Nació en Sanlúcar de Barrameda el 6 de enero de 1634 y falleció en Cádiz el 27 de febrero de 1705.
En este tiempo surgía en Europa una revolución científica sin precedentes, existiendo personajes como Blaise Pascal, René Descartes, Johannes Kepler, Gottfried Leibniz, Daniel Bernoulli, Isaac Newton o Galileo Galilei.
Frente a esta nómina de científicos, España presentaba un tímido progreso científico en ciudades como Valencia, Sevilla o Cádiz, siendo en ésta última donde la Compañía de Jesús mantuvo el espíritu científico. Y a su amparo se educó Hugo de Omerique, que sería Contador de cuentas y particiones de la Real Hacienda.
La formación obtenida por Omerique le permitió introducirse en el conocimiento de la investigación a través del estudio de los matemáticos de más prestigio del momento, siendo que en su obra cita profusamente a científicos como Peletario (1517-1582), Christoph Clavius (1538-1612), François Viète (1540-1603), Marin Getaldum (1568-1626), Gregorius Saint-Vincent (SJ) (1584-1667), Descartes (1596-1650), Andrea Tacquet (SJ) (1612-1660), Franciscus van Schooten (1615-1660), Erasmus Bartholin (1625-1698), Carolum Renaldinum o José Zaragoza (SJ) (1627-1679), sin olvidar la obra fundamental de los clásicos como Apolonio de Pérgamo (262 a. C.-180 a. C.), Pappus de Alejandría (c. 290-c. 350) y, sobre todo, con los Elementos de Euclides (330 a. C.-275 a. C.).
En 1689, el científico austriaco Jacobo Kresa publicaba una traducción de los “Elementos” de Euclides, y en la misma incluía dos problemas propuestos y resueltos por Omerique sobre rectas y cuadrados recíprocos.
Su primera obra, “Comercio de las barras de plata. Tablas artificiales para ajustar breve, fácil, y puntualmente el valor de una barra conforme al estilo de España y las Indias.” , publicada en 1691, trataba sobre el conocimiento de los logaritmos aplicados para simplificar las operaciones comerciales.
En 1698 publicó un tratado de análisis geométrico,” Analysis geometrica, sive nova et vera methodus resolvendi tam problemanda geometrica quam arithmeticas quaestiones”, donde exponía un nuevo método para la resolución de problemas geométricos, usando y desarrollando las proporcionales, algo revolucionario para la época.
Esta obra tuvo una gran difusión en el mundo científico europeo y mereció el elogio de Isaac Newton, que dijo:
He estudiado al Analysis Geometrica de De Omerique y lo encuentro una obra juiciosa y de valor que responde a su título, porque expone el método de restaurar el análisis de los antiguos, que es más sencillo y más a propósito para un geómetra que el álgebra de los modernos. Así, su método le conduce más fácil y directamente a la resolución de problemas. Generalmente llega a resoluciones más sencillas y elegantes que las obtenidas con el álgebra.
En esta obra, que fue impresa en Cádiz el año 1798, Omerique describe y aplica un método general que combina el análisis algebraico y el geométrico.
En una segunda parte que se ha perdido, parece haber aplicado las coordenadas tridimensionales a la descripción de superficies curvas, anticipándose así unos 30 años a la obra de Clairaut de 1731.
Cesáreo Jarabo