, un tratado de astrología que incluye temas como el Zodiaco y la influencia de los planetas en la vida de las personas, el Libro de las cruzes y el Quadripartitum.

El rey Alfonso ordenó efectuar una serie de observaciones entre 1262 y 1272, encargando la construcción de los instrumentos necesarios, en lo que significaría la creación del primer observatorio del occidente cristiano. Tales investigaciones condujeron a la elaboración de unas tablas astronómicas, las Tablas alfonsíes, donde se recogen las observaciones efectuadas en el firmamento en Toledo desde el 1 de enero de 1263 hasta 1272, consignando el movimiento de los cuerpos celestes de forma muy precisa y cuya relevancia se extenderá hasta Copérnico.

También son destacables el Libro del saber de astrología, en el que se describen estrellas, constelaciones e instrumental, un manuscrito que recoge la traducción de los cánones y tablas del astrónomo Albateni, la de las tablas de Azarquiel y el Tratado del cuadrante señero, así como la obra astronómica de carácter teórico De configuratione mundi.

RENACIMIENTO

Las teorías de Copérnico revolucionaron la forma de entender el universo. El polaco defendía que el Sol es el centro del universo y sobre él giran los planetas, teoría astronómica a la que se adhirieron las instituciones académicas y los astrónomos españoles.

En esta época destacaron el madrileño Juan Cedillo Díaz en su Tratado de la carta de marear, y el jurista Juan Bautista Vélez, quien escribió la traducción comentada de los seis primeros libros del Almagesto de Ptolomeo hacia 1640.

La aportación de España a la astronomía fue notable, tal y como muestra el alto número de impresos y manuscritos en donde se recogen las mediciones y reflexiones de astrónomos y cosmógrafos. Por otra parte, la universidad también tuvo gran influencia: Salamanca, Valladolid o Alcalá…La cátedra de Matemáticas y Astrología de la Facultad de Artes era paso obligado para todos los que desearan obtener grados en medicina; su finalidad era la de facilitar a los médicos conocimientos de astrología, necesarios al entender de la época para el tratamiento de la mayoría de las enfermedades. Esta orientación se mantuvo en Salamanca hasta 1562.

En el cielo hay novedades, augmentos y alteraciones (Jerónimo Muñoz, catedrático de Salamanca, Libro del nuevo cometa).

Otros astrónomos relevantes fueron el catedrático de Alcalá y Sevilla, Diego Pérez de Mesa y Diego de Zúñiga, fraile agustino y catedrático de teología de la Universidad de Osuna, habitualmente presentado como el único copernicano español del siglo XVI. Ello se debe principalmente por aparecer una obra suya, publicada en 1584 con el título In Job Comentaría, junto al De revolutionibus de Copérnico entre los textos prohibidos por un decreto eclesiástico de 1616 en el que la Inquisición romana condenaba la teoría heliocéntrica. El de Zúñiga fue expurgado por la interpretación que su autor hacía de un versículo del Libro de Job:

Conmueve la Tierra de su lugar y hace temblar sus columnas.

Según el teólogo agustino la teoría de Copérnico, además de explicar mejor que las anteriores el movimiento de los planetas y otros fenómenos astronómicos, permitía el movimiento de la Tierra. De esta manera, el movimiento de la Tierra no era incompatible con las Escrituras.

LOS AUSTRIAS

Una de las notas más características de la ciencia y de la técnica española durante los Austrias fue la existencia de un número relativamente alto de cosmógrafos y matemáticos como titulares de oficios de carácter técnico vinculados a los Reales Consejos de Indias y de Guerra. El pragmatismo que dominaba la actividad de estos “oficiales reales” les llevó a utilizar la teorías copernicanas sin entrar a considerar si esta teoría correspondía o no con la realidad. Así, en el último cuarto del siglo XVI los autores españoles de libros de náutica usaron el valor de Copérnico para la declinación máxima del Sol u oblicuidad de la eclíptica.

Los astrónomos más destacados de la época fueron García de Céspedes con sus Teóricasy Rodrigo Zamorano, catedrático del Arte de Navegar y Cosmografía y Piloto Mayor de la Casa de la Contratación de Sevilla, escribió Compendio de la arte de navegar en 1582 o Cronología y Repertorio de la razón de los tiempos, de 1585.

