
1547, río Elba.
Sancho Davila y otros siete hombres siguen a Cristóbal de Mondragón . Al otro lado de la orilla, los protestantes han desmontado el puente de barcas, han incendiado las embarcaciones y están sometiendo a las tropas del duque de Alba a una lluvia de plomo y fuego, impidiendo el avance español.
El agua está fría y oscura, y les llega hasta el cuello, lo que hace que los nueve hombres lleven espadas y arcabuces por encima de las cabezas para que no se empapen mientras las balas silban por encima.
El trayecto es peligroso, pero Mondragón ya ha llegado y nada más poner pie en tierra se abalanza sobre cinco alemanes de golpe y los degüella antes de que puedan reaccionar. Al poco llegan los otros y al grito de ¡España, cierra, cierra!, se lanzan contra el enemigo con furia española y las barbas goteando arrojo, barro y pólvora, consiguiendo apagar el fuego primero y luego reconstruir el puente antes de que llegue el emperador Carlos.

Arturo Pérez-Reverte)
El emperador pregunta quién ha sido el loco que cruzó primero. Le presentan a Cristóbal de Mondragón, nacido en Medina del Campo, de padres vascos. Allí mismo, sobre el campo de batalla, Carlos lo nombra alférez y lo llama “el mejor soldado del mejor tercio de la infantería española”. Al capitán lo asciende a maestre de campo. A los nueve soldados, los cubre de oro. (“Una historia de violencia”,Arturo Pérez-Reverte).
EL PERSONAJE

Sancho Dávila y Daza
Nacido en Ávila el 21 de septiembre de 1523, Sancho Dávila y Daza fue hijo de Antonio Blázquez Dávila, que combatió en el asedio de Fuenterrabía, y de Ana Daza. Antes de dedicarse a las armas, viajó a Roma con la intención de iniciar la carrera eclesiástica, pero en 1545 se unió a las tropas del emperador Carlos en su lucha contra los protestantes de la Liga de Esmalcalda, donde, con solo 23 años, cruzó a nado el helado Elba junto a otros ocho soldados para abrir paso al ejército imperial.
<<(En 1547) nueve soldados, entre los que se encontraba Sancho Dávila, de solo 23 años, y el también célebre Cristóbal de Mondragón , cruzaron a nado y en completo silencio el helado río Elba. Después de silenciar a los exploradores, tomaron las barcas necesarias para garantizar el paso de todas las tropas. Alba y el Emperador encabezaron lo que se convirtió en una huida desesperada de los protestantes que se pensaban, erróneamente, resguardados por el río.>> (César Cervera, ABC).
A aquella acción le seguirían los combates contra Dragut en el norte de África (Mahdia,1550), entro otras aventuras:
<<En la primavera de 1554, Sancho Dávila estaba en España con uno de los tercios viejos, que había sido llevado a tierras gallegas para formar parte del séquito que el hijo de Carlos V, el futuro Felipe II, iba a llevar a Inglaterra con ocasión de su matrimonio con María Tudor. Sin embargo, una vez llegados a Inglaterra y para no crear tensiones, el príncipe Felipe no quiso que el aparato militar de su acompañamiento desembarcara, por lo que los componentes del referido tercio —unos 3.000 hombres, poco más o menos— regresaron a Italia.>> (Historia hispánica).
Con motivo de la guerra de España contra Francia y su aliado, el papa Paulo V (1556-1557), Dávila volvió a servir al duque de Alba, con el que entró triunfalmente en Roma el 19 de septiembre de 1557.

Álvaro de Sande
En 1560, ya bajo el reinado de Felipe II, participó en la defensa de la isla de los Gelves. Allí fue capturado por los turcos junto a otros como Álvaro de Sande, recuperando la libertad al año siguiente. Ese mismo año fue nombrado capitán de infantería, confiándosele la castellanía de Pavía, en el corazón de Italia.
Cuando el Duque de Alba marchó hacia la guerra de Flandes en 1567, le rogó que le llevara consigo. Dávila fue puesto al frente de la guardia personal del duque. Una unidad de élite que encabezó las operaciones que requerían del más fino bisturí en el conflicto. 100 lanzas y 50 arcabuceros que marcharon a la cabeza de una masa militar de 16.000 almas , entre soldados, criados y mujeres. Ningún ejército había estado tan bien equipado y tan disciplinado en la historia, y, en opinión del cronista francés Brantome, ninguno había desfilado tan elegante: « Parecían todos príncipes y capitanes ».(César Cervera, ABC).
FLANDES
<<Voto a Dios que los canales holandeses son húmedos en los amaneceres de otoño. En alguna parte sobre la cortina de niebla que velaba el dique, un sol impreciso iluminaba apenas las siluetas que se movían a lo largo del camino, en dirección a la ciudad que abría sus puertas para el mercado de la mañana. Era aquel sol un astro invisible, frío, calvinista y hereje, sin duda indigno de su nombre: una luz sucia, gris, entre la que se movían carretas de bueyes, campesinos con cestas de hortalizas, mujeres de tocas blancas con quesos y cántaros de leche>>.(El sol de Breda, Arturo Pérez-Reverte).

