WESTERN DESIGN, HISTORIA DE UN FRACASO

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Portobelo, Mar Caribe, marzo de 1741.

Un perezoso sol, redondo y rojizo, holgazanea entre la bruma mientras la brisa hace ondear la bandera británica en la recién conquistada ciudad de Portobelo. Sentado en el despacho del que hasta hace unas horas ha sido la residencia del gobernador español de la plaza, el almirante de la Armada sir Edward Vernon, lejos de sentirse satisfecho por su inapelable victoria — seis buques para derrotar a unos cientos de españoles mal equipados, aunque tampoco es necesario ponerse a hacer números —, enrojece de ira ante la ignominiosa carta que le acaban de enviar desde el próximo castillo de San Felipe.

Convencido de que el Destino le ha elegido como el hombre capaz de cambiar el rumbo de la denominada Guerra del Asiento, no está dispuesto a consentir que esa misiva le arruine su primer día como nuevo gobernador de la plaza, así que para contrarrestar su mal humor descorre las cortinas del despacho, presidido aún por un retrato de Felipe V, y se acoda en la ventana. Frente a él, uno de los principales puertos naturales del Mar Caribe, enclave estratégico en la lucha entre España e Inglaterra por el dominio de las rutas comerciales de las Indias, donde permanece anclado el Septentrion, buque insignia de la escuadra naval británica, de tres palos, aparejo de velas cuadradas y tres cubiertas bien artilladas.

Más sereno, regresa a la mesa, y allí sigue la carta de ese español al que se le conoce como Mediohombre, llamado así por haber perdido varias partes del cuerpo durante sus muchas batallas, aunque está claro que lo que no ha sufrido mella es en el valor, la gallardía y la impertinencia. 

Puedo asegurarle a vuestra excelencia que si yo me hubiera hallado en Portobelo le habría impedido llegar siquiera a la costa. y si las cosas hubieran ido a mi satisfacción habría ido también a buscarlo a cualquier otra parte, persuadiéndome de que el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener vuestra cobardía . Que un ataque de seis buques contra un puñado de soldados es más propio de ingleses que de hombres.

Tras leer la misiva una última vez, Vernon la rompe en pedazos y la echa al fuego, decidido a terminar con aquella burla. Su honor le exige una respuesta, así que agarra la pluma y comienza a escribir con efervescencia una solicitud al Parlamento para formar la más formidable flota que jamás hubiese visto la Historia con un objetivo:

Cuando ha terminado regresa a la ventana, dejándose embriagar por el olor a sal mientras deja volar su imaginación. El futuro es tan prometedor que ya le parece escuchar los fervorosos aplausos del Parlamento en su regreso triunfal a Londres. «Zenquiu, sires, fue duro, pero el que vale, vale», eso diría en su discurso. El almirante se regocija en ese pensamiento mientras rebusca en su chaleco un puro que le han traído desde en Cuba. Con gran ceremonia cortó la parte trasera del cigarro de una forma limpia y precisa, saca un fósforo de vara larga, lo enciende y empieza a fumar, pero tras darle una calada lo tira inmediatamente al suelo, asqueado por su sabor. Sin duda, piensa, esos habanos no tendrán futuro en Europa.

ESPAÑA E INGLATERRA, UNA RIVALIDAD DE SIGLOS

Inglaterra no sería Inglaterra si no hubiera existido España. Su historia se construye sobre cuatro mitos de los que viven todos los ingleses: la Armada Invencible, la Guerra de Sucesión a la Corona de España, la Batalla de Trafalgar y la Guerra de la Independencia (Peninsular War, para los ingleses). Quizás no haya un país que dependa de otro hasta esos niveles»» (Manuel Moreno Alonso, Las cosas de España en Inglaterra)

España e Inglaterra han mantenido siempre una relación de rivalidad en la que se entremezclan sentimientos de temor, desprecio y admiración mutuos. Los abordajes de los corsarios a los barcos españoles, la Armada Invencible, la toma de Gibraltar, el apoyo español a la independencia de EE. UU., la tradicional alianza de Inglaterra y Portugal frente a España, la enérgica solidaridad española con los irlandeses, los combates de Wellington en España contra la flor y nata de los ejércitos napoleónicos, Trafalgar…

A finales del siglo XV España comenzaba una aventura que cambiaría el curso de la Historia. El descubrimiento de América en 1492 ponía las bases de un futuro imperio, mientras en Inglaterra los Tudor se limitaban a sus dominios naturales. Hábiles políticos, los Reyes Católicos extendieron su poder en Europa a través de los matrimonios de sus hijos: así, emparentaron a Catalina con Enrique VIII, pero los planes se torcieron: ante la falta de un hijo varón, el inglés trató de conseguir el divorcio y al no conseguirlo se separó de la Iglesia católica, en lo que puede considerarse el primer Brexit de la historia.

