Glosas EMILIANENSES, germen de la lengua española

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Las Glosas Emilianenses son un documento manuscrito que de forma consuetudinaria se han catalogado como el inicio de la lengua romance que con el tiempo se convirtió en el idioma español. En verdad, hemos de decir que una lengua no nace, sino que se hace; el pueblo la va conformando y la convierte en algo vivo y dinámico.

Cada época tiene una manera de vivir y unas costumbres, que van contando con unas formas de expresarse en el arte, en su folclore, en sus ritos religiosos, en el vocabulario y en el modo de hablar.

Hispania fue germanizada por los visigodos y después invadida y dominada durante ocho siglos por los árabes. Protagonizó una heroica reconquista, fragmentada en varios reinos, los cuales conocerán la unidad con los Reyes Católicos. Como consecuencia de ello, nuestra lengua no logró cierta unidad hasta la segunda mitad del siglo XIII gracias a la labor del rey Alfonso X el Sabio.

Desde el momento en que los visigodos invadieron la Península y se rompe la vinculación con Roma, el “latín vulgar” hablado por los hispanos se parecerá muy poco al latín hablado en el primer siglo del cristianismo. Además, la gente del pueblo no lo escribe, solo lo habla. En cambio, el latín escrito en los cánones conciliares y las leyes visigodas, ese latín que utilizan los eclesiásticos y los letrados en sus escritos, resulta ininteligible para el pueblo.

Dámaso Alonso dijo: “el latín llega a ser el español a lo largo de una evolución lentísima y constante, y nunca podemos cortar por un punto y decir que ahí está el español recién nacido”. Es cierto que no podemos datar el nacimiento del español, pero sí hay atisbos para afirmar que lo que hablaba el pueblo ya no era el latín. Aquí está la clave la aparición de las “glosas”, el glosador anónimo necesita una versión actualizada de unos escritos que no entiende. Obviamente, la aparición de estas glosas escritas parte de una dilatada existencia oral.

Las Glosas Emilianenses no indican el momento ni el lugar de donde empieza el romance, pero sí son la prueba fehaciente de que antes del siglo X ya se hablaba el romance en la península ibérica. Cuando hablamos de las Glosas Emilianenses nos referimos a aclaraciones o explicaciones de textos latinos de códices que se escribieron o copiaron en el scriptorium de San Millán.

El códice más conocido es el denominado Emilianense 60 o Códice 60, que se encuentra en la Biblioteca de la Academia de Historia de Madrid. Es un códice de formato pequeño, de 20 por 13 centímetros; bastante más pequeño que otros copiados en el mismo monasterio. De hecho, la mayoría de los códices son auténticas joyas artísticas; el Códice 60, no. Ni es elegante, ni colorido, ni fue confeccionado con el estilo de los grandes códices góticos.

El códice tiene 96 folios, pero le faltan hojas al principio y al final, probablemente porque fue muy usado. El contenido del mismo es muy clásico para los códices de la época, destinado a la formación de los monjes: lectura espiritual, prácticas piadosas y devocionales, manual de predicación e instrucción de los fieles. Lo normal es que los monjes dejasen constancia de cuándo lo habían terminado, escribiéndolo en la última página. Como al códice 60 le faltan las últimas páginas, no se sabe cuándo fue copiado. Por comparación con otros códices, el tipo de caligrafía, la manera de escribir las abreviaturas, las ilustraciones y las letras capitales, podemos decir que fue copiado a finales del siglo IX o principios del X.

Una vez deducida la fecha y la forma del códice, nos preguntamos: ¿qué son las glosas?, y ¿cuál es su función? Fernando Lázaro Carreter en su Diccionario de términos filológicos definió “glosa” como una palabra oscura o difícil de un texto que necesitaba aclaración o explicación.

La Glosa más importante por su extensión y trascendencia es la Glosa número 89. Intenta aclarar una parte de un sermón de San Agustín – aunque algunos críticos lo atribuyen a una homilía de Cesáreo de Arlés -, el glosador se encuentra ante una construcción latina que le parece difícil, la escribimos de forma íntegra para que sea aprecie el trabajo del glosador:

Texto latino

Adjubante domino nostro // Jesu Cristo // cui est honor // et imperium // cum Patre et Spiritu Sancto // in saecula saeculorum. Amen

Glosa romance

Cono aiutorio de nuestro dueno // dueno Christo dueno salvatore // qual dueno get ena honore // e qual duenno tienent ela mandatione // cono patre cono spiritu sancto // enos sieculos de los sieculos.

Español

Con la ayuda de nuestro señor // señor Cristo, señor salvador // Cual señor está en el honor // y cual señor tiene el mandato // con el Padre con el Espíritu Santo // en los siglos de los siglos.

Hemos visto que se trata de un texto religioso. El primer documento francés conocido es una alianza político-militar entre Carlos el Calvo y Luis el Germánico, hacia el año 842; el más antiguo en italiano es una reivindicación de unas tierras que corresponden al monasterio de Montecasino; el primer en inglés es un contrato comercial. El primero en español es una oración, por lo que se puede decir que nuestro idioma nació hablando con Dios. Aparte del valor lingüístico que es muy importante, representa un claro testimonio de que los monjes en el monasterio rezaban en romance.

José Carlos Sacristán

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