Luis de Requesens
Sancho Dávila fue destinado a Flandes, donde sirvió primero bajo el mando del duque de Alba y luego bajo Luis de Requesens. Participó en numerosas batallas, como Dalen, Quesnoy, Goes, Flesinga, Borsele, Reimerswaal, Mook y Amberes.
En 1568, el capitán abulense, junto a Lope de Figueroa, con quien había coincidido en Los Gelves, tuvieron un papel crucial en la batalla de Jemmingen.
<<Sancho de Ávila alcanza una aldea donde prende a un holandés y allí se enteran que la intención es abrir las esclusas de los diques para impedir el paso a sus perseguidores, por lo que se decidió marchar sobre Jemmingen, con Sancho de Ávila, Alonso de Vargas y el castellano Andrés de Salazar al frente. Tras ellos, 500 arcabuceros de los capitanes Marcos de Toledo, Diego Enríquez y Hernando de Añasco, medio millar de arcabuceros a cargo del maestre de campo Julián Romero y otros tantos comandados por Sancho de Londoño. También iban en el grupo las compañías de caballos de César de Ávalos y el conde Curcio, los maestres de campo Alonso de Ulloa y Gonzalo de Bracamonte.>> (Ricardo Aller Hernández, La batalla de Jemingen, España en la Historia)

En 1569 fue designado gobernador de Amberes, y un año más tarde, Felipe II le concedió el hábito de la Orden de Santiago en recompensa a su lealtad y valor. Allí dirigió la construcción de una ciudadela (<<El agua lo deshace y el viento se lo lleva>>) y se casó con Catalina Gallo, aunque la felicidad fue efímera, pues ella murió poco después de dar a luz.
<<Sancho Dávila combatió en varios frentes tanto por tierra como por mar, ya que en Amberes levantó una flota con la que desplazarse por los ríos y canales y ayudar a las plazas cercadas (1572). Entre las acciones de esta naturaleza, las de Middelburgo y Ramua resultaron especialmente destacadas, y en esta última fue donde empezó a llamársele el Rayo de la Guerra.>>(Historia hispánica).

Luis de Nassau
Tras un breve periodo de paz, una nueva rebelión estalló en 1572: al norte, Guillermo de Orange cruzó el Rin con 20.000 infantes, en la zona costera los mendigos del mar redoblaron sus esfuerzos y al sur, Luis de Nassau tomó la ciudad de Mons, donde se estableció el campamento rebelde a la espera de refuerzos franceses y el otro Nassau.
Atrapado entre la ciudad tomada por los rebeldes y los 20.000 soldados de Guillermo de Orange, el duque de Alba recurrió a todos los soldados españoles dispersos por Flandes, entre ellos Sancho Dávila, que, ante el ataque marítimo, se había dirigido en un principio a Holanda para levantar el sitio de Middelburg, y ahora tenía que regresar desde la otra punta del mapa. Cuando Guillermo de Orange estaba cerca de darse la mano con la guarnición de Mons, Julián Romero y otros soldados perpetraron una encamisada con 1.000 castellanos en el campamento rebelde.

<<Arrecia un viento frío y cortante que se clava en los maltratados huesos de los mil hombres que se disponen a la encamisada en esta fría noche del 11 de septiembre de 1572. La humedad es terrible, pero no hay lugar para la duda, el helor ni el miedo entre los hombres más valientes que cualquier militar podría desear tener bajo su mando. Y así, en medio de una tensa calma, y sintiéndose observado por miles de ojos, el caballero de la Orden de Santiago se sube a una roca, y alzando en silencio su daga, da la señal para iniciar la marcha hacia el campamento enemigo, asentado en Hermigny, en las proximidades del río Mosa.>>(Ricardo Aller Hernández, “La incursión nocturna”).