Tanto las Indias Orientales como Occidentales se encuentran en la corona de España, ha sucedido que, como se dice en una especie de expresión valiente, el sol nunca se pone en los dominios españoles, sino que siempre brilla sobre una parte u otra de ellos: lo que, a decir verdad, es un rayo de gloria (Francis Bacon).

En 1580 los Austrias dominaban el mundo: España se había anexionado los dominios portugueses, continuaba su expansión en América, y contaba con el apoyo de los Habsburgo en Alemania, así como de los príncipes italianos, si bien no faltaban los enemigos como Francia o Inglaterra ni los quebraderos de cabeza en Flandes, donde se libraba la guerra de los Ochenta Años, conflicto en el que los ingleses se aliaron con las tropas neerlandesas en 1585 mediante el Tratado de Nonsuch.

Las hostilidades entre ambos países iban en aumento: en Portugal, Londres apoyaba al pretendiente al trono portugués, don Antonio, y las desavenencias en el ámbito religioso se recrudecieron con la excomunión de Isabel I y la adhesión de Felipe II al tratado de Joinville con la Santa Liga de París para combatir el protestantismo. Mientras, al otro del Atlántico, los océanos se llenaron de corsarios ingleses: John Hawkins, Francis Drake, Walter Raleigh, Thomas Cavendish, Henry Morgan, Jack Rackham

En este contexto, tuvo lugar la guerra anglo-española (1585-1604). El conflicto se inició con victorias inglesas (Cádiz en 1587 y la pérdida de la Armada Invencible en 1588), aunque luego cambiaría el curso de la contienda con la Contraarmada y que desembocaron en la firma de un tratado de paz favorable a España en Londres, en 1604.

EL WESTERN DESIGN

Oliver Cromwell fue un parlamentario británico que llegó a Lord protector en los conflictos internos de la guerra civil inglesa. Fue el principal implicado en la decapitación pública de Carlos I de Inglaterra, a lo que siguió un periodo republicano donde el poder se concentraba en el Parlamento y en el propio Cromwell, cargo que, tras su muerte, heredó su hijo Richard.

En él se pretendía arrebata a España las Indias Occidentales, pretensión que desencadenaría un nuevo enfrentamiento militar (1655-1660).

[…] Pensamos, y de esto se habla mucho entre nosotros, en luchar contra los españoles por el dominio de esos mares y por tanto desearíamos de corazón que la isla Providencia estuviera otra vez en nuestras manos pensando que, gracias a su ventajosa situación respecto a Tierra Firme y especialmente para obstaculizar el comercio de Perú y Cartagena usted no sólo tendría la ventaja de saber de él y sorprenderlo, sino aún de bloquearlo. (carta de Cromwell al mayor general Fontescue del 30 de mayo de 1655)

CRONOLOGÍA DE UNA GUERRA

El 26 de octubre de 1655 Cromwell publicó un manifiesto en el que justificaba los motivos para hacer la guerra contra España.

El español no es, sin más, nuestro enemigo por mera casualidad, sino de forma providencial; así lo ha dispuesto Dios en su sabiduría

*ASEDIO DE LA ESPAÑOLA (1655)

El asedio de la capital, Santo Domingo, tuvo lugar entre el 23 y el 30 de abril de 1655. Una fuerza de 400-600 soldados españoles encabezados por el gobernador Bernardino de Meneses y Bracamonte resistió con éxito a una fuerza de 4000 soldados y 34 buques dirigidos por el almirante Sir William Penn. El ataque fracasó y la armada inglesa tuvo que replegarse para reorganizarse.

*LA TOMA DE JAMAICA

La isla de Jamaica, mucho menos custodiada, fue un objetivo fácil para los ingleses. España reconoció la soberanía británica sobre la isla en el Tratado de Madrid de 1670, convirtiéndose en un paraíso pirata.

