SÁHARA, PROVINCIA ESPAÑOLA (I)

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16 de febrero de 1958, Río de Oro.

Los últimos cinco días han sido intensos para la XIII Bandera de la Legión desde que partieron de Al Fernan por la cuenca sur del uad Tigsert con dirección a Remz Elben, aunque por las informaciones que van llegando al puesto de mando el destino de la IV no ha resultado más plácido, ya que ellos han tenido que marchar por la orilla sur de la Saguia hacia Tafudart-Smara hasta alcanzar la cabeza del uad Saat, donde fueron recibidos con fuego de mortero y fusilería, si bien el ataque fue repelido por las tropas españolas, obligando a los rebeldes a retirarse hacia el nordeste, lo que supone un nuevo éxito de la segunda fase de la Operación Teide.

El sol domina el cielo y el calor empieza a caer a plomo sobre los legionarios mientras las variaciones en el índice de refracción de las distintas capas de aire hacen que la luz se curve y aparezcan reflejos en la arena del desierto. Secándose el sudor con el dorso de la mano, el coronel Manuel Mulero Clemente, responsable de la IV, IX y XIII banderas de la Legión, observa el plano del Sáhara, haciendo balance de lo sucedido desde el 10 de febrero, cuando las tres banderas de la Legión con base en El Aaiún iniciaron la misión de actuar como reserva de la Agrupación A y defender las posiciones conquistadas por las unidades del primer escalón, acción que han llevado con eficacia y un resultado de cuatro heridos en la XII, un cabo 1º, un cabo y dos legionarios

El coronel sigue enfrascado en el plano cuando a lo lejos se escucha ruido de helicópteros Junkers. Por fin, se dice el militar mientras sale de la tienda y alza la vista a la raya del horizonte, donde empiezan a perfilarse tres sombras voladoras que, como siniestros insectos gigantes, avanzan hasta su posición con la que se pretende solucionar uno de los grandes problemas logísticos de la campaña.

Y es que desde el primer día las tropas españolas no solo han tenido que combatir contra el enemigo, sino que además se han visto obligados a hacer frente a un suelo pedregoso que, inclemente, ha destrozado las alpargatas blancas de los soldados, demasiado frágiles para caminar por el desierto. Avanzar en estas condiciones, con los pies llenos de heridas o incluso descalzos, ha resultado penoso, en especial para la XIII, que lleva destinada en el Sáhara desde julio del 56, pero en cuestión de minutos va a empezar a llover calzado sobre la Legión, poniendo punto y final a uno de las muchas calamidades a las que siempre está sometido un legionario.

Todo sucede muy rápido. En varios vuelos rasantes los Junkers bombardean la zona con alpargatas que a primera vista parecen más resistentes, y aunque al coronel no le pasa inadvertido que en nada se parecen a las reglamentarias, ese es el menor de los problemas. Ahora mismo lo único que importa, piensa Mulero Clemente con una sonrisa divertida, es que al menos sirvan para salir del paso.

EL SÁHARA

4 de noviembre de 1884. Ese día fue la primera vez que la bandera española ondeó en territorio saharaui, concretamente en la península de Río de Oro, junto al acantilado donde posteriormente se fundaría Villa Cisneros, con base en el Real Decreto de 26 de diciembre del año 1884, en el que se declaraba que España tomaba bajo su protección los territorios de la costa occidental de África comprendidos entre los cabos Bojador y Blanco, sin perjuicio de los derechos subsistentes de tercero que puedan probarse.

El primer destacamento militar enviado por el gobierno de Cánovas del Castillo estuvo al mando del comisario Emilio Bonelli y Hernando. El territorio se halla situado en la parte noroccidental del continente africano, y en la zona considerada subtropical, pues el trópico de Cáncer corta el territorio a la altura de la punta de la Sarga, limitando al norte con Marruecos, al nordeste con Argelia, al este y al sur con Mauritania, y al oeste con el Océano Atlántico. En total, una extensión de 280 000 km² con una costa de 1200 kilómetros.

En 1886 España anexó Tiris a Río de Oro tras una expedición patrocinada por la Sociedad Española de Geografía Comercial al Adrar, formada por Julio Cervera, Francisco Quiroga y Felipe Rizzo. A pesar del éxito de las negociaciones con Ahmed uld Mohamed uld el Aidda, sultán de Adrar el-Tmarr, la falta de notificación del gobierno de Práxedes Mateo Sagasta durante la Conferencia de Berlín dejó los acuerdos en papel mojado, por lo que se perdió la posibilidad de establecer la soberanía española sobre un territorio de aproximadamente 500.000 km².

