El Adelantado, conquistador, fundador de ciudades, explorador de la costa y del interior de la actual Colombia hasta Antioquia y norte de Tolima, Pedro de Heredia, nació en Madrid en 1484, siendo sus padres Pedro de Heredia e Inés Fernandez. Se trata de un auténtico aventurero, surgido de familia noble que emprendió la aventura de América, se lee, huyendo de la justicia española, cuando su juventud. Llegado a las Indias, en concreto a Santo Domingo, se dedicó a las tareas agrícolas, para posteriormente pasar a Tierra Firme, como teniente del gobernador Pedro Badillo.
El 5 de agosto de 1532, es la fecha clave en la vida de Pedro de Heredia, en la cual la emperatriz Isabel, en ausencia de su marido, Carlos I, firma el llamado Concordato, en el cual leemos:
«La Reina: En cuánto a Vos, Don Pedro de Heredia, que habéis manifestado el deseo de servir a la Fe y a la Corona, de habitar y conquistar la Tierra Firme, desde el Río Grande de Magdalena hasta el Río Grande de Urabá y de someter a nuestro servicio y a la Corona Real los indígenas que allí viven e iluminarlos con las cosas de nuestra Fe Católica, os nombro Gobernador y Alguacil Mayor de dicho territorio, os doy licencia para construir una fortaleza en dicho territorio, os concedo doscientos ducados de salario anual, os concedo cuatro quintos del oro que hallareis en dicho territorio. Además, respecto a lo que me suplicasteis de poder declarar la guerra y vender como esclavos a los indígenas que no acepten la Fe Católica y no obedezcan lo que se debe, os ordeno actuar primeramente en las diligencias que sean necesarias y luego comunicar a la Patria, al Concejo de las Indias, las eventuales controversias. Por lo tanto, no podréis tomar ningún indígena como esclavo en dicho territorio. Este Concordato es válido durante veinte años y si vos morís primero, pasará a vuestros herederos».
En síntesis, este documento lo constituía como gobernador de un territorio que se extendía “desde el Río Grande que está entre la provincia de Santa Marta y Cartagena hasta el río Grande que está en Urabá, que serán setenta leguas de costa con las isletas que confinan con la dicha tierra», según ratifica el Archivo General de Indias.
El 31 de julio de 1540 se firma la segunda Capitulación, que demuestra la regulación jurídica de la conquista. A sus nombramientos y facultades se le añade el que Pedro de Heredia sería el único gestor de la empresa, el responsable, en suma, de la organización, reclutamiento de sus integrantes y de la financiación de todo el proceso. Un ejemplo más del sistema privado de conquista establecido desde 1498 y puesto en marcha por vez primera en los llamados viajes de Descubrimiento y Rescate, es decir, Viajes Andaluces y Viajes Menores.
Llegado Heredia y sus hombres a la costa colombiana, ante la aridez y falta de agua del lugar, mal aconsejado por el indio Corinche, marcha hacia Yurbaco, en donde, después de haber atravesado toda suerte de malezas, entabla batalla con los indios. Regresado a Calamari, el 14 de enero de 1533, demolida la choza del jefe, clavó una estaca con un letrero en donde se leía «San Sebastián de Calamar», por los indios calamaries que la habitaban. Nos hallamos a un paso de dar por fundada Cartagena de Indias. Las fuentes o no existen o son contradictorias. Aunque, si tomamos como base los escritos de Gonzalo Fernandez de Oviedo y la correspondencia del propia Heredia, Cartagena de Indias fue fundada el 1 de junio de 1533, siendo a finales de dicho año cuando, según Juan de la Cosa, aquella población calamari fue rebautizada con su actual nombre, Cartagena de Indias.