En las cosas físicas, el que quiera porfiar siempre halla un deslizado por donde se huir; por lo cual nos acogeremos a los argumentos matemáticos, en donde han de confirmar la verdad, sin tener réplica alguna (García de Céspedes)

Otros nombres de referencia fueron Bartolomé de la Gasca y el capellán del rey y futuro obispo de Valladolid José Sobrino, quien construyó una tabla de la longitud del Sol para todos los días de 1584, y Juan Cedillo Díaz, sucesor de García de Céspedes como Cosmógrafo Mayor del Consejo de Indias y como catedrático de la Academia Real Matemática de Madrid, con la traducción de De Revolutionibus, la primera versión castellana de la gran obra de Copérnico, a pesar del miedo a una posible censura.

Bien sabia yo .N. quando determinava sacar a luz los trabajos de mis estudios que me avían de reprehender muchas partes de los hombres doctos por ser yo unos de los que parecen traer mayores novedades al mundo que ninguna hasta nuestros tiempos a traydo…

Por su parte, el Cosmógrafo Mayor de Portugal y Maestro de Matemáticas de Felipe IV, Juan Bautista Labaña, elaboró un manuscrito de Geografía y Cosmografía conforme el modelo geocéntrico.

SIGLO XVII

La confección de los primeros catálogos precisos de posiciones estelares, el perfeccionamiento de los conocimientos sobre el movimiento de la Luna y la nueva generación de instrumentos aparecidos a principios del siglo hicieron factible un nuevo método para la determinación de la longitud, ideado por astrónomos y marinos: la observación de las distancias lunares.

En esta centuria destacó Núñez Zamora , que consideraba que los cometas se engendraban en el cielo y que, por tanto, los cielos son corruptibles.

Los manuscritos de Cedillo y de algunos de sus alumnos son una fuente esencial para conocer la actividad astronómica realizada en la corte madrileña durante el reinado de Felipe III.

Apuntó por el horizonte (…), con un rayo casi piramidal de color de ceniza muy dilatado y en el remate se descubrió una estrella grande al parecer mayor que la venus, en cuyo centro ardía un fuego amortiguado, y en el ámbito de la llama una materia más clara a manera del cerco que hace a luna con los vapores de la tierra. (Observaciones realizadas con ocasión del cometa del 1 de diciembre de 1618)

Otros astrónomos de referencia fueron Núñez Zamora, quien consideraba que los cometas se engendraban en el cielo y que, por tanto, los cielos son corruptibles, o Juan Bautista Vélez estuvo presente en las observaciones del cometa de 1618 y a él se debe uno de los trabajos más interesantes sobre astronomía escritos en España en el siglo XVII. Escrito sobre 1640, contiene la traducción comentada de los seis primeros libros del Almagesto de Ptolomeo.

SIGLO XVIII

EN 1748, Jorge Juan y Antonio Ulloa escribieron Observaciones astronómicas y físicas hechas en los Reinos del Perú. Entre las experiencias y demostraciones geométricas que se exponen en esta obra, hay varias que se inclinaban a favor del sistema copernicano, lo que hizo que fuera declarado por la Congregación de Cardenales Inquisidores sospechoso de herejía.

En 1753 se creó el primer observatorio español en Cádiz, al amparo de la Academia de Guardia Marinas.

En 1774, el mismo Jorge Juan escribió Estado de la astronomía en Europa.

SIGLO XX

Tras ser nombrado miembro de la Academia de Ciencias y bajo los auspicios de esta institución y de la Sociedad Geográfica, presenté un proyecto de ascensión estratosférica en un globo de 37.000 metros cúbicos, con barquilla abierta, en el que debía ascender a 26 kilómetros de altitud protegido por una escafandra del espacio, cuya descripción fue publicada en la revista Ciencia Aeronáutica, de Caracas (1 de marzo de 1958, Emilio Herrera al ingeniero y profesor Francisco José San Martín)

Uno de los estudios más atrevidos de Herrera fue analizar cuál sería la vestimenta adecuada y los sistemas de respiración necesarios para la navegación aérea a gran altitud, donde la falta de aire y las bajas temperaturas suponían un problema. De tales estudios nació en 1935 la escafandra estratonáutica, un modelo de escafandra para tripulantes de globos a gran altitud, precursor del traje espacial.

Varias décadas después, la NASA se basaría en sus estudios para la elaboración de los modernos trajes espaciales, y como reconocimiento a su aportación el astronauta Neil Armstrong entregó una de las rocas lunares a uno de sus colaboradores, Manuel Casajust Rodríguez.