CRONOLOGÍA

En 1885 las potencias europeas se repartieron África durante la Conferencia de Berlín, donde España se presentó con pruebas irrefutables de la ocupación efectiva de la región comprendida entre Cabo Blanco al sur y Cabo Bojador al norte, siéndole atribuidos el Sáhara (Río de Oro), lo que luego sería Guinea Ecuatorial y algunas zonas de Marruecos.

Años más tarde, en 1912, el Tratado de Fez determinó que Francia pasaría a administrar Marruecos y España el Rif, Ifni y Tarfaya, especificándose en el artículo 6 párrafo 2 del acuerdo que el Sáhara Occidental quedaba fuera del territorio marroquí.

Uno de los centros neurálgicos del Sáhara español era Saguia el Hamra y los principales centros de población eran Smara, considerada ciudad santa, y El Aaiún, que fue fundada por Antonio de Oro en 1938 sobre un pequeño asentamiento nativo y que en 1940 se convirtió en capital de la provincia, relegando así a Villa Cisneros. Otro de los lugares estratégicos era Cabo Juby, situado al norte de Saguia el Hamra y comprendida entre el paralelo 27º 40′ N y la vaguada del río Draa, bajo control español desde la toma de Francisco Bens el 29 de junio de 1916.

En 1934, en plena Segunda República, se empieza a conocer el territorio como Sáhara Español tras un acuerdo amistoso entre tribus saharauis y la administración republicana

España ingresó en las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1955 y meses después, el 2 de marzo de 1956, Marruecos consiguió su independencia.

En junio de 1956 se crea la XIII Bandera de la Legión para operar en el entonces conocido como territorio del África Occidental Española. La presencia legionaria se inicia con el desembarco de esta bandera en Hasi Aotman, en las inmediaciones de El Aaiún, el 1 de julio de 1956. Esta Bandera se creó específicamente para prestar servicio en esta provincia, permaneciendo en ella hasta junio de 1969, cuando pasó a formar parte de los Tercios Saharianos.

En 1957 apareció un grupo denominado Ejército de Liberación Marroquí, apoyado por las Fuerzas Armadas Reales marroquíes, que comenzó a llevar a cabo acciones militares en el Sáhara y en Mauritania con el objetivo de crear inestabilidad y favorecer las tesis anexionistas de Marruecos (el “Gran Marruecos”), quien reclamaría por primera vez aquellas tierras en 1958, siendo uno de sus máximos exponentes El Fasi, fundador del partido lstiqlal.

El 3 de diciembre de 1957 se concluyó el plan para la defensa de El Aaiún. Se tomaron diversas medidas para garantizar la seguridad interior en la población, creándose una línea de defensa capaz de rechazar cualquier ataque exterior. Este perímetro exterior, en octubre de 1957, era una zona de 4 kilómetros defendida por dos secciones de ametralladoras y una de morteros de la XIII Bandera de la Legión, junto a las tropas europeas del 2do Tabor de Tiradores de Ifni y una Compañía de Automovilismo, más fuerzas de Policía (Luis E. Togores en « Historia de la Legión española»).

Las Bandas de Liberación habían asentado sus partidas en el gran cauce de un río seco, la Saguia el Hamra, que se abría hacia el norte entre Edchera y Tafudart y el 22 de diciembre atacaron a un destacamento de la Legión en El Aaiún y en enero de 1958 otro en Edchera.

Como respuesta, se creó una Agrupación formada por las Banderas IV y XIII de la Legión, así como el III Tabor de Tiradores de Ifni, cuya misión era establecer información de contacto mediante servicios de exploración en dirección al Meseid-Edchera y el curso del uad el Jat. El mismo día 22 dos compañías de legionarios, una sección de ametralladoras y un pelotón de morteros lograron tomar el oasis de Meseied y acabaron con medio centenar de guerrilleros de Yeicht Taharir, aunque la victoria no fue completa, pues los españoles no pudieron evitar que los supervivientes huyeran hasta Edchera.

El 13 de enero de 1958 partió desde El Aaiún un contingente formado principalmente por tropas de la XIII Bandera de la Legión junto con varias fuerzas agregadas.