*BLOQUEO DE CÁDIZ

En junio de 1655 el almirante Robert Blake recibió órdenes de Cromwell para capturar la flota de Indias que por esas fechas debería llegar a Cádiz. Durante todo el verano Blake, al mando de una armada de 28 navíos, se mantuvo bloqueando la entrada al estrecho de Gibraltar. Advertida de la amenaza inglesa, la flota española invernó en el Caribe.

*ALIANZAS

El 2 de abril de 1656 España firmó en Bruselas un tratado por el que se comprometía a proveer un ejército con el que invadir Inglaterra tan pronto como las tropas realistas leales a Carlos II pudieran habilitar un puerto para el desembarco, un plan que no se llevaría a efecto en la práctica. Por su parte, en mayo de 1657 Cromwell alcanzó una alianza con Francia en los Países Bajos: la flota inglesa bloqueó los puertos flamencos mientras la infantería inglesa bajo el mando de John Reynolds se unió a las tropas francesas de Turenne en la frontera de Francia con los Países Bajos.

En 1658 el ejército anglo-francés puso asedio a la plaza de Dunkerque, en cuyo socorro acudieron las fuerzas españolas. Ambos bandos se enfrentaron en la batalla de las Dunas en junio, en la que el ejército español fue derrotado.

RICHARD CROMWELL

Tras la muerte de Oliver Cromwell, ocurrida en septiembre de 1658, su hijo Richard le sucedió como Lord Protector. Sus enfrentamientos con la cúpula militar, unidos a la precaria situación económica en que se encontraba Inglaterra, llevaron al país a un período de inestabilidad. En mayo de 1659 Cromwell presentó su dimisión.

La suspensión de armas decretada en 1660 por el nuevo rey se oficializó con la firma del Tratado de Madrid de 1667. Tres años más tarde ambos países firmaron un nuevo acuerdo de paz, en el que España reconocía oficialmente la soberanía de Inglaterra sobre todas las tierras, provincias, islas, colonias y dominios situados en la India Occidental, o en cualquier parte de la América, que el dicho rey de la Gran Bretaña y sus súbditos tienen y poseen al presente.

La declaración de paz, recogida en los tratados de 1667 y 1670, mantendría las relaciones entre ambos países estables en Europa si bien durante este periodo las hostilidades continuarían en las Indias: las autoridades inglesas, cuya postura oficial era de buenas relaciones con España, se mostraron indulgentes (y a veces cómplices) ante los actos de pillaje cometidos contra las plazas y navíos españoles por bucaneros ingleses.

Esta tensa paz duró hasta comienzos del siglo XVII, cuando se produjo la guerra de sucesión española,

Tras la guerra de sucesión llegó el Tratado de Utrecht (1713-1714). Los vientos soplaban a favor de Inglaterra, ya como Gran Bretaña, con la posesión de Gibraltar y Menorca, el denominado «asiento de negros» (licencia de vender esclavos negros en Hispanoamérica) durante treinta años y la concesión del «navío de permiso» (que permitía el comercio directo de Gran Bretaña con la América española por el volumen de mercancías que pudiese transportar un barco de quinientas toneladas de capacidad), rompiendo así el monopolio para el comercio con la América española.

El comercio directo de Gran Bretaña con la América española sería una fuente constante de roces entre ambas monarquías: problemas fronterizos en América del Norte entre Florida (española) y Georgia (británica), quejas españolas por el establecimiento ilegal de cortadores de palo de tinte en las costas de la península de Yucatán, reclamación constante de retrocesión de Gibraltar y Menorca por parte de España, el deseo británico de dominar los mares…Muchos eran los conflictos que alimentaban una rivalidad histórica.

*Primer ataque a La Guaira (22 de octubre de 1739)

Edward Vernon arribó a la isla de Antigua a principios de octubre de 1739, enviando tres navíos bajo mando del capitán Thomas Waterhouse a interceptar las naves mercantes españolas que hacían la ruta entre La Guaira y Portobelo. El gobernador de la provincia de Venezuela, el brigadier Gabriel José de Zuloaga había preparado las defensas del puerto de La Guaira. Tras tres horas de intenso cañoneo, Waterhouse ordenó la retirada de sus maltrechos barcos, que hubieron de recalar en Jamaica para acometer reparaciones de urgencia.

