En 1813, cinco años después del levantamiento popular del 2 de mayo de 1808, Napoleón Bonaparte veía como su sueño imperial se derrumbaba y una de las causas era el error de cálculo al invadir España y lo que desencadenó su decisión fue la fatídica campaña de Rusia en 1812 y la formacion de la Sexta Coalición en el mismo año.
Por el tratado de Fontainebleau de 1807, Napoleón consiguió permiso para que las tropas imperiales pasaran por España para atacar a Portugal, pero la realidad es que finalmente fue una ocupación en toda regla, con la abdicación de Carlos IV y de su hijo Fernando VII, colocando en el trono español a su hermano Jose Bonaparte. El resultado fue una guerra de desgaste que bloqueó ingentes recursos materiales.
Al encontrarse bloqueado con dos frentes que amenazaban la integridad del territorio principal, Francia; Napoleón decidió poner paz en el Sur y nombró negociador plenipotenciario a Antoine René Mathurin, quien fue enviado a Valencay con una carta personal de Napoleón dirigida a Fernando VII.
La carta pretendía formalizar una paz, echándoles la culpa de todo lo sucedido a los británicos y anunciando que Fernando VII podía volver a España y recuperar su trono. En principio Fernando VII se negó a negociar, aduciendo que ya existía en España un gobierno formado por una Regencia, que era la que tenía la capacidad real de decisión.
Sin embargo. Fernando VII estaba realmente interesado en recuperar el trono e inició negociaciones, que culminaron con la firma del tratado el 11 de diciembre de 1813. El documento fue ratificado un mes más tarde en Paris. No sirvió de nada. Cuando el encargado del proceso, Duque de San Carlos, viajó a Madrid con la intención de que la Regencia también ratificara el tratado, esta se negó simplemente a recibirlo. La guerra en España, para Napoleón, estaba perdida.
El emperador, en un último intento de crear confusión, liberó a Fernando VII, para provocar un conflicto entre liberales y partidarios del viejo régimen, pero sin resultado. El gobierno liberal, no se opuso a la vuelta del nefasto Fernando VII este entró en España por el enclave de Pontós en Gerona. Fue recibido por el general Francisco Copons y Navia.
Napoleón se encontraba en una situación que evidentemente nunca había previsto. Según sus cálculos, una nación quedaba en sus manos si conseguía descabezar al gobierno. Fuera este una republica o un rey. Esto había sucedido así en todos los países ocupados y si había habido alguna revuelta popular, esta había sido aplastada con gran facilidad, con grandes pérdidas entre la población civil y diminutas entre las fuerzas ocupantes. Pero este no fue el caso de España ni de Rusia.
En Rusia una política centralizada de tierra quemada, seguida fielmente por la población, dejó a los ejércitos imperiales, sin recursos durante el frio invierno continental.
En España la historia fue distinta. Prácticamente no hubieron consignas oficiales centralizadas, ya que la propia Junta, que hacía de gobierno central, no tenía un criterio claro de que es lo que debía hacerse. Había una pugna entre liberales y conservadores. Pero el pueblo llano tenía un objetivo claro y único. Deseaba sacarse de encima el gobierno francés.
Y así fue como Napoleón perdió la guerra en España y su imperio en Europa. Porque no supo aquilatar los deseos de una población que simplemente deseaba seguir siendo española y que actuó de forma solidaria y única.
Manuel de Francisco Fabre
https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Valen%C3%A7ay
Tratado de Valençay: qué fue, antecedentes, firma, causas, consecuencias (lifeder.com)