¡Ahora pongámonos la gorra de ese siglo!
Lo recuerdo para todos aquellos que tengan la tentación de juzgar a nuestros protagonistas llevando las tecnologías del siglo XXI al XVI.
La navegación, los medios técnicos, el conocimiento de la meteorología,… no se aproximaban ni de lejos a los actuales.
¡Y ni hablar de tener satélites ni llevar un GPS en la muñeca!
Pero, volviendo a la Historia.
La flota esperó en Mesina al regreso de Gil de Andrade que traía noticias desde el Levante y finalmente el 15 de septiembre decidieron enviar de avanzada hasta Tarento a César Ávalos donde debería esperar a la llegada de toda la flota posteriormente, desde ‘el tacón de la bota italiana’, darían el salto a la isla griega de Corfú buscando a la flota turca.
La marcha se establecía en 4 cuerpos, por delante de todos ellos 8 galeras exploradoras al mando de don Juan de Cardona, el primer cuerpo al mando de Juan Andrea Doria con 54 galeras, el segundo mandado por don Juan de Austria con 64 galeras, en tercer lugar con Agustino Barbariego y 53 galeras, y por último la flota de socorro o reserva con 30 galeras al mando de don Álvaro de Bazán.
Cada uno de los tres primeros cuerpos navegaban con 2 galeazas por cada uno de ellos, las galeazas son mayores que las galeras y mucho más fuertemente artilladas constituyendo verdaderos «castillos flotantes», quizás se inspiraron en el magnífico resultado proporcionado por el galeón veneciano de Alejandro Condulmiero en la batalla de Préveza que se comportó como toda una fortaleza flotante.
La flota navegaba lista para entrar en combate preparados para adoptar la formación en águila en el momento que fuese necesario: La cabeza del águila serían las 6 galeazas, el ala o cuerno izquierdo sería mandado por Barbariego, el cuerpo o centro por don Juan y el cuerno derecho sería para Juan Andrea Doria.
A la llegada a Corfú por fin recibieron la información que la flota turca al mando de Alí Pachá se encontraba fondeada en el golfo de Lepanto formado por 210 galeras y 63 galeotas, naves algo más pequeñas que las galeras, con 35.000 hombres, de los cuales 2.500 eran jenízaros.
Se organizaban igualmente en cuatro escuadras y en la batalla igualmente se dispondrían en formación de águila, pero en este caso sin disponer de la cabeza con las galeazas empleadas en el caso de la flota cristiana, el cuerno derecho al mando de Mahomet Siroco con 54 galeras y 2 galeotas, en el centro para Alí con 87 galeras y 8 galeotas, finalmente el cuerno izquierdo se dio al corsario Cara Hosia (Khodja) con 61 galeras y 32 galeotas. El socorro o reserva sería para Murat Dragut con 8 galeras y 21 galeotas y fustas, nave inferior en tamaño a la galeota.
En total por una y otra flota se podría hablar entre soldados, marinos y galeotes de unos 80.000 hombres por cada bando, algunos autores elevan la cifra total a 200.000 los que finalmente participaron en el combate.
La orden de uno y otro general era buscar, encontrar y combatir a la flota contraria pero el movimiento de cada uno de ellos fue diferente, mientras que Alí prefirió esperar en el golfo con la ventaja y protección de la artillería de la costa, don Juan dio orden de descender por la costa griega en busca de la flota enemiga, encontrándose ambas el 07 de octubre de 1571.
Durante las jornadas de navegación la flota cristiana se encontró continuamente con viento en contra por lo que la flota de vela quedó atascada en Corfú mientras que las galeras navegaron hasta Lepanto a fuerza de remo.
Por el contrario la flota turca tuvo viento favorable en su aproximación a la cristiana ¡salvo en el último y más decisivo momento!
Ya no tenemos alternativa, ha llegado el día en que todo se decidirá.
¡Mañana será la Batalla de Lepanto!
Vicente Medina