Heredia levantó las primeras edificaciones, enviando con el capellán que iba en su flota una petición a la Casa de Contratación para que destinarán monjes, albañiles, amen de otras provisiones para levantar la ciudad. El poblado que Heredia desarrolló al principio era de madera, y siempre corrió riesgo de incendio, uno de los cuales en 1535 casi acaba con la mitad de la ciudad. Fue a mediados de ese año cuando comenzaron a llegar las primeras provisiones de España, lo que le permitió a Pedro de Heredia adentrarse en los pantanales de Manga, Bocagrande, Manzanillo y la zona de Crespo, hasta descubrir la Ciénaga de Tesca. Habiendo hecho un camino por el pantano de Bocagrande, los primeros pobladores tuvieron acceso a la piedra de Tierrabomba, bastante liviana pero sólida para las construcciones.
Con Cartagena de Indias en expansión, Heredia, teniendo confirmada y segura la cantera en la isla Tierrabomba, inició sus andaduras llegando a acuerdos con los indígenas Carex. Luego, dirigiéndose a la costa oriental de la Bahía Exterior, también llegó a convenios con la tribu Cospique y finalmente se adentró en la Península de Barú en donde pudo evitar enfrentamientos con los bahaire.
Con el consejo de su concubina la india Catalina, que le acompañó desde su llegada en 1533 hasta 1536, cuando le acusó de robar el oro de la Corona, provocando en primer juicio de Residencia, Pedro de Heredia se dedicó a explotar por mar las zonas de Labarcé, Bahía de Cispatá, Golfo de Urabá, llegando a recorrer toda la costa del Caribe colombiano. Mientras su hermano, Alonso de Heredia hacia lo propio por el suroriente y sur de la nueva provincia de Cartagena. Aunque no hay datos de sus andanzas, parece ser que fundó Santa Cruz de Mompos y Santiago de Tolú en 1535, para regresar a Cartagena de Indias gravemente enfermo.
La fama de Pedro de Heredia se extendió por toda España, dadas sus proezas de fundar una ciudad en medio de una bahía semi desértica, explorar las costas de Tierra Firme e incluso llegar a las costas de Urabá, de mal recuerdo parea Nicuesa y Ojeda. Sin dejar de lado la autorización de Carlos I para levantar en dicha ciudad el castillo de san Felipe de Barajas en 1536.
Sin embargo, no todo fueron honores ni plácemes para el conquistador. En 1536, su antiguo amigo el oídor Juan de Vadillo y su concubina Catalina; en 1544 el Licenciado Miguel Díaz de Armendáriz y, en tercer lugar, en 1554 el Licenciado Juan de Maldonado, le denunciaron acusándole de malversación de fondos, de tratamiento nefando contra los indios, violaciones, saqueos, robo del oro de la Corona, nepotismo a favor de amigos y familiares. Sin embargo, todo terminó favorablemente para el fundador de Cartagena. El Consejo en el primer juicio resolvió su inocencia y el retorno a su cargo de la ciudad. En el segundo, se le condenó al destierro de la gobernación de Cartagena por el periodo de un año, pudiendo volver a la ciudad con todos sus cargos.
A fines de 1554, en el tercer juicio de residencia, Juan de Maldonado en una sentencia definitiva le responsabilizaba de todos los cargo, si bien dejaba a la resolución del Consejo la sentencia definitiva. Pedro de Heredia, furtivamente, se embarcó con la flota del general Cosme Farfán, con la finalidad de defenderse ante el Consejo de Indias de los cargos. Sin embargo, no llegó a darse tal circunstancia al naufragar y morir ahogado a las orillas del Guadalquivir.
El Consejo de Indias el 20 de septiembre de 1558, emitió sentencia definitiva sobre el tercer juicio de residencia, absolviendo de todos las imputaciones al difunto conquistador, explorador y fundador don Pedro de Heredia. Es decir, que fue redimido pos mortem de todas las acusaciones y recriminaciones, permaneciendo su recuerdo incólume en la costa caribeña de Colombia y en especial en Cartagena de Indias, como lo acreditan las estatuas levantadas en las plazas urbanas junto con estadios de futbol que llevan su nombre.
Francisco Gilet