Su objetivo era atravesar la Saguia El Hamra en dirección sur-norte, para luego marchar paralelamente a la gran depresión en dirección este», añade Togores. A su vez, las miras estaban puestas en Edchera, una de las sedes principales del enemigo. (Luis E. Togores).

Tres horas después de salir de El Aaiún la 2ª Compañía, comandada por Agustín Jáuregui, fue recibida a unos 28 kilómetros de Edchera a base de disparos enemigos que logró detener en seco los Jeeps de la vanguardia

Jáuregui, llevado de un enorme espíritu de acometividad y tratando de impedir el posible repliegue del contrario a través del cauce hasta Tafudart, siguió avanzando con sus legionarios, teniendo que sostener un violentísimo combate a corta distancia con un núcleo que los envolvió y al que se añadió otro muy numeroso que descendió del Meseied»

Tiro a tiro, los hombres de la 2ª Compañía empezaron la defensa a tras recibir los refuerzos del brigada Fadrique, mientras la 3ª Compañía se encargaba de conquistar el borde este de la Saguía.

Al alcanzar un gran espolón que se adentraba en el cauce, [la compañía] recibió un fuego muy nutrido del enemigo, resultando muerto el teniente Gómez Vizcaíno.

La XIII tenía muchas bajas que se desangraban al sol sin poder ser atendidas. Los legionarios de la 3ª Compañía no tenían agua ni casi munición. El camión con los suministros pinchó a 200 metros y fue acribillado. Solo se salvó el conductor (Togores).

La situación se tornó tan insostenible que se ordenó a la IV Bandera salir de El Aaiún para reforzar a sus compañeros, y a los hombres de la XIII, comenzar el repliegue. El comandante Rivas Nadal se negó inicialmente hasta no haber recogido los cuerpos de los fallecidos.

El combate más cruento de toda aquella jornada se vivió en la Saguía, donde los hombres de Jáuregui se vieron obligados a luchar a bayoneta calada.

El entonces teniente Barco bajó al cauce de la Saguía y vio los cuerpos muertos por disparos y cuchilladas del capitán Jáuregui, del brigada Fadrique y del legionario Maderal Oleaga (Togores)

Según se descubrió posteriormente, los dos últimos habían tratado de proteger la retirada de sus compañeros con un fusil ametrallador. No lo lograron, pero su heroicidad les valió recibir la Cruz Laureada de San Fernando.

Durante la noche el enemigo se retiró aprovechando la escasez de luz. La victoria fue española, pues se recogieron 50 cadáveres marroquíes. Sin embargo, la Legión hubo de llorar también a sus propios héroes.

La columna sufrió cuarenta y ocho muertos, cuarenta y tres eran legionarios de la XIII Bandera y uno de la IV, más un soldado muerto de Transmisiones, otro de Tiradores, otro de Policía y dos conductores. Hubo setenta y ocho heridos.

Ricardo Aller  Hernández

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4 thoughts on “SÁHARA, PROVINCIA ESPAÑOLA (I)”

  1. Sin entrar en discusiones sobre el valor de aquellos legionarios, el hecho es que aquel combate lo perdimos, y con muchísimas bajas, como consecuencia de muchos errores.
    La disolución de «Tiradores de Ifni» trajo consigo la del escuadron de autoametralladoras de Villa Bens-Aaiun, medio adecuado (a pesar de la antiguedad de los medios) para la exploración.
    La XIII Bandera no contaba más que con dos semiorugas heredados de aquel escuadrón (a los que quitaron las ametralladoras.
    El mando en Aaiún se lanzó a operaciones en campo abierto sin esperar a los refuerzos que ya estaban llegando y sin pedir apoyo aéreo.
    La XIII Bandera cayó en una emboscada de libro, su teniente coronel no supo reaccionar y lo pagó caro.
    Las medallas sirvieron para tapar todos estos errores pero no por ello nosotros tenemos que desconocerlos y estar en situación de caer en los mismos.

  2. La culpa de la situación de los Saharauis es del Frente Polisario. No querían seguir siendo españoles y mataron a soldados españoles y luego a pescadores canarios. La traición les ha llevado a la miseria, en vez de gozar de plenos derechos en la España democrática. Es lo que el Comunismo consigue para sus pueblos

  3. No me extraña que siempre se reciba con aplausos a La Legión.

    A mi juicio es un deber del Estado Español salvaguardar la libertad del pueblo saharaui. Es nuestra responsabilidad.

    Precioso artículo.

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