Era Fray Tomás miembro de una influyente familia de judíos conversos radicada en Torquemada, cuyo miembro más destacado era su tío, Juan de Torquemada, cardenal y prior de los dominicos de Valladolid, donde profesaría Tomás, llegando a ser prior del convento de Santa Cruz de Segovia.
Estudió Teología en el convento dominicano de San Pablo de Valladolid, del que acabó siendo prior hasta octubre de 1474, cuando fue nombrado confesor de los Reyes Católicos, después de haber sido confesor de varias personas influyentes de la corte, que lo introdujeron en la misma.
Se cuenta que era muy estricto al juzgar a los demás, pero también que pasaba por condescendiente si se comparaba esa exigencia con la que se aplicaba a sí mismo, que le llevaba a prescindir de la carne en su alimentación y a dormir, desnudo, sobre una tabla. Todo, muestra de su despego a toda lisonja, a toda corrupción, por menor que pudiera parecer; circunstancias que, siendo conocidas por la Reina Isabel, propiciaron que ésta lo nombrase su confesor para posteriormente auparlo a Inquisidor.
Ese desapego por lo material le llevó a renunciar a los Arzobispados de Sevilla y Toledo, que le fueron ofrecidos por los Reyes Católicos, prefiriendo en su lugar el Real Convento de Santo Tomás de Ávila, donde moriría el 16 de septiembre de 1498.
Su manifiesta adustez no le impedía la sensibilidad, que la mostraba en el recogimiento conventual y en la promoción de manifestaciones artísticas, que combinaba con el ejercicio de las graves funciones públicas que le eran encomendadas, y para las que buscaba una función superior. Así, el convento de Santa Cruz sería instrumento de ese fin, al que dotó de una iconografía en la que es representado él mismo como defensor de la fe, junto al yugo y las flechas, símbolo de los Reyes Católicos.
Aparte lo señalado sobre la personalidad de Fray Tomás, poco dejó para ser recordado, salvo su actuación como Inquisidor General, siendo de destacar que su padre fue asesinado por marranos.
En 1480, tras dilaciones, había sido instituido el primer tribunal de la Inquisición, en Sevilla. El nombramiento de Fray Tomás se produjo en 1483, como consecuencia de una bula papal del año anterior, estableciendo el Tribunal en el convento de Santo Tomás de Ávila. También sería nombrado inquisidor de Aragón ese mismo año. La Inquisición se convertía en el primer organismo con potestad unificada en todos los reinos hispánicos.
Su primera labor sería redactar las instrucciones del Santo Oficio, que finalmente, e inspiradas en la Practica inquisitionis de Bernardo Gui y en el Directorium inquisitorum de Nicolás Aymerich, ambas obras escritas en el siglo XIV, serían promulgadas en Sevilla el 29 de noviembre de 1484.
Y la labor llevada a cabo por la Inquisición es, a todas luces, ejemplar, siendo la principal responsable de que en España no se produjesen los ríos de sangre que anegaron Europa como consecuencia de la persecución de brujas o de las guerras de religión.
Pero la leyenda negra obvia todas esas circunstancias; obvia toda la verdad, e inventa un cuento tétrico en el que todo es distorsionado… Tanto que hasta la imagen más conocida de Fray Tomás es falsa.
Esa imagen que nos muestra un Torquemada brutal es una caricatura compuesta por los mismos que redactaron la conocida como “leyenda negra contra España”. La verdad es que las imágenes que nos han llegado del dominico no tienen mucho en común con el falso retrato que el romanticismo ha divulgado hasta el tedio.
Pero es que, para los enemigos de España no merece mejor trato quién fue escogido por Isabel para ser puntal del reino; alguien a quién los cronistas de la época lo señalan como “martillo de los herejes” y como ”luz de España”.
¿Y qué medidas son presentadas como muestra de la actuación de Torquemada?… Por ejemplo, la de señalar que los judíos residiesen en sus aljamas… Pero esa era una medida que los judíos llevaban practicando a lo largo de los siglos por propia voluntad, separándose voluntariamente del resto de la población… en España y fuera de España, dando la casualidad que en esos momentos los judíos habían sido expulsados de todos los reinos de Europa… excepto de España.
Sí instauró la Inquisición, y su objetivo no era otro que perseguir la herejía. No perseguía judíos y a los no convertidos se les permitía practicar su religión sin molestarles; persiguió herejes, si bien es cierto que en aquellos momentos el núcleo de los herejes estaba compuesto principalmente por judíos (ojo, de religión judaica). No era, así, una persecución racial, siendo muy significativo que los principales responsables de la Inquisición eran justamente cristianos de raza judía, alguno de los cuales, como el caso de Fray Tomás, había conocido represalias sangrientas por haber abandonado la fe mosaica.
Y los negrolegendarios se escandalizarán porque la Inquisición perseguía herejes… Pero es que todo el mundo perseguía herejes de uno u otro signo… Y hoy el sistema imperante persigue herejes aplicando castigos, que si son diferentes a los aplicados en aquellos momentos, en el mejor de los casos condenan al ostracismo a quienes nos manifestamos contrarios al sistema.
Y la comparación de los métodos aplicados por la Inquisición española con los métodos aplicados ya en Europa ya en el mundo árabe, deja a la Inquisición española en una posición que, se mire por donde se mire, resulta humillante para quienes tanta leyenda negra han propalado.
Y sí, Torquemada fue responsable directo de la expulsión de judíos. Pero su situación de poder no alteraba su humildad de espíritu, y en 1496 se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila, donde murió cinco años más tarde.
Su imagen fue, durante un tiempo, la de un verdadero hombre de Dios, incorruptible y austero. Sin embargo, la reputación del gran inquisidor comenzó a decaer durante el siglo XVIII. En Torquemada vino a converger toda la leyenda negra, lo que lo convirtió en un personaje odioso.
Y hoy reivindico el buen nombre de un hombre ejemplar, trabajador sin límite, obstinado, fiel, honesto, generoso, entregado, humilde… Tanto que mereció el honor de servir bajo las directrices de la santa Reina Isabel.
Fray Tomás de Torquemada falleció en Ávila el 16 de septiembre de 1498.
Honor y gloria a Fray Tomás de Torquemada.
Cesáreo Jarabo