Nació en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife , el 2 de abril de 1773 y falleció en San Fernando (Cádiz), el 15 de septiembre de 1832. Capitán general de Venezuela.
Siendo en 1793 alférez de fragata, luchó en la defensa de Tolón en la guerra contra la Convención francesa. Bajo el mando de Gravina, y como comandante de una bombardera, participó en la defensa de Rosas, y posteriormente en el combate del Cabo San Vicente de 14 de febrero de 1797. En 1800 se distinguió en Ferrol contra los ingleses, contra quienes volvió a enfrentarse el 5 de octubre de 1805 en la batalla de Trafalgar, donde fue apresado.
En 1808 peleó en Cádiz contra armada francesa, y acto seguido actuó en tierra al frente de un batallón del Regimiento de Marina. Tras la batalla de Talavera fue condecorado y ascendido a capitán de fragata.
Y a partir de 1810 desarrollaría las acciones más significativas de su vida cuando su actuación destacó con luz propia en América, que tomaría cuerpo a partir de Julio de 1811 cuando fue proclamada la independencia de Venezuela.
La acción del ejército nacional era débil, siendo que, a pesar de la debilidad manifiesta del movimiento separatista, se produjo una situación de equilibrio y estancamiento que se prolongó hasta febrero de 1812, cuando, al tiempo que llegaba algún contingente a México, Monteverde llevaba a Coro una compañía de infantería de marina con 130 hombres. Tan exigua dotación, comandada por quien demostró ser un gran estratega, pondría fin al experimento de la primera república venezolana.
Un solo destacamento y cinco meses de lucha de un ejército que fue creciendo a medida que iba ocupando los caseríos, forzó la capitulación de la república, firmada por Miranda el 26 de Julio de 1812, e Inglaterra no podía hacer nada al respecto ya que estaba comprometida en la España peninsular. Como consecuencia, Francisco de Miranda capitularía ante Monteverde y, tras ello, Bolívar, en un manifiesto acto de traición, lo capturaría y lo entregaría a los realistas, que lo remitieron a Cádiz. Miranda firmó la capitulación el 24 de julio de 1812, ante Monteverde, teniendo previsto embarcar en el buque inglés Shapphire al día 30 siguiente.
La traición de Bolívar hacia Miranda significaría que el embarque que tenía previsto sufriese una ligera variante; en vez de en un buque inglés partiría en un buque español, y su destino también variaría: en vez de ir a Inglaterra iría preso a la península.
Esa traición comportó que Bolívar pudiese huir libremente, y con un salvoconducto firmado por el propio Monteverde, como pago al servicio prestado.
Pero la debilidad del gobierno se alargaba a todos los ámbitos de la nación, por lo que América en su conjunto se vio abandonada de la atención desde la España peninsular, lo que ocasionó anarquía y desconcierto en la sociedad… y en el ejército, donde se mostraba manifiesta y se encontraba agudizada por las disensiones existentes entre los distintos jefes, que evidenciaron la falta de autoridad y de servicio. Así, Monteverde se manifestó independiente en su actuación, mostrando clara insumisión ante sus superiores, en concreto ante su jefe, el Capitán General Miyares, que no llegó a imponer su autoridad por temor a una guerra civil dentro del bando patriota. Se estaba produciendo exactamente la misma situación que venía aconteciendo en la península.
En esa vorágine, y ante los hechos consumados, Monteverde sería nombrado Capitán General de Venezuela y Presidente de la Real Audiencia de Caracas.
Se consolidaba un período convulso, vacío de poder, que fue llenado por caudillos regionales que convirtieron sus respectivos territorios en auténticos feudos; los militares realistas se enfrentaron entre sí; el general Miyares fue echado por Monteverde, que los sustituiría en el cargo, para ser depuesto y deportado dieciocho meses después, siendo destituido por el general Cagigal, que no fue reconocido por Boves… Y así continuó la situación.
La inestabilidad se iba generalizando y los sectores separatistas iban tomando cuerpo; Bolívar había vuelto y había sido nombrado brigadier en 1813, tras la batalla de Cúcuta, y entró en Caracas el 6 de agosto de 1813, donde sería nombrado capitán general y libertador. Por su parte, los separatistas controlaban la zona costera de Maracaibo y de Coro, donde infligió una feroz represión.
En 1813 se enfrentó a Manuel Piar, que había tomado la plaza de Maturín, con resultado contrario, enfrentándose posteriormente a Bolívar.
El 30 de agosto Bolívar atacó Puerto Cabello, siendo rechazado por Monteverde, aunque finalmente resultó gravemente herido, con pérdida de una mandíbula, tras lo cual marchó a Puerto Rico en diciembre de 1813, donde fue nombrado capitán general, puesto al que renunció por motivos de salud.
Tres años había empleado Monteverde en América; dos de ellos en Cuba y en Puerto Rico, pero fue su estancia en Venezuela la que sin lugar a duda tuvo mayor significado.
Cesáreo Jarabo
Felicitaciones Cesareo!!..
Es la primera vez en mi vida que leo de un autor (español peninsular, hispanoamericano o cualquier otro) esta verdad: “que lo sucedido en la America Española no era otra cosa que seguir a pies juntilla lo que sucedia en la Península” y que “las autoridades peninsulares se desinteresaron por completo de lo que sucedia en Hispanoamerica”…
Sin este contexto es imposible comprender aquella realidad