El Libro del Consulat de Mar

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Cuando nos referimos al Llibre del Consulat de Mar estamos aludiendo a la primera obra que recopiló las leyes y costumbres marítimas que, en 1283, se hallaban dispersas en los distintos derechos imperantes en ese tiempo; es decir, romano, griego, bizantino, italiano… Fue el rey Pedro III, el Grande, quien, en tal año, creó el primer Consulado del Mar en Valencia, bajo el mandato de que se rigiesen por las normas conocidas como Ordinaciones de Ribera.

El Libro del Consulado fue escrito originalmente en valenciano para, posteriormente, ser traducido al italiano, francés, castellano y otras lenguas. Nos hallamos, pues, ante un código de derecho marítimo que regulaba el comercio y que perduró hasta la promulgación del Código de Comercio de 1892. Acompañando al texto y como anexo se incluían seguros marítimos, siguiendo las Ordenanzas de Barcelona.
Existen discrepancias acerca del contenido de tales Ordenanzas de Ribera de 1258, estableciéndose que la primera referencia a los “cónsules de mar” surge en Barcelona en 1282, es decir, un año antes de la creación del Consulado del mar de Valencia. Es el historiador Arcadi García quien señala que la diferencia entre el consulado barcelonés y el valenciano la hallamos en que éste tenía jurisdicción real influyendo, por tal motivo, en los demás consulados creados durante el siglo XV.

Las costumbres del Consulat estaban basadas explícitamente en el Usus et Consuetudo maris, según el privilegio de fundación del 1 de diciembre de 1283, que era «un conjunto de prácticas jurídico-marítimas (Usus maris) basadas en un texto jurídico escrito (Consuetudo maris)», conformando ambos textos la tradición jurídico-marítima del Mediterráneo occidental. Está documentado que el texto ya estaba en tierras catalanas, pues lo hallamos en Vic en 1231, y fue incorporado en catalán a la Costum de Tortosa en 1272.

Fue en 1320-1330 cuando se editó la primera compilación en valenciano de las costumbres y usos del mar. Una de las más bellas ediciones, artísticamente adornadas, es el Consulat de mar, con miniaturas de Domingo Crespi, fechada en 1407, hoy en el Archivo Histórico municipal de Valencia.

Fueron los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, los que suprimieron los Consulados de Mar de todo el Mediterráneo, excepto el de Mallorca y de Barcelona, si bien este último no llegó a funcionar normalmente debido al citado decreto.

La ciudad de Mallorca vio concedida por Pedro IV, el Ceremonioso, en 1343, el Consulat de Mar de la isla. Estableció el susodicho monarca que se regiría  por las costumbres de Valencia «per modum el formam in civitate Valencia usitatos». Huguet Borràs redactó el Ordre judiciari de la Cort del cònsols del mar de la ciutat de València y reescribió las costumbres valencianas, creando al juntarlos la compilación llamada Capítols del Consolat de mar de Mallorques, documentada por primera vez en 14 de febrero de 1345.

El susodicho Pedro IV de Aragón estableció que el Consulado de Barcelona estuviese bajo la misma forma que el de Mallorca,»sub ea scilicet forma qua concessum est civitati Maioricarum». Es decir, que de Valencia se adaptaron a Mallorca y de ésta a Barcelona.

Las dudas surgen cuando nos referimos a las opiniones que defienden que las ordenaciones conocidas como consulat de mar, no fueron copiadas de Mallorca ni de Valencia, sino que correspondían a las propias costumbres barcelonesas, si bien, compiladas con las ordenaciones valencianas en imprentas barcelonesas, se habría causado una confusión, atribuyendo su origen como valenciano, cuando realmente habría sido barcelonés.

La primera edición del libro del Consulat de mar es de 14 agosto de 1502. En su primera parte, 43 capítulos, regula el nombramiento de Cónsules de mar y Jueces de Apelación, sus competencias y los procedimientos. La segunda parte, del artículo 43 al 334, recoge las leyes del año 1343. Así, trata de las costumbre del comercio marítimo, de los corsarios, pirateo, fuerzas navales armadas y otras materias.

El Artículo 43 prescribe el juramento de oficio para los abogados de Mallorca, decretado por Jaime I de Aragón, y promulgado antes del año 1275. Se desconoce la imposición de tal juramento a los restantes abogados de otras ciudades.

El manuscrito original se halla en la Bibliotheque Nationale en París, con una inscripción final en el artículo 217; “El llibre acaba aquí. Gloria a Jesus Cristo. Amen”.

En conclusión;

El Llibre del Consulat de Valencia tuvo su primera compilación en 1320-1330 y su inicial edición en 1407.

          La edición mallorquina es de 1345, mientras que la barcelonesa es de 1502.

          Para finalizar, y sin desear entrar en debate, lo cierto es que la Enciclopedia General del Mar dice que el origen del libro es un tema controvertido, en el que tres países se disputaron la gloria de ser los primeros en redactarlo: Francia (Marsella), España (Valencia, Barcelona, Tortosa) e Italia (Pisa).

Francisco Gilet

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