*Primer ataque a Portobelo (20-21 de noviembre de 1739)

Al mando de seis naves, Vernon capturó Puerto Bello (actual Portobelo, en Panamá), un centro de exportación de plata en el Virreinato de Nueva Granada en noviembre de 1739.

*Primer ataque a Cartagena de Indias (13-20 de marzo de 1740)

Durante tres días trescientas cincuenta bombas dañaron la catedral, el colegio de los jesuitas y varios edificios civiles, si bien Vernon no logró avanzar y ordenó la retirada.

*Destrucción de la fortaleza de San Lorenzo el Real del Chagres (22-24 de marzo de 1740)

Vernon atacó la fortaleza de San Lorenzo el Real del Chagres, situada a orillas del río Chagres y en las proximidades de Portobelo. Esta fortaleza era base de barcos guardacostas españoles y estaba defendida por tan solo once cañones y una treintena de soldados al mando del capitán de infantería don Juan Carlos Gutiérrez Cevallos.

*Segundo ataque a Cartagena de Indias (3 de mayo de 1740)

Vernon atacó la plaza con trece buques de guerra y una bombarda. Blas de Lezo decidió desplegar sus seis navíos de línea, atrapando a la flota británica entre un campo de tiros cortos y tiros largos.

*Tercer ataque a Cartagena de Indias (13 de marzo-20 de mayo de 1741)

Se iniciaba el ataque definitivo a una de las plazas más importantes que poseía España en el continente americano. Tal era su importancia estratégica y económica que Inglaterra vio en su ocupación un objetivo primordial para el cumplimiento del Western Design

Entrando por Cartagena, los atacantes avanzarían hacia el sudoeste para cortar diagonalmente los territorios americanos de España y salir al Pacífico y después la zona tropical de América sería ocupada.

El almirante Edward Vernon, al frente de una fuerza naval de 180 barcos, se presentó delante de la costa de Cartagena de Indias, defendida por Blas de Lezo y el virrey Juan Sebastián de Eslava. En un primer asalto, los ingleses lanzaron su ataque sobre los fuertes situados en la isla de Tierra Bomba, pero las tropas dirigidas por el coronel Desnaux ofrecieron una fiera resistencia en el Castillo de San Luis. Tras ser repelidos, los británicos desembarcaron un elevado número de infantes que, apoyados por un intenso cañoneo, obligó a una retirada española. El panorama era muy favorable para Inglaterra, tanto que Vernon se dejó llevar por la soberbia y mandó un paquebote a Inglaterra anunciando su victoria sin pensar que el enemigo estaba liderado por un hombre extraordinario: Blas de Lezo.

Como respuesta, De Lezo ordenó al coronel ingeniero Desnaux, el diseño de una trinchera larga y sinuosa en la ladera del castillo que comunicaba con el foso.

La defensa fue un éxito. Los ingleses no pudieron utilizar las escalas, quedando expuestos a campo abierto, y los soldados españoles hicieron una salida del castillo con bayoneta calada, haciendo huir desordenadamente a los ingleses y causando numerosas bajas.

Vernon estaba contra las cuerdas. A la tenaz defensa de los españoles Vernon se le sumaron las enfermedades tropicales. Entre el día 1 y 20 de mayo la armada inglesa fue retirándose paulatinamente de Cartagena de Indias

CONSECUENCIAS

El fracaso de la escuadra inglesa dirigida por el Almirante Vernon supuso el fracaso definitivo del Western Design, ya que los británicos comprendieron que por la fuerza de las armas no era posible arrebatar los territorios españoles en América. Por otra parte, la victoria española ayudó a que España mantuviera unas décadas más sus posesiones en América y contribuyera de forma decisiva en la Independencia de las Trece Colonias con la batalla de Pensacola en 1781.

Ricardo Aller Hernández

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1 thought on “WESTERN DESIGN, HISTORIA DE UN FRACASO”

  1. «El primer brexit de la historia» , muy elocuente.
    Inglaterra siempre tuvo envidia de España hasta el extremo de utilizar piratas para atacar la flota española.
    Como tantas otras veces el autor nos narra hechos desconocidos de nuestra historia

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