Sería en este siglo cuando comenzaría a gestarse nuevos centros de observación, como el de Cartuja (1902) o Fabra (1904). Y mientras  La NASA establecía varias estaciones de seguimiento como Maspalomas (Canarias), o Robledo de Chavela (Madrid) —complejos que ayudaron al proyecto Apolo XI a llegar a la Luna—, la Agencia Espacial Europea (ESA) instauró el Centro Europeo de Astronomía Espacial, localizado en Villanueva de la Cañada (Madrid), donde se impulsan misiones como Rosetta, Soho, Venus Express o Mars Express, y los programas de navegación vía satélite EGNOS o Galileo.

En los años 70 se inició el período de esplendor de la astronomía española con la instalación de grandes observatorios: el hispano-alemán de Calar Alto (Almería) o el del Teide (Tenerife), el del Roque de los Muchachos (La Palma), el de Sierra Nevada y el observatorio IRAM Pico Veleta (Granada).

Astrónomos relevantes del siglo XX fueron los siguientes:

ALLER ULLOA, RAMÓN MARÍA (1878-1966)  Pionero en el estudio de las estrellas dobles, formó parte de la Comisión Nacional de Astronomía.

CARRASCO GARRORENA, PEDRO (1883-1966)

Fue director del Observatorio de Madrid, donde trabajó en Astronomía geodésica, observación espectroscópica solar (descubrió una nueva línea coronal en el eclipse de 1914) y en instrumentación astronómica óptica.

CATALÁ POCH, MARÍA ASUNCIÓN (1925-2009)

Defendió en 1971 su tesis doctoral con el título de “Contribución al estudio de la Dinámica de los Sistemas Estelares a simetría cilíndrica”. Investigó órbitas de cometas, manchas solares, historia de la astronomía árabe, astronomía de posición, dinámica de los sistemas estelares, dinámica galáctica, estructura de la nube de Oort y astrodinámica.

COMAS SOLÁ, JOSÉ (1868-1938). Trabajó como astrónomo del Observatorio Catalán de San Felíu de Guíxols (Gerona) antes de construirse su propio Observatorio en Barcelona. Participó en la creación del Observatorio Fabra, inaugurado en 1904. En 1911 creó la Sociedad Astronómica de España entidad a la que un año después se le añadió la mención “y de América”.

FERRÍN MOREIRAS, ANTONIA (1914-2009). Realizó aportaciones sobre las ocultaciones de estrellas por la Luna y sobre medidas micrométricas de estrellas dobles.

ORÚS NAVARRO, JUAN JOSÉ DE (1921-2005). Desarrolló diversas líneas de investigación: Perturbaciones seculares en la Mecánica Celeste, Historia de la Astronomía, Dinámica de los sistemas estelares, Ocultaciones de estrellas por la Luna, Seguimiento óptico de satélites artificiales, Seguimiento radioeléctrico de satélites artificiales, Proyecto Hipparcos –Astrometría Espacial.

ROMAÑÁ PUJO, ANTONIO (1900-1981). Tuvo un importante papel en las relaciones internacionales, tanto a nivel científico como a nivel oficial. En 1946 se encargó de la negociación con la IAU para que España siguiera siendo miembro de la misma, a pesar de los problemas políticos y económicos, y lo consiguió gracias a sus contactos. La solución que se encontró fue que España podría encargarse del Servicio de Cálculo de Efemérides de pequeños planetas para todos los observatorios del mundo.

SÁNCHEZ MAGRO, CARLOS (1944-1985). En octubre de 1968 se trasladó a Tenerife para trabajar en triangulaciones geodésicas mediante datos obtenidos por satélites artificiales. Allí comenzó a trabajar en el Observatorio del Teide, donde realizó trabajos sobre luz zodiacal y luminiscencia nocturna.

En ese mismo año se traslada con una beca a Inglaterra, concretamente en el Imperial College de Londres en dónde se formó en Astronomía infrarroja, por lo que es considerado el padre de la Astronomía infrarroja española.

TORROJA MENÉNDEZ, JOSÉ MARÍA (1916-1994). Las contribuciones de Torroja fueron fundamentalmente sobre el cálculo de órbitas de asteroides y los eclipses.

VIVES SOTERAS, TEODORO (1926-2014). Impulsó la actividad astronómica del Observatorio de Cartuja (Granada) desde 1965 hasta 1968, entidad de la que fue director.

Ricardo Aller Hernández

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