En 1574, en la batalla de Mook, derrotó a Luis y Enrique de Nassau, hermanos del líder rebelde: se les arrebataron 30 banderas, 3 estandartes y 2 cañones, y sus comandante, Luis de Nassau, su hermano Enrique de Nassau y el duque Palatino, murieron. Por la parte española solo hubo que lamentar una veintena de muertos y más de un centenar de heridos.
<<Todos los que os hallasteis en la batalla puedo decir que os he criado a mis pechos, especialmente vuesa merced, que tantos años andamos juntos en este oficio>>. (Felicitación del duque de Alba).
Pero no todo eran cosas positivas: nada más terminar la contienda afloró el malestar de las tropas españolas que llevaban en algunos casos más de dos años sin cobrar paga alguna, lo que desembocó en un motín.
Tras combatir en la costa de Philipsland y Duiveland y conquistar la plaza de Bommenee, el 6 de marzo de 1576 murió Luis de Requesens de unas fiebres sin que el rey hubiera nombrado sucesor. Mientras llegaba el nuevo gobernador, se produjo un vacío de poder que hubo de llenar Sancho Dávila, quien tuvo que lidiar con la pérdida de Zierikzee y el comienzo de otro motín en Alost por culpa del retraso en las pagas.

A consecuencia de las tensas relaciones entre Dávila con el Consejo de Estado y ante la falta de apoyo necesario, se decidió concentrar toda la fuerza en Amberes, incluso los amotinados de Alost, a fin de tener mejores opciones de defensa y a la espera de lo que Felipe II dictaminara. La situación desembocó en el saqueo de la ciudad por los españoles, como castigo por la ayuda prestada a sus enemigos y como forma de resarcirse de su falta de pagas (noviembre de 1576).
Llegó entonces el sucesor de Requesens, el hermanastro de Felipe II, Juan de Austria, que intentó un acuerdo pacífico con los rebeldes firmando el 12 de febrero de 1577 el Edicto Perpetuo de Marche-en-Fammene.
La guerra rebrotó luego en Flandes, pero Sancho Dávila ya no volvió a aquel escenario.
Cuando los tercios españoles salieron de los Países Bajos, Felipe II se planteó qué destino dar a la “trinidad flamenca”, como se denominaba al trío formado por Julián Romero, Cristóbal de Mondragón y el propio Sancho Dávila, que se distinguieron por su categoría como mandos, su acierto en las operaciones en que intervenían y el ascendiente y prestigio que tenían entre sus hombres. El Rey había previsto que Sancho Dávila fuese a Alejandría (plaza fuerte del Milanesado) de la que sería su castellano, pero el interesado insistió en que antes de tomar posesión del nuevo cargo, quería volver a España a besar las manos del Rey y exponerle en un memorial cuáles eran sus méritos.>>(Historia hispánica).
ÚLTIMOS AÑOS
Tras su regreso a España, Sancho Dávila fue nombrado capitán general del reino de Granada y en 1580 acompañó al ya anciano duque de Alba en la campaña para incorporar Portugal a la Corona española. La operación fue fulminante: las tropas castellanas aplastaron la resistencia lusa con rapidez y eficacia.

Batalla de Alcántara
<<El 25 de ese mes tuvo lugar la batalla de Alcántara, el golpe definitivo que entregó Portugal a Felipe II. Sancho Dávila se distinguió en la acción y fue recomendado nuevamente por Alba al Rey, pero el hábito de Santiago que tanto ansiaba no llegó nunca.>>(Historia hispánica).
Falleció el duque en Lisboa el 11 de diciembre de 1582 y seis meses después Sancho Dávila también encontró la muerte.
<<La muerte le alcanzó de forma absurda cuando, viendo herrar un potro, recibió una patada del animal en el muslo. El golpe no parecía grave y la herida se cerró limpia, sin embargo nueve días después la zona se infectó con un desenlace fatal. La peor muerte para un guerrero, postrado en la cama.>> (César Cervera, ABC)
En mayo de 1583 murió Sancho Dávila en Lisboa. Sus restos fueron trasladados al convento de San Francisco y, más tarde, a la iglesia de San Juan Bautista en Ávila.
Uno de sus descendientes, Gerónimo Manuel Dávila, inmortalizó su memoria en 1713 con la publicación de “El rayo de la guerra, hechos de Sancho de Ávila, y sucesos de aquellos tiempos”.

Ricardo Aller Hernández.
Fuentes:
*https://es.wikipedia.org/wiki/Sancho_D%C3%A1vila_y_Daza
*https://www.abc.es/historia-militar/20150807/abci-sancho-davila-capitan-tercios-201508061828.html
*https://31enerotercios.com/2021/11/03/toma-de-amberes/
*https://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/626/una-historia-de-violencia/
*https://espanaenlahistoria.org/episodios/batalla-de-jemmingen/
*https://espanaenlahistoria.org/personajes/julian-romero-de-las-azanas/
* https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.cmd?id=17139
*La incursión nocturna, relato de Ricardo Aller Hernández (2014).