MONTAÑA DE MONTSERRAT
El macizo de Montserrat es un macizo rocoso considerado la montaña más importante y significativa de Cataluña. Está situada a 30 km del centro de Barcelona, entre las comarcas de Noya, del Bajo Llobregat y del Bages. Se trata de un macizo de forma singular que se eleva bruscamente al oeste del río Llobregat hasta los 1.236 metros de altura del pico de Sant Jeroni y las caprichosas formas de la montaña son el resultado de un proceso geológico y geomorfológico de millones de años. Cuando el mar terciario ocupaba lo que es ahora la «Plana de Lérida», y las Islas Baleares eran un gran macizo de la talla de los Pirineos actuales, un delta formado por guijarros y demás material detrítico arrastrado por un gran río torrencial ocupaba estas tierras.
Este nombre deriva de su peculiar morfología, en la que parece como si se hubiese intentado serrarla con una sierra gigante. La palabra mont significa «monte» y serrat significa «serrado» en catalán. Además del monasterio, la montaña tiene un número destacado de pequeñas iglesias y ermitas, algunas abandonadas, como Santa Cecilia, Sant Benet, Sant Joan o Sant Jeroni.
VIRGEN DE MONTSERRAT
Desde que según la leyenda se encontró la imagen de la virgen en la Santa Cova, Montserrat ha estado vinculada con la espiritualidad. Según la leyenda, en el año 880, un sábado por la tarde, unos pastores vieron descender del cielo una fuerte luz, acompañada por una hermosa melodía. Abrumados por la experiencia, los niños corrieron a su casa para contar desesperadamente la experiencia a sus padres. Los padres fueron escépticos, pero sabían que sus chicos eran confiables y honestos así que fueron al lugar donde los niños habían experimentado las visiones para ver si ellos podían ver de qué se trataba todo el alboroto. El sábado siguiente la visión se repitió. Los cuatro siguientes sábados los acompañó el rector de Olesa que pudo dejar constancia de esa visión.
El obispo, al enterarse de la noticia, organizó una visita durante la cual, encontraron una cueva que fue explorada por los ancianos religiosos, y en su interior se hallaba la Santa Imagen. Entendiendo que el lugar no era ni el idóneo ni el más digno para la imagen de la Virgen, el obispo propuso llevarla en procesión hasta la localidad de Manresa, para ser venerada allí; pero, al sacar la imagen, esta se hizo tan pesada que no la pudieron mover. El obispo interpretó este fenómeno como el deseo de la Virgen de quedarse en ese lugar y ordenó construir la ermita de Santa María, origen del actual monasterio.
La construcción de la capilla se produjo entre 1696-1705. Cabe destacar el emplazamiento vertical de la capilla en la pendiente de la montaña, que le da una sensación de estar suspendida en el aire; es un bello ejemplo de integración entre arquitectura y naturaleza. La capilla tiene planta de cruz latina, y está insertada bajo una gruta de la montaña, lugar de la Santa Cueva original. En el altar hay una reproducción de la imagen original, ya que la auténtica se encuentra en la Basílica del monasterio.
La imagen que en la actualidad se venera es una talla románica de finales del siglo XII realizada en madera de álamo. Representa a la Virgen con el niño sentado en su regazo y mide unos 95 centímetros de altura. En su mano derecha sostiene una esfera que simboliza el universo; el niño tiene la mano derecha levantada en señal de bendición mientras que en la mano izquierda sostiene una piña.
Con excepción de la cara y de las manos de María y el niño, la imagen es dorada. La Virgen, sin embargo, es de color negro, lo que le ha dado el apelativo popular de «la Moreneta» («la Morenita»). Su color es el resultado de la transformación del barniz con el paso el tiempo.
MONASTERIO DE MONTSERRAT
El monasterio de Santa María de Montserrat es una abadía benedictina situada en la montaña, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar y es un símbolo para Cataluña y España. Se ha convertido en un punto de peregrinaje espiritual para creyentes y de visita obligada para los turistas, constituyendo junto con los santuarios de Torreciudad (Huesca), El Pilar (Zaragoza), Meritxell (Andorra), Lourdes (Francia) y Fátima (Portugal) la Ruta mariana, itinerario guiado por la espiritualidad y devoción mariana. No sólo el Monasterio de Montserrat es de importancia religiosa sino que la belleza natural que rodea al monasterio es simplemente asombrosa.
El origen del monasterio es incierto: se sabe que, alrededor de 1011, un monje procedente del monasterio de Santa María de Ripoll llegó a la montaña para encargarse del monasterio de Santa Cecilia, quedando así el cenobio bajo las órdenes del abad Oliba de Ripoll. Santa Cecilia no aceptó esta nueva situación, por lo que Oliba decidió fundar el monasterio de Santa María en el lugar donde se encontraba una antigua ermita del mismo nombre (1025). A partir del 1082, Santa María pasó a tener abad propio y dejó de depender del abad de Ripoll. Esta ermita se había convertido en la más importante de todas las que existían en la montaña gracias a la imagen de la Virgen que en ella se veneraba desde el 880. El 10 de marzo de 1410 le fue concedida su independencia por el papa Benedicto XIII.
En 1493 el rey Fernando el Católico envió al monasterio 14 monjes procedentes de Valladolid y Montserrat pasó a depender de la congregación de esta ciudad castellana. Durante los siglos siguientes se sucedieron los abades tanto de la Corona de Aragón como de otras zonas de España. Ese mismo año de 1493, el fraile mínimo Bernat Boïl, antes ermitaño de Montserrat, acompañó a Cristóbal Colón en uno de sus viajes a América, lo que propició la expansión del culto a la virgen de Montserrat en ese continente, hecho plasmado en el nombre dado a una de las islas Antillas: Montserrat.
En 1592 fue consagrada la actual iglesia. El conjunto del monasterio está formado por dos bloques de edificios con funciones distintas: por un lado la basílica con las dependencias monacales; y por otro los edificios destinados a atender a peregrinos y visitantes. Entre las diversas construcciones del monasterio benedictino, la sala capitular, el claustro neorrománico y el refectorio, destacan por su estilo arquitectónico
LA BASÍLICA
La basílica de Montserrat se comenzó a construir en el siglo xvi y fue reconstruida por completo en el siglo xix (año 1811) después de la destrucción en la guerra de la Independencia. En 1881 el papa León XIII le otorgó la condición de basílica menor. La fachada se realizó en 1901, en estilo neoplateresco. Después de la Guerra Civil se construyó una nueva fachada que antecede a la iglesia propiamente dicha, a la que se accede a través de un atrio.
La iglesia es de una sola nave, de 68,32 metros de largo y 21,50 de ancho, con una altura de 33,33 metros. Está sostenida por unas columnas centrales, con tallas realizadas en madera, que representan los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. En la cabecera está situado el altar mayor, con una cruz del siglo xvi. El Cristo de marfil, atribuido a Miguel Ángel, que preside la basílica de Montserrat, fue sacado del monasterio en julio de 1936 por un joven aprendiz de panadero, para evitar que fuera destruido por los grupos incontrolados que aquellos días quemaban iglesias y se tomaban la justicia por su cuenta. Siguiendo las instrucciones de un monje, aquel joven se llevó el Cristo en bicicleta, dentro de un saco de carbón, y durante los tres años de la guerra estuvo escondido en el interior de un lagar.
Justo encima del altar mayor se sitúa el camarín de la Virgen al que se accede después de atravesar una portalada de alabastro llamada la Puerta Angélica y a continuación la Sala del Trono. El Trono de la Virgen es de plata repujada, con dos relieves que representan la Natividad y la Visitación, y una imagen de San Miguel. La talla de la Virgen es del siglo xii, sobre la que se sitúan unos ángeles que sostienen la corona, el cetro y el lirio de la Virgen. La Sala del Camarín es una capilla circular con tres ábsides, construida entre 1876 y 1884 con la colaboración de su ayudante, un joven Antoni Gaudí.
El siglo XIX fue especialmente trágico para Montserrat: a primeros de siglo fue incendiado dos veces por las tropas napoleónicas, en 1811 y en 1812. El monasterio fue saqueado y se perdieron muchos de sus tesoros. A mediados de siglo, en 1835, la abadía sufrió la exclaustración debido a la desamortización de Mendizábal. La exclaustración duró poco, y en 1844 se restableció la vida en el monasterio que tuvo que ser restaurado, puesto que incendios, saqueos y exclaustraciones dejaron en pie poco más que las paredes. El 11 de septiembre de 1881, coincidiendo con la fiesta regional de Cataluña, o Diada, el papa León XIII proclamó a la Virgen de Montserrat patrona de Cataluña, señalando el 27 de abril como fecha de su festividad.
Durante la guerra civil española el monasterio volvió a ser cerrado y pasó a depender de la Generalidad de Cataluña, presidida por Lluís Companys. Entre hermanos y sacerdotes, un total de 23 religiosos de la Abadía fueron martirizados en los tres años que duró la persecución religiosa republicana. En 1947 se celebró la ceremonia de entronización de la Virgen. En 1958 se consagró el altar mayor de la basílica, y en 1968 se finalizó la nueva fachada del monasterio.
En los últimos años del régimen franquista el monasterio se convirtió en un símbolo catalanista, y se produjeron numerosos actos en contra del régimen, destacando el encierro en 1970 de 300 intelectuales en reivindicación de los derechos humanos y en protesta por el proceso de Burgos. En la democracia, Montserrat ha seguido siendo el epicentro de la religiosidad catalana. En 1982 el papa Juan Pablo II visitó Montserrat.
En el monasterio residen los niños que componen la Escolanía de Montserrat, considerada la escuela de canto de más antigüedad de Occidente, ya que fue fundada en el siglo XIII. Un punto de interés del monasterio es escuchar las interpretaciones de los cantos Gregorianos y música de coro de otros géneros religiosos por parte del famoso coro de niños de la Basílica que ya ha grabado más de 100 álbumes de música de coro.
Uno de estos cantos es el Virolai, un himno dedicado a la Virgen María de Montserrat que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un símbolo espiritual de los catalanes, y no solo en signo de espiritualidad, sino también de catalanismo. La letra del Virolai comienza con las palabras: Rosa d’abril, morena de la serra…, lo que hace que también sea conocido con el nombre de Rosa d’abril.
Jaime Mascaró