Si recordamos el final de la anterior entrega, nos habíamos quedado con la elección por votación como jefe al mano de la expedición de Hernando de la Torre, bajo cuyo mando a comienzos de 1528 lograron finalizar la construcción de una fusta (embarcación estrecha, ligera y rápida, de poco calado, impulsada por remos y vela, en esencia, una pequeña galera) por parte de los castellanos.
“Concluyeron los castellanos la fusta que hacían en Gilolo, y la llevaron á Tidori el 18 de Enero de 1528, era de 17 bancos ; hicieron capitán de ella á Alonso de los Ríos , y á Andrés de Urdaneta lo nombraron tesorero de la mar «.
[FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, p. 88]
Con la construcción de esta nave ahora los castellanos ya disponían de los elementos necesarios para poder mantener un enfrentamiento ‘algo más equilibrado’ con la poderosa flota portuguesa.
“Hernando de la Torre mandó armar la fusta, que con su capitán Alonso de los Ríos y treinta y cinco hombres se colocó entre Mare y Tidori. Los castellanos armados y con buen ánimo, y los portugueses en una galera, empezaron á jugar la artillería: los primeros abordaron tres veces á los portugueses sin poderles entrar, hasta que al fin lo consiguieron, sin embargo de que los portugueses tenían muchos y bien armados escopeteros, y peleaban reciamente; pero á la hora se rindieron.
La fusta de los castellanos llevaba por la proa un pedrero de bronce muy bueno, dos sacres de bronce, dos falconetes de fierro, un verso de bronce que antes habían tomado á los portugueses, y dos arcabuces por la popa; y la galera de los portugueses tenia por la proa un cañón pedrero, una media culebrina y un sabage grande, que todos eran tiros gruesos, y además tres falcones grandes y catorce versos, que suman veinte tiros, cuya artillería era de bronce, á excepción de dos tiros gruesos de fierro. Se tomó también en dicha galera alguna pólvora, pelotas, escopetas y armaduras para el cuerpo.
De las castellanos hubo cuatro muertos y ocho heridos: de los portugueses ocho muertos, entre ellos el capitán de la galera Hernando de Baldaya; cinco se echaron al mar, que uno era el piloto; diez salieron muy mal heridos; fuerón prisioneros diez sanos, y ocho esclavos que bogaban.
Cuando entraron los castellanos en la galera portuguesa, el marinero Juan Grego de la castellana, se fue á popa, donde halló un cofre que hizo pedazos, encontró en él una taza y tres cucharas de plata, ciertos paños de rescates, con otras cosas, y entre ellas un papel que lo tomó en la mano Diego de Ayala, y contenía las palabras siguientes:
“Fernando de Baldayan, si tomardes los castellanos y la galera, no dejéis ninguno de ellos vivo, porque vienen á tomar y levantar las tierras del Rey nuestro Señor de Portugal, y envolvedlos en una vela de la galera, y echadlos en medio de la canal de la mar, porque no quede ninguno de ellos vivo, ni haya quien vaya á decir á Castilla lo que pasa en esta tierra. Lo cual haced so pena de muerte y perdimiento de vuestros bienes.” Cuyo papel estaba firmado de D. Jorge de Meneses, y lo tomó el capitán Hernando de la Torre para guardarlo».
[FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, pp 115-116]
En contra de lo que se pudiera pensar, el resultado del enfrentamiento no generó una situación estable ni mucho menos definitiva; el combate fue solo un punto y seguido en el conflicto, que no se detuvo sino que muy al contrario después de esta victoria la guerra entre los reinos en lugar de decrecer se extendió a otras islas cercanas.
Pero la situación de unas y otras fuerzas eran radicalmente diferentes, frente a la imposibilidad de cubrir los medios y hombres perdidos por parte de los castellanos el abastecimiento de equipos y hombres era creciente hacia los portugueses.
A pesar de las victorias, el desgaste y la imposibilidad de reponer las bajas que se sufrían convertían cada vez en más insostenible la posición castellana.
¡El desenlace en 7 días!
Vicente Medina
BIBLIOGRAFÍA
PARES, Portal de Archivos Españoles:
FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín,
“Colección de los Viajes y Descubrimientos que hicieron por Mar los Españoles: Segundo Viaje al Maluco, El del Comendador Fr. García de